El lugar donde pondríamos los pies
las mismas líneas onduladas
cerros secos como los labios
de pronto, la espera es inútil
los estímulos del mundo: dolores agolpantes
las personas siempre son muchas
los escenarios: artificios
si dejásemos que el agua y la sal nos hablase
y el ruido extinguiese la necesidad de decir ‘nosotros’
sin embargo, insistimos en encadenar vocablos
en manchar las páginas
los árboles, en cambio, disienten y disfrutan deshojándose
el mar canta en la voz de un ronco pescador
el agua es el agua de la infancia.
Ante lo insoportable, camina sobre las piedras
aléjate
escucha la voz
siéntete triste/despierta de nuevo en el sonido de las olas
comprende que la infamia
solo le pertenece a las máquinas y sus hombres.
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