lunes, marzo 21, 2011

el día de la noche de la luna más grande

A Felipe:

Decir Yo tan a menudo también es un intento de referir Humanidad

I

no, dijo él, la luna no es más grande sino que está más cerca y fue ayer

yo recordé mis últimos pensamientos y dudé del peso que podría tener la memoria

la superstición

la luna llena provoca en los amantes los mares

cuánto tiempo guardando fotografías

fiestas con hombres sin nombre

un hueco en la conciencia donde estabas

no es necesario un fin con burlas y aspavientos

tú, mujer, no sabes del fin, me dicen y sospechan de mí

pero yo soy la noche que se desliza, soy de carne y estoy viva

luna descomunal

brilla

un vestido rojo

busco en la terraza al hombre que enciende mi cuerpo

otra oportunidad, les digo

otro tiempo.

II

la noche de la luna más grande piensan y pronostican sustancias y luces

la fiesta es el rito común que busca el fuego

yo soy el fuego y la noche que se desliza

yo soy lo que recuerdas cuando duermes

explotan las coladeras

salta la luz en la ventana

una inmensa oscuridad fue pasajera

ven con tus cicatrices en forma de tinta

escríbeme y olvídame

un sillón en la sala de espera

no voy a mentirte

fui infiel hasta en la música

tuve miedo

quise morir despierta

estoy construida sobre la base consciente de mis manías

dejas a mi lado tu olor y me estremezco

no te vayas

quedarse también puede ser la alternativa de los vencidos.

pájaro con semáforo

la ciudad llueve por primera vez en la era

asusta la sonrisa paréntesis y cualquiera escribe

quiero ser un árbol soy de rojo trampa

intento por no ser de lodo

si las gotas: no pares

un estallido de luz

difícil de decir

decir el trueno y oírlo

creer en la escritura como creer en algo mitológico

decir decir al pájaro y al semáforo

saber del genio el barco y el ahínco

palabras mal escritas

direcciones

los enemigos

sentados

cadáveres con noticias

querer abarcarlo todo

una bicicleta

un recuerdo un año

cómo funciona dios y su ira

hígados como ojos

ojos incrustados en la rabia

intentar comprender el orden de las cosas

y no lograrlo

la deliberación de los verbos

cuídate mucho, como un mantra,

saber del sol sus rayos

canciones

ver la lluvia y mojarse

empezar a odiar y dejarlo todo

dejar las llaves

una cabeza

un avestruz

los ventanales se alargan

cósmico e irreal el suelo

un recuerdo un año

un coche

un pájaro posado sobre un semáforo en rojo.

de pronto que

de pronto que

el teléfono silencio

ella quisiera

no ser la tercera persona sino la primera

dónde está él

dónde están todos los hombres que se supone que fueron él

sucesos indefinidos rodean este espacio reducido

donde me ha arrinconado la violencia

el peso de lo incierto

sobre el hombro adolorido

ella: silencio

sin palabras

llora el reverso

las dos caras

llueve

llovizna

un charco

ni siquiera el signo del cielo puede ser una nube

no hay oscuridad más dolorosa que la ausencia.

II

si el que debería fuese pero no

él no vino

la mujer recuesta su cabeza en el colchón a ras de suelo

dime, mordida vacía,

te veo aquella madrugada fuera

la luz cénit que te alumbraba el rostro

el des-abrazo

la distancia

el peso de tus piernas sobre mi cuello

quiero oír

partiendo con tu voz las paredes

no soy tu verde

pero intento llenar de lunares los momentos cortos en que fuimos dos símbolos

insistencia

huesos de caderas

si te extraño es un accidente

aéreos globos

no saber del futuro

aire esférico

una capa delgada de polvo

un rastro

sobre los cuerpos.