La niña que quería ser poeta desde los ocho años y empezó a escribir a los trece dedica hoy su premio único nacional en los XXIV Juegos Florales de San Vicente, El Salvador, en la rama de Poesía a otro niño: Agustín Ríos García. Llevado en mi vientre por casi seis meses, a mi compañero y amor, a mis padres y familia que nunca cuestionaron, al contrario, alientan, que dedique mi vida a la escritura. A mi querida y admirada Argelia Quintana y su hija Amada Libertad, poeta salvadoreña muerta en combate en 1991, quien también ganó juegos florales, como muchos de mis más leídos escritores salvadoreños. Escribí "Espíritu" en 2014, lo revisé en 2015 y su última estrofa dice así:
"Voy hacia el hueso de mi escritura
creo en la sombra
pero también
en la luminiscencia de las cosas
en el agua
y en el jardín".
creo en la sombra
pero también
en la luminiscencia de las cosas
en el agua
y en el jardín".
Dice el lugar común, que por algo es común, que los bebés vienen con los panes bajo el brazo y, por supuesto, consagrados por los buenos augurios.
http://www.cultura.gob.sv/jovenes-se-apoderan-de-los-juegos-florales/
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