miércoles, julio 18, 2012

Caballero de copas


Soy el caballero de copas
debajo de mí están mis monedas talladas a mano.

Voy avanzando en un caballo y no estoy ciego
se cruza sobre mi fortuna una razón cínica que se ha quedado sola
tal vez sea el momento de elegir
acomodo mis pies sobre la tierra y añoro cierta materialidad
estoy de cabeza
y tal vez me queje y sea cursi pero como joven que soy
creo en el futuro como un tendón mar trasatlántico
en lumínica explosión.

Mis espadas están afiladas alrededor de una mujer blanca con pasado de juicios
que no deseo
que no existen.

Mi hierofante descansa entumecido en una silla
no soy la tradición
pero hay más luz producida por el roce entre todas las personas
que verdaderamente soy.

Sostengo mi copa mientras se llena
y sonrío.

Al final,
esto es un juego de indocilidad
ni de pie
ni hincado
frente al destino.

Soy el caballero de copas
mi camino se tiende frente a mí
voy avanzando en un caballo
y no estoy ciego.
No.

Fidelidad

Seguimos la huella prehistórica del dolor
la seguimos
descubrimos la trampa de la saliva
la desmenuzamos
están pringando nuevas gotas de lenguaje sobre mi lenguaje
dentro de uno mismo para bien solo vive uno mismo
aunque no te lea, te pienso e intuyo
la fiesta de tu lenguaje
al final de todo
nos quedamos los mismos de siempre
se han ido los falsos amigos
la música suena como una radiola intermitente
la gente sucede en la calle
la gente es la calle
la siesta despierta la hiper-conciencia de que estamos aquí
estamos aquí
¿qué ocurrió en este cuerpo sin tumbas
para su fiel resurrección?
hemos roto las promesas
por eso ven aquí mientras afuera la luz de los pájaros se apaga
vamos aprendiendo del ruido
de los bordes
de los otros
de la voz que se despega
del Yo entre los gritos de sombras azules
y nuestro cuerpo
uno solo, desde el encuentro más próximo,
descubre de los labios la comisura
la holanda de la realidad que nunca lo es
si esta tarde revienta de música
si están tocando las trompetas
y el tambor indica mi devoción por todas las cosas
si alguien fuma en el cuarto contiguo
y se evidencian mis manos submarinas y sedientas
es porque no he debido equivocarme pero lo he hecho
tantas veces
y he llorado y he dejado de llorar
y hubo épocas blandas donde olvidé todos mis sueños
y hubo desquiciantes memorias azules
y copulaciones semánticas
y si vengo del dolor
porque seguimos la huella prehistórica del dolor
y vamos a lugares horribles llenos de humo y desconocidos
es porque solo ahí
en breves segundos
(aunque me corrijás por desear tus comisuras)
es donde en medio de las moléculas del tiempo
nos damos cuenta de que la única fidelidad posible
está dentro del túnel del Yo
donde siempre estaremos solos
aunque allá afuera
aunque allá afuera.

Roma

No todas las películas son buenas.

Hay mesas atravesadas por la verticalidad del sobre-movimiento de los cuerpos
y las cosas, almas brillantes, me digo,
que suben la música sobre su propia escala.

Yo también solía tener veinte años
pero nunca pensé que ese sería mi estado natural
sentada aquí frente a un café
lejos de las ciudades que imagino
tan dentro de mí que duela y sea dulce
que duela y sea dulce.

Me gusta tanto el decorado de las mesas del café
que lloraría por vos sobre ellas
te diría que los años han pasado y que me dejaste
pero sería verdaderamente inútil
porque vos me mirarías condescendiente
con un guiño de reptil o de pájaro
y me darías posibilidades en un gesto
y asentiríamos juntos sobre la luz duplicada
nos tomaríamos de la mano
nos reiríamos de tan mala película
respiraríamos como una realidad independiente a nosotros
saldríamos a la calle
llovería
y los decorados de las mesas del café y Roma
serían más que las fuentes y los amantes.
No estoy hablando de mí.
No estoy hablando. O sí.

domingo, julio 15, 2012

¡¡¡Quién es poesín!!!





"¡La gente huye!”, grita Pauli Apóstoli. Algunas personas habían pasado a su lado viéndole de reojo como si estuviese perpetuando un crimen. Mareado por el resistol, nos recibe en el patio.
“El negro es un color hijueputa”, dice más tarde, mientras mira uno de sus lienzos. Si gira el cuadro que ahora ha dejado descansar en el suelo para que el color no se chorree, se mueven mis hemisferios cerebrales. Hay algo intuitivo que nos permite entender a los espectadores cuál es el abajo y el arriba, la izquierda y la derecha.
Mientras, él baila al son del beat con el que Emmanuel Vizcaya lo acompaña en esta tarde húmeda de domingo. No sé porqué al ver lo que Pauli hace pienso: “La historia del arte tiene que participar en su propia destrucción”. No todos huyen, la verdad. Varias ancianas, hombres, mujeres, muchachos, muchachas y niñas fueron siendo poco a poco cautivados.
A espaldas de Pauli, varios lo espiaban. Una niña de coleta atravesó corriendo el salón cuando la música y el color se tornaron más cálidos. Una anciana regresó dos veces y le dijo que ‘está bien’ lo que hace, frase que al menos un interpelado más repitió ante la pregunta del ‘¿qué te parece?’. Mientras, el nieto de lentes oscuros y zapatos nuevos tomaba fotos indiscriminadamente. Al anciano pintor que pasó por allí, Pauli le dijo: “sí, yo también hacía pintura figurativa, ahora me dedico al informalismo”.
Hace algún tiempo, un artista contemporáneo intentó convertirme al minimalismo. No pude, le ponían nervioso mis libros desordenados y la máscara de un monito guatemalteco que tuve que colgar en el lugar menos vistoso de la sala. No pude, ahora lo entiendo, detonar en mí esa conversión en contra de la voluptuosidad del color y las cosas, porque prefiero la expresión, la mancha, la desgarradura.
Sin expresión no hay creación. Coincido con Pauli, crear algo es dar (dotar de) vida y si es necesario, como él, darse de puñetazos con el color negro sobre su lienzo, mentar madres, deslizarse frente a su cuadro hasta casi caer, algo rabioso, incontenible, diciendo ‘¡hostia!’.
“Este es un reto para mí”, replica al señalar uno de sus cuadros donde a fuerza de óleo se han detenido un trapeador, unos objetos de metal y un videocasete. Reto de gravedad, no lugar común del artista, pues.
Hacer pinturas con desechos podría ser, visto desde lejos, como algo demasiado hippie o fácil. Pero no lo es. Hay que tener los cojones bien puestos para hacer lo que hace Pauli pintando su raya a partir de (en contra de) la historia del arte.
Siempre me ha gustado la gente que no miente, que lo da todo de sí, por eso me gusta el “Viva Danzatti” de Pauli Apóstoli. Allí hay vida, verdad, abundancia. Pablo Hoyos Roiz va del frenesí del color y los golpes (literales) a su obra, a minutos de quietud frente a lo ya hecho. Para estas pausas utiliza las palabras ‘recopilar’, ‘viajar’.
Ha parado de llover. El rostro de la chica de un recorte de revista que estaba en la esquina superior izquierda del lienzo ha desaparecido bajo el óleo blanco (más tarde Apóstoli me aclaró que no era una chica sino Michael Jackson, hasta eso).
Un azul oscuro repentino se fugó hacia un cuadro que ya estaba colgado y expuesto en la sala del Museo Nacional de San Carlos de México donde Pauli pinta en vivo a un lado de salones donde hay un Goya, un Modigliani y estatuas de mármol impávido.
“Fue como volver a darle vida”, dice, con respecto a la mancha de azul fresca que incorporó a su cuadro ya colgado. Minutos antes gritaba, poseído, intenso, tal como es: “¡¡¡Quién es poesín!!!” y nadie respondió. Tampoco él. Y eso es lo que importa. O no.
Para ver a poesín en acción, usted tiene de jueves a domingo de 12 a 6 p.m. en el Museo Nacional de San Carlos (Puente de Alvarado núm. 50, Colonia Tabacalera, México D.F.), durante este julio de 2012. Vaya.

domingo, julio 01, 2012

México frente a la elección presidencial más estratégica de su historia


Al menos 70.000 personas del movimiento #YoSoy132 concentrados en el Zócalo capitalino la noche del 30 de junio. Fuente: Despierta México.

Por Lauri García Dueñas
“Siento que es la elección presidencial más importante de la historia de México”, me dijo esta tarde S.P. psicóloga de 25 años, nerviosa, a pocas horas del 1 de julio, cuando los mexicanos elegirán a quién será su presidente los siguientes seis años.
S.P. me contaba que hace menos de dos meses le robaron su cartera donde tenía su credencial de elector pero pudo conseguir una reposición, luego de un trámite engorroso, pues no estaba dispuesta a quedarse sin votar. “Ahora sí creo en el IFE (Instituto Federal Electoral)”, me asegura, al contrario de decenas de mexicanos que en las últimas semanas han estado denunciando varias anomalías, como hallazgos de papeletas, e irregularidades en el padrón.
Lo cierto es que en las últimas semanas el tema presidencial ha ido in crescendo, anoche, en una fiesta de cumpleaños, algunos asistentes intentaban convencer a un músico indeciso de votar por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) del Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) argumentando que es el único que contará con un gabinete que permitiría realmente la participación ciudadana.
Al mismo tiempo, varios coincidieron en que el gran reto para quien sea elegido presidente es cómo afrontará la crisis en que el narcotráfico tiene sumido al país y que produjo el pasado lunes un enfrentamiento armado en el aeropuerto de la ciudad de México donde perecieron tres agentes federales, a manos de otros tres agentes de la misma institución que estaban relacionados con el tráfico de droga proveniente de Perú donde también estaban involucrados autoridades aeroportuarias.
Además de AMLO, también compite por la presidencia Enrique Peña Nieto del Partido Revolucionario Institucional (PRI) conocido, nacional e internacionalmente, porque no pudo mencionar correctamente tres libros que haya leído en la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara y quien es acusado por la represión en San Salvador Atenco perpetrada en 2006 cuando él era gobernador del Estado de México.

Atenco
Los enfrentamientos violentos fueron realizados por la Policía Federal Preventiva de México, la Agencia de Seguridad Estatal del Estado de México y la policía municipal contra habitantes del pueblo, militantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) y simpatizantes de La Otra Campaña del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Dejaron como resultado el fallecimiento de Alexis Benhumea y Javier Cortés, la detención de 207 personas -entre ellas diez menores de edad-, 146 detenciones arbitrarias, la expulsión de cinco extranjeros y quejas contra elementos policíacos por presuntas vejaciones y violaciones sexuales a 26 mujeres.
Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México (CNDH), en dichos hechos hubo violaciones graves a los derechos humanos, así como un uso excesivo de la fuerza por parte de la policía.

PAN
La tercera candidata en contienda es Josefina Vásquez Mota por el Partido Acción Nacional (PAN, derecha) cuyo predecesor partidista, Felipe Calderón, desarrolló durante su gestión la cuestionada “guerra contra el narco” que, según la revista Proceso, con base en las denuncias registradas en las agencias del Ministerio Público Federal y enviadas al Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), ha dejado 88,361 muertos.
La campaña de Vásquez ha intentado sumar adeptos a su candidatura por el hecho de ser mujer, pero personajes como la periodista Lydia Cacho han criticado esta supuesta incoherencia que descansa en el hecho de que, a su juicio,  ninguna feminista pediría votos solo por el hecho de ser mujer.
Recientemente, ha sido motivo de chistes populares porque en declaraciones públicas prefirió decir “cuchi, cuchi” a “hacer el amor”.

Quadri

Gabriel Quadri, ecologista liberal, representa en la contienda al partido Nueva Alianza liderado por Elba Esther Gordillo, de 67 años, y 42 de carrera política, presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Se le considera “dueña” del SNTE donde varios de sus familiares ocupan puestos destacados.
En febrero de 2012, es revelado por el periódico El Universal que el sindicato a su mando recibió entre 2000 y 2009 más de 1,138 millones de pesos por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP) por concepto de "cuotas sindicales". El manejo y destino final de dichos recursos aún se desconoce.
Anterior funcionaria del PRI, públicamente se reconoce que Gordillo es una de las mujeres más poderosas, pero también más cuestionadas de México.
En sus declaraciones, Quadri se ha inclinado por reforzar el liberalismo económico en el país.

#YoSoy132

Protagonista, sin duda, de la reciente coyuntura política y social mexicana, el movimiento #YoSoy132 surgió en la Universidad Iberoamericana, privada y católica, el 11 de mayo de 2012 cuando estudiantes abuchearon y rechazaron las declaraciones de Peña Nieto sobre el caso Atenco.
Desde entonces, y gracias en gran parte a las redes sociales, el movimiento ha crecido y ya no solo aglutina a estudiantes de universidades y centros de estudios públicos y privados, sino a diferentes individuos y organizaciones sociales que proclaman la necesidad urgente de vigilar y denunciar el monopolio de los medios de comunicación por parte de Televisa y que explícitamente están en contra de la vuelta al poder del PRI, quien ya gobernó a México por 70 años, y su candidato Peña Nieto.
El 132 ha protagonizado multitudinarias marchas y concentraciones en la capital y el resto del país. A pocas horas de la elección, al menos 70.000 personas simpatizantes de este movimiento social realizan una vigilia en el Zócalo de la capital.

sábado, junio 16, 2012

Tercera Feria del Libro Independiente del FCE

Estaré leyendo algunos de mis poemas de "El tiempo es un texto indescifrable", publicado por la Editorial Literal, el lunes 2 de julio a las 5 p.m. en la Librería Rosario Castellanos del FCE: Benjamín Hill y Tamaulipas. Colonia Condesa. México D.F. Los espero.
Contenta porque volveré a compartir la mesa con Yaxkin Melchy y Ariadna Vásquez.


Las retinas convexas


miércoles, junio 13, 2012

Cine

A Sabo:

Un montón de personas detrás de un lente
y un cuerpo pesado poderoso
palabras equívocos tiempo luces
de repente
solo por un momento
breve, casi imperceptible
toda la aparatosidad desaparece
y frente a nosotros ocurre:
la humanidad
su retrato.

Humo


Extremidades con dolor y humo
cada uno de mis átomos está incorporándose a la Tierra
cuerpo, mucho cuerpo por aquí
la mente si existe es un color
apenas una ensoñación.

Intento ignorar el ruido
pero el ruido existe
como la fascinación por personas que luego muestran esencias tan débiles
tan inútilmente falsas.

Existe en este mundo una pequeña casa llena de líneas verticales
la gente da órdenes para llenar su vacío
pero su vacío se les repite
en la cara
en la cara.

Tanto cuerpo por aquí
tanto cuerpo en mí
queriendo implantar el silencio y la soledad
como un lujo de tropos y significados vaporosos que van yéndose
a un lugar donde
por fin
pueda descansar
y todo esto que la gente es no me duela
no me duela.

domingo, mayo 27, 2012

Rueda


Uno está en el lugar más inapropiado para todo lo que empieza por pequeñas piezas puntiagudas y por el afán circular de encontrar la belleza que tal vez sea inasible (esa palabra) Aprehender no es cosa fácil y al final de estos ojos debe haber otros como cláusulas de luz para causar un espejo donde por fin la palabra futuro Quepa.
Los días están sucediéndose en fila india sin que yo pueda detenerlos, más solo nos queda mirarlos (regar las plantas, repensar la mecánica del tiempo en su espesura) mientras la gente ¡ay, la gente! contiene mis conceptos y sacraliza mis ideas haciéndolas suyas, lo que he querido decir hasta Aquí es que todo se repite y es cierto, Javier, estamos siendo apesadumbrados por las cenizas paradigmáticas del pasado, la Historia ya no existe, ya no es una Rueda, fácil, grácil, ágil, más bien la historia ha dejado de ejercer su piedad sobre nosotros y qué frío se siente dormir sin historia, qué frío acumular controversias en los goznes, desear ver un arcoíris en medio de La Noche o un mapa digital de satélites rondando. Quisiera escribir mis sueños, pero son muy sencillos, tan sencillos quizás para usted, tal vez pueda tenderlos mañana junto a las bragas de Martina en una azotea desde donde se vislumbren los colores húmedos de los otros, ¡ay, los otros! esas construcciones tan difícilmente conceptuales, tan ardientes en sus fotografías de instagram, tan familiares en sus recuerdos que no caben en la Historia hecha polvo sin resguardo ni Silencio que venga. Es posible que lo que queríamos escribir, ya lo escribimos o se lo hayan llevado esos otros en los ruidos de sus huellas dactilares, tan hondas, tan ‘no lo esperaba’. Vengo de la oscuridad y la autopista de La Luz no me estorba, aunque la rueda sea a veces la repetición, es ahí, en esa vuelta inexplicable de las cosas, en el deseo que espera ser consumado ¡ya, por favor, ya! que el sentido abre las piernas como sistemas de palabras y nos recuerda que si somos algo, somos esta masa que se repite, bordea, extiende sus extremidades, duda ¡cuánto duda! esta estructura ósea que crece y se desdibuja, esta Nada que palpita, esta Nada Nada Nada que da vueltas y se muerde la cola. O no.

miércoles, mayo 23, 2012

Geometría

Geometría de los momentos y los tiempos superpuestos
amanecer en el sol
ser una materia constantemente distraída
el estómago redondo de ruidos
la forma mental de los objetos:
primitiva.

Desde niña
sin saber por qué
dibujo un cubo con un ojo al centro
supongo que es la huella mental de algo antiguo.

Cubos suspendidos en el aire
flotantes
                        espléndidos
                                               introspectivos
fulgurantes.

Cubos envueltos en la falda de una mujer.

Recuerdos
habitaciones a las que ya no volvimos
cuadrados
uno sobre otro
uno sobre otro
en el sueño de la forma
que no repetiremos nunca
¡No!

Quiero ser un animal y esto no es de ninguna manera fútil

Quiero ser un animal y esto no es de ninguna manera fútil. Tantas veces me ha golpeado en la cara la humanidad que, con gusto, si pudiese, renunciaría a ella.
Quiero ser un animal y si el deseo, por primera vez, se me concediera por completo, pediría, de rodillas, ser una perra, sin que eso implicase que los hombres, al llamarme así, pusieran en evidencia su misoginia.
Sí, lo he decidido, quiero ser llanamente una perra y así devanarme, plácida, sin implicaciones sociales.
Quiero ser un animal para, nunca más, ser la amante de ningún hombre. Durante mucho tiempo, ese lugar común me hizo demasiado daño.
Quiero ser un mamífero habitual para que los ronquidos del macho no me provoquen histerias nocturnas, para que, en efecto, ese sonido estrepitoso sirva para espantar a mis depredadores, que son tantos.
Quiero ser un animal, una hembra, siempre, para que mi única escritura sea mi menstruo lunar.
Tantas veces me ha golpeado en el estómago la humanidad, con sus amistades falsas, su hipocresía total, sus mendigos que inundan las ciudades con la complicidad de todos, que de pie, a ciegas, dando un paso al frente, renunciaría a ella.
Quiero ser un animal para parir seis cachorros, sin tener que esperar por el semen de ningún hombre ‘racional’ que tema perder su libertad.
La libertad es un hecho que le está dado a los animales sin prejuicio consciente del otro.
Quiero ser un animal para que todas, todas mis relaciones, sean por instinto, sin tener que aparentar mi grado de socialización cultural.
Quiero ser un animal para no tener ganas de morir los domingos, para olvidar a los hombres que vinieron a mí y me saquearon, dejándome esta angustia blanca colmada de pesadillas.
Quiero ser un animal porque todo lo que detesto de la humanidad está dentro de mí, dicen, y no lo soporto.
Quiero ser un animal para no pensar en el futuro, esa carga que me tiene adolorida, y que el tiempo no sea más que prepararme para cazar mi siguiente presa.

La escalera

Necesitamos un instrumento para subir, para no sentir esta miseria material, esta imposibilidad conmemorativa de pies, de ansias móviles sin apenas centavos (fijaciones) coches que se estrépitos de nocturnos lápices. El Hombre busca guaridas. Arriba, más allá de sus propios límites, pero tenemos el tiempo contado hasta para escribir esta partitura. Sube mi corazón, subirá mi sangre deseo circulatoria, qué suban las buenas nuevas, los presagios, que el choque no suceda  y los recuerdos se ordenen solo en el goce. Arriba, el Hombre, la Humanidad de gradas que intenta subir más allá de sus tinieblas. Estos son los apuntes de un mecanismo (el mío) Sube el corazón. Lo definitorio no está en la carne macerada por los días, sino en esta partitura, en este canto, amigos, en este canto.

martes, mayo 15, 2012

Sobre los poemas inéditos

A pesar de mi pánico pre-envío postal, acabo de terminar de quitar del blog varios de mis poemas para cumplir con el requisito de un concurso que pide que los poemas sean inéditos. Ni modo, un ni modo enfurruñado. Por eso, dejo acá, este maravilloso poema de Fabio Morábito:

     Siempre me piden poemas inéditos.
Nadie lee poesía
pero me piden poemas inéditos.
Para la revista, el periódico, el performance,
el encuentro, el homenaje, la velada:
un poema, por favor, pero inédito.
Como si supieran de memoria lo que he escrito.
Como si estuvieran colmados de mi poesía
y ahora necesitaran algo inédito.
La poesía siempre es inédita, dijo el poeta en un poema,
pero ellos lo ignoran porque no leen poesía,
sólo piden poemas inéditos.

lunes, mayo 07, 2012

miércoles, mayo 02, 2012

“A los periodistas nos da miedo de que nos confundan con los ricos”, Leila Guerriero.



Lo primero que llama la atención de ella es su pelo ensortijado que encuadra una cara de pómulos firmes y su forma de cruzar las piernas sobre la duela. Segura. Vestida como estudiante de periodismo, aunque nunca haya estudiado porque sino “ya no sería virgen”, pantalón de mezclilla con el ruedo deshilachado y una chaquetita encima. Durante las casi dos horas siguientes, dictaría cátedra de oficio dejando escapar  frases provocativas y chistosas, arrasaría con su entrevistador, el periodista mexicano Diego Osorno, que se limitó a hacerle preguntas de cajón y aventarse diciendo que Julio Cortázar era representante del ¿realismo mágico? y a contemplarla como lo que es: una famosísima periodista que sabe muy bien lo que dice.

Texto y foto: Lauri García Dueñas

Hizo reír a carcajadas, casi hasta la asfixia, al escritor chileno Javier Norambuena, quien la escuchaba en las primeras filas, cuando contó cómo el presidente de los amigos del teatro Colón de Buenos Aires, a quien nadie había entrevistado más que en los pasillos, le mostró su casa llena de iconografías pornográficas y columnas que culminaban con esculturas de ‘culitos’, las cuales no congeniaban con su imagen de elite y páginas sociales.
La periodista argentina Leila Guerriero contó muchas anécdotas esa tarde del 19 de abril, en un aula magna semivacía, en el Centro Nacional de las Artes (CNA) de México, frente a un entrevistador deslumbrado por su inteligencia y que apenas pudo poner algunas preguntas como migajitas para una lección de oratoria.
La vimos, en el relato, como una muchacha que a los 21 años dejó la escritura de ficción “como dejar un paraguas en el taxi”, sin conflicto, ante un deslumbrante encuentro con el periodismo, y quien paradójicamente  nunca recibió una clase, y se enorgulleció de ello entre risas, frente al director Jaime Abello, de que no la aceptaran en un taller de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) y él le respondió que lo bueno es que sí se ganó el premio.
Uno de los temas más punzantes que aventó al ruedo esa tarde fue la sugerencia de que los periodistas se acerquen más a los ricos, como fuentes de información, no con los prejuicios y los estigmas a cuestas, sino como protagonistas, más allá del poder y las sospechas de corrupción, para ver “qué han hecho de su vida”, con sus privilegios sociales, como los del presidente de los amigos del teatro Colón, quien nació en cuna de oro y era de esos que “se iban en crucero a París y se llevaban a la vaca para que les diera leche fresca” y que ahora tiene 14 perritos pug como murciélagos, pero que también es un hombre culto a quien puede hacérsele un perfil.
Para Leila, los periodistas no pueden enfrentarse a una fuente así con un apelativo de “maldito rico” en la cabeza.
En el medio, dice, hay una tendencia a buscar lo extravagante, lo excepcional. “A veces los periodistas tenemos tendencia a buscar lo raro. Nos falta buscar historias del elegante, del rico, de los poderosos” que, según ella, difícilmente son mirados por los periodistas narrativos sin un velo de clara desconfianza.
“Nos da miedo de que nos confundan con ellos”, lanza. Y cree que es más fácil para el periodista ir hacia abajo en las clases sociales, hacia los pobres, hasta por un principio antropológico.
Diego menciona a Alma Guillermo Prieto quien según ha dicho que siempre escribirá sobre los pobres, porque son la mayoría, y Leila asiente y sigue en lo suyo.
Cuenta que en una reunión de periodistas se secreteaba con un colega, porque todos hablaban de cuántos muertos habían visto en su vida, y ella bromeaba con su amigo de que era mejor no confesar en voz alta que ellos no habían visto muertos, porque capaz que los sacaban de la fiesta.
Diego le dice que ojalá nunca vea un muerto, pero que para cuándo un tema de México y ella dice que cada vez que viaja encuentra temas, pero a los que no les dedicaría menos de dos meses.
Nunca acomodarse, recomienda Leila, en el método como formulita, porque el día que a ella le pase se suicida, asegura. Para ello hay que ponerse en situación incómoda con uno mismo, con la forma de frasear, de hacer crónica.
Comenta otro de sus trabajos, el de una muchacha criada por un militar argentino a la que encuentran las Abuelas de la Plaza de Mayo y cuya historia lo menos que tuvo fue un final feliz, porque luego de vivir 21 años de una vida acomodadísima, conoce a su familia rural chilena y pues no más no le gusta ni se lleva con ellos, ¿cómo contar esta historia sin juicios contra la chica?
Sobre su método, dice que “no tiene un plan”, que le gusta mucho dormir aunque no duerme mucho, que a veces encuentra inicios cuando lava los platos o finales cuando corre.
No puede empezar si no tiene la primera frase, va acumulando material, hasta llegar a un texto ‘monstruoso’, sin pulir, de unas 25 páginas. Sin contar que ha tenido 200 páginas de desgravaciones y que llega a 16 ó 5 cuartillas después de repasar el material brutal.
“A mí me gustan mucho los rituales”, sonríe, amplia, y dice que se repite el “mantra estúpido” de “cómo empieza, cómo empieza”, hasta que empieza el texto y “de ese proceso puedo decir pocas cosas de forma racional”, y llama intuición a lo suyo, y no ocupa la palabra ‘talento’ más que para otros, que según ella, son más afortunados porque pueden escribir buenos textos y luego salir a cenar con su familia. Tranquilos. En cambio, “lo mío es un trabajo de presos”, compara.
“Odio escribir”, dice entre sonrisas, aclarando que para ella es un proceso torturante, tormentoso y que no recomienda la suya, la neurosis obsesiva, como método.
Desea cultivar, en sus frases iniciales, una amabilidad con el lector, asegura que le da la pista para ver si vale la pena quedarse en su texto, y agrega, “debe haber una especie de tensión”, como en la literatura, y recalca que “no se pueden generar expectativas que luego no se cumplan”.
“No poner toda la carne en el asador desde el principio”, como el refrán parrillero argentino.
“Contrariar mi propio estilo”, repite también como un mantra, y cuenta cuando empezó un artículo con un párrafo tipo Proust y su editora le dijo que ‘todo bien’, pero que el principio no se entendía, y defendió su texto hasta que al final quedó así y pues, según ella, solo se necesitaba un poco de paciencia en el lector para poder entrar cómodamente al texto.
Jamás ocupa la palabra “bella”, cuida los adjetivos y ha tratado, con el tiempo, de ser más escueta y menos efectista.
Leila dice que lo peor que le puede pasar al periodismo narrativo es esto, que se ponga de moda, como el Iphone o los cupcakes, que hay gente que cree que la crónica puede hacerse en tres horas y luego “seguir con su vida” pero para ella la escritura es “lo que hago”, la que le ordena la realidad.
Se reconoce una “señora victoriana” que no puede escribir en los viajes, “no puedo escribir lejos de los papeles”, y que no entiende cómo la gente puede escribir con el Twitter y el Facebook abiertos.
“Sin entrega, hay hallazgos que no se producen”, nos recuerda. La premisa: “desaparecer completamente” del texto, porque no somos nosotros los protagonistas.
Recomienda agudizar la mirada, como práctica, porque es más difícil escribir donde no pasa nada.
“Cuando todos nos vayamos y en este salón no quede nadie, qué podríamos escribir de aquí”, remató.

Su autobiografía: