El Sunzal, El Salvador, 25 de mayo de 2008
3:50 p.m.
A Eva que también sabe lo que duele el mar:
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la línea recta del agua me persigue esta tarde a bordo del cadáver de madera que trajo el mar
absoluta consternación calcárea
las piedras redondas sortean mis uñas:
manías de pies
siempre llego tarde
lanchas dormidas
historias de ahogos
un faro de cemento gris
las lenguas marinas me arrastran y me tocan
soy presa fácil del abandono
muda resignación de un tiempo que no escampa en mí
siempre te quise
no hay galeones ni leguas submarinas
a penas rastros penosos de lo que fuimos
una mujer roca-rota que soporta
el infierno del salitre
lanchas dormidas
historias de ahogos
un faro de cemento gris
ayer un hombre cumplió su sueño
para matar los besos que éramos
para sepultar el parque de mis diecisiete años
hombres marinos a la fuga
anémonas flotantes cadenciosas
aceptación remota de lirismos
no sé a donde voy
esta es la suma que tengo
los cangrejos son maremotos ladeados de nostalgias
las corazas son inútiles
esta es la suma que tengo
no hay absoluto que aplaste esta inquietud
no hay poder alguno que logre envenenar esta sangre
resisto
apelmazo la tierra que necesito
no tengo nada
solo estas palabras de llantos
esta tarde azul de infortunios
el sabor del metal hecho volumen de asombro
y un trozo de carne itinerante
que no se da por vencida
siempre me soñé así
no quiero ser gris ni compulsiva
vidrio caliente ojos de pescado frito
ramas esparcidas secas las hojas
lapislázuli agua caliente
cama cama cama
tus manos suaves de palabras fingidas
por eso el mar
(se rumora)
es la estatua oscura del tiempo recorrido
una hormiga roja de pies húmedos
un camino oxidado
un arpón para los infames
el espejo de nosotros los débiles
por eso estoy sentada aquí
soñando lunas de pelícanos
y hierbas flotantes de viejas lanchas
esto es lo que soy
perdóname
la verdad
desde hace ya mucho tiempo
estoy a la espera del negro estallido
y aunque sonría
los jirones me pesan como armas blancas
no quiero volver a estar de luto
pero tengo vocación de mancha amarilla
de salobre casa abandonada
de jardín sin plantas
quiero ser habitada
esta es la suma que tengo
los caracoles son espumas resumidas
quiero que el barco regrese
quiero ser siempre fugitiva
un día
(lo prometo)
el tiempo no será más esta angustia
tal vez solo
lanchas dormidas
historias de ahogos
y un faro de cemento gris.
1 comentario:
estos poemas estan increibles, lauri, pero que increíbles,
ya veo la encuadernación en forma de faro gris,
hermosos.
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