suben ganas como llamadas a la medianoche del tren
no somos nadie si no aceptamos nuestra condición animal
de extrema torcedura el talón izquierdo de tu huída
qué vivas entre cactus está bien
qué mires el sol celeste sobre las sienes de un rinoceronte
está bien
si amas a otra mujer en el calor salado del viernes santo
que te lleven arrastrado los gendarmes y te peguen y te roben
todos los papeles
que te espinen como al muerto en resurrección y de castigo
no alcances a mirar
los minusválidos segundos de mi reloj
que entre los atardeceres del desierto veás mi rostro
mi carne endeble que dice cosas inciertas
y te espera temblorosa cuando no hay más lugar
que te pierdas en el nihilismo inefable del mito
que no entiendas nada y cambies de opinión
que ser animal sea urgente en el discurso
que ser animal sea la única salida
que el deseo se pavonee en el parque como excusa
que la métrica de todo termine
qué estés bien y el rinoceronte de tus sueños
la bestia sostenida que todos llevamos dentro
tenga la piel tan suave como yo/
que no pase a más
que no sea necesario
tirarse de un quinto piso.
4 comentarios:
me gusta, me gusta y me gusta
Querida Lauri, me sacudieron ciertas frases de tu poema. No deja de sorprenderme tu maravillosa y lúcida juventud.¡Qué alegría de ser amigas!Un beso.
como la quiero carajo...por toda esa sensibilidad y la selección de palabras...que siempre, siempre la hacen ser dulce y canija al mismo tiempo.
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