Lunes 28 de mayo de 2012
Dos cuerpos robustos se tambalean de madrugada. El hombre besa el
pecho de la mujer de pelo decolorado. La besa ante lo que él cree ausencia de
mirada, ante la Nada
que no existe y encima del balcón alguien los mira complacida. La melancolía es
un estado repetido o una mancha violeta, un planeta que nos partirá en millones
de partículas y, para mientras, el hombre sin saberlo besa el pecho de la mujer
robusta y se tambalean y yo los miro y pienso que mi jarrón de flores está
vacío. Lo llenaré.
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