
el tulipán rojo apareció en mi camino envuelto en celofán
temerosa de mi relación con los vegetales
averigüé cosas de él, como que su campo original está en Holanda
y la cantidad exacta de agua que necesita
lo tomé a cargo y me fui a casa
.
hacía calor
como tema lo utilicé de justificación para escribir en defensa de mi poesía
pero el resultado fue imposible de transcribir
le conté los pétalos
escudriñé su panza amarilla
lo salvé de morir aplastado entre señoras sudorosas en el tren
algunas, desconsideradas
le pegaban de carterazos
en el transcurso
no conseguí para él un lugar fresco
ni un par de cubos de hielo para su agitación
nadie parecía entender sus necesidades
aunque, corteses, nos sonreían al pasar
al verlo caminar así
en contra de la temperatura
le prometí escribirle una pequeña historia
donde solo él fuese el protagonista
si alcanzaba a llegar al quinto piso de mi edificio sano y salvo
- Ánimo, le susurré.
le conté algunas cosas en silencio
cosas que no quiero repetir por ser privadas
pero que en el fondo eran recientes
y tristes
podría haberle hablado de mi infancia debajo de un árbol de flores de limón
de la vieja historia de una salamandra que ardió ensimismada
del tiempo y la identidad, los dos grandes descubrimientos de mis seis años
de los hombres altos
de las decisiones de los demás que siempre nos afectan
pero solo tenía un agudo estertor que no me cabía en el pecho
esa nostalgia que me rompe
al querer volver detrás de unas cortinas ajenas
y acomodarme en la cuadratura del pecho de un gato azul
dirán que soy recurrente
y es cierto
pero me mantengo aferrada a la idea sencilla
del amor
de los tulipanes rojos con principitos
del descanso que le procuré a la par de un cacto
de la canción de jazz que escuchó sin atención al llegar a casa
y de esta historia que es solo para él
hoy amaneció resfriado
con sus pétalos blanquecinos de la noche
lleno del frío que nos persigue mientras arropamos nuestra soledad con bufandas oscuras
que el calor propio inunde el corazón
que el color también llegue a los labios
que el dolor pase en las pupilas
como pasa el tulipán rojo frente a los ojos sonrientes de los transeúntes.
4 comentarios:
Me gusta la vida de este tulipán.
Un saludo.
una vez viví dos años en una ciudad muy fría. la habían fundado los holandeses al norte de la ciudad de nueva york, junto al río hudson. entre los metros de nieve que se acumulaban por meses, tuve pocas alegrías: mi vecino dave, que cada noche me traía sopa del restaurante vegetariano donde trabajaba a cambio de que le enrolara sus porros, la biblioteca pública, llena de películas viejas que podía llevarme a mi casa, y la llegada de la primavera. cada mayo -apenas empezaba a derretirse el hielo interminable de esos inviernos- hacían un legendario festival de tulipanes (tulip fest) en el parque de atrás de mi casa, y yo iba en bici aexplorar esa flora exótica que habían sembrado en todas las jardineras del parque. habían tantos! de tantas formas y tantos colores! (albany, ny)
creo que los tulipanes tienen el pistilo más obsceno del mundo.
son difíciles de cuidar y duran poco. suerte con este señor tan guapo.
Qué, qué???
ContAme!
"el tulipán rojo" - 12 Feb 2009
A la mitad de nuestros cumpleaños,una historia sencilla. Cinco hacia atrás, tu fecha, cinco hacia adelante, la mía.
Me traes al recuerdo nuestras caminatas a tu casa.
Inolvidable, incompleto, inconclusas para mí,
Un recuerdo intenso, vivo, que no se puede dormir.
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