Acapulco, México. Sábado 20 de agosto
de 2016.
Emma Ramos Peña de 75
años, maestra jubilada de primaria, se despertó el jueves 18 de
agosto con la pierna izquierda dormida, sin poder caminar y sin saber
que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los
Trabajadores del Estado (ISSSTE) de Acapulco la dejaría, al menos
cuatro días, sin realizarle una tomografía urgente para saber su
estado de salud y de la embolia que sufrió en su pierna izquierda.
Dicho examen médico
tiene un costo en el sector privado de entre 2800 y 6000 pesos.
La historia es la
siguiente y no es muy distinta, lamentablemente, a la de muchos
derecho habientes a los que el ISSSTE trata, negligentemente, a
diario.
Emma acudió al Centro
Médico (privado) de Acapulco donde el doctor Rafael Zavaleta le
recomienda una tomografía urgente (TAC de cráneo, simple y
contrastado con interpretación) para conocer su estado de salud y,
estando asegurada, le sugiere atenderse en el ISSSTE, ella y su
familia se dirigen a Urgencias de esta entidad, ubicada en la avenida
Ruiz Cortines 124 de la Colonia Alta Progreso C.P. 39610.
Emma tiene diabetes,
además se dispara su presión alta y sus niveles de glucosa, sin
contar con que presenta el colesterol y los triglicéridos altos. La
afectada compra una caja de pastillas de al menos 400 pesos, de
nombre Nimotop, pues el ISSSTE no tiene en su haber.
Empiezan a darle largas y
todo el viernes 19 de agosto no le realizan la tomografía, por lo
que su hijo, Ulises Ríos Ramos, esa tarde, encara al Dr. Roque,
encargado del turno de Urgencias y al subdirector Manzano. Los
galenos aducen que la máquina para el TAC está descompuesta y el
subdirector sugiere “sufragar” el examen y el traslado de la
paciente, pero les informan que, supuestamente, la máquina del
hospital privado Santa Lucía, donde intentarían sufragar el examen,
coincidentemente, también está descompuesta.
Sin embargo, ese día el
subdirector descubrió que los médicos desacataron la bitácora de
la paciente al no realizarle el examen.
El sábado al mediodía
se les indica a los familiares que ellos cubran con el gasto de ese
examen médico en el sector privado y luego el ISSSTE lo sufragaría,
empieza el papeleo, pero la negligencia continúa ya que la señora
Emma ya había desayunado y el examen necesita que el paciente esté
en ayunas.
La doctora de turno
intenta mandar a la señora a su casa, sin realizar el examen,
tratando de convencer a los familiares que ella está bien y que no
es tan grave su situación. Pero su hijo, Hoguer Elvis Ríos Ramos,
no cede y no permite que su madre sea sacada del Seguro. La doctora
de turno intenta convencer a los familiares de que la señora Emma
está bien, pero desde el principio, los galenos aseguraron que el
examen era urgente.
El personal médico ha
pospuesto el asunto al lunes 22 de agosto, afectando y poniendo en
riesgo la salud de Emma Ramos Peña, quien sigue en Urgencias.
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