San Salvador, 5 de enero de 2008.
10.56 a.m.
que casi nunca suena para mí en la casa familiar
(uno tiene la pata rota, se la pegué con resistol)
ellos
se anclaron a su lugar de polvo al igual que mis juguetes
las fotografías las muñecas los cuadros y la vasija que me regalaste
donde unas mujeres –hace tiempo- escribieron sobre el barro negro la palabra
gua-ta-ji-agua
que también es un lugar
dentro de una canasta de mimbre sobrevivió durante mucho tiempo, engarzado,
un largo collar que compramos en uno de nuestros pocos viajes, lo usaría el día, pero el día nunca llegó para mí
entonces el collar se oxidó len-ta-mente
hasta qué la pátina negra lo volvió un poco menos que horripilante
y ahora engrosa la basura que no se puede reciclar
se fue el collar
pero permanecieron todos los demás
estos pequeños objetos que la casa familiar nos conservó
(el cuadro de flores secas, la pintura del caos en la ciudad)
el fracaso congelado
la imposibilidad de retenerte
es que te fuiste de viaje
y yo también
una serie de equívocos nos arrojó hasta aquí
es que este recuerdo me mata a veces
y a vos no.
y es que no soy capaz de deshacerme de todos los pequeños objetos que quedaron atrás,
que me sorprenden desde los rincones
cuando casi me convenzo que pronto
ya pronto
te olvido
los pequeños objetos han insistido en permanecer
y cada día se llenan más de polvo.
3 comentarios:
¿Sabes, Lauri?... yo tengo un estuche de guitarra donde guardo objetos así: un poco rotos, remendados, llenos cada vez más de polvo y cada vez más de significado.
A veces una pieza de cerámica es un poema en potencia.
Me encantó volver a verte y tus historias...
beso.
saludos
amiga poeta
la sigo leyendo y disfrutado y extrañando
y la nicole vendraaaaaaaaaa
a abrir caminos
Señorita Lauri: Ya no la chingue!!! hace siglos que tiene estos pequeños objetos expuestos en su blog...queremos más...tenemos hambre...GRRRRRRRRRRRR. Además me parece teeerrible que no ponga nada de nuestro importantísimo evento del martes. Besitos.
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