A César y Sergio:
“Creía tonta e inocentemente en el amor”
Victoriano Rodríguez
cada letra puesta sobre el regreso
todo lo que su angustia derruye
han pasado kilos de tiempo sobre nuestras cabezas
ha llegado la lluvia repentina a la esquina de diciembre
ha cesado el barómetro de medir cualquier cosa
podríamos hablar ligerezas toda la noche
todo el día de todos los días que nos faltan
pero no importa
de mi parte hay mayor incertidumbre
cada vez
uno inventa la risa para no estar solo
uno inventa a los amigos para lo mismo
ellos llegan y te recogen en la puerta
no importa la densidad del polvo
ni los huecos de los años
ni la lluvia
entonces uno se siente favorecido
por la imagen del atardecer incandescente sobre nuestras cabezas
por las olas tibias rascándonos los dedos
por el último trago de la noche
y la primera carcajada de la mañana
por el tiempo, irredento y amañanado
por la lealtad hecha llamada a cualquier hora
por las ganas de estar juntos
jugando a letras
en el sueño imposible de nuestra juventud.
5 comentarios:
Muy buenos poemas, siga adelante con su creación literaria, si promociona su libro en El Salvador avise por este medio para tener una muestra escrita de su obra.
¿Y TAMBIÉN UNO ESCRIBE PARA NO ESTAR SOLO?
CREO QUE SÍ, ES UN EJERCICIO DE MUCHA SOLEDAD, POR LO MENOS EL MÍO, ME IMAGINO QUE VA A LLEGAR A ALGUIEN, Y AL FINAL, NO LO SÉ, TAL VEZ ALGUIEN ME LEA, COMO YO TE LEO EN ESTE MOMENTO.
PUES AQUÍ TIENES UN LECTOR MÁS QUE.
SALUDOS. BUEN BLOG.
PUES HAY SI GUSTAS AGREGAME COMO AMIGO. SALUDOS.
Como me gusta este poema mi querida lauri!!!extrañaba leerte.
Te quiero mucho.
"por las olas tibias rascándonos los dedos"
este poema me gusta muchísimo, Lauriña.
Te quiero.
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