lunes, febrero 29, 2016

Algunas cosas que necesitas saber sobre el parto y nadie te ha dicho nunca

Ahora que se acerca mi parto, me di cuenta, gracias a mis clases con una partera, que muchas cosas que las mujeres necesitamos saber sobre este no nos las han dicho nunca. Estos asuntos nos los deberían compartir desde la primaria, digo yo.
Las razones por las que toda esta información permanece en la sombra son sociales y económicas.
Voy a tratar de ser breve para que todas y todos los que así lo deseen puedan leer y compartir esta información. 
Empecemos. La césarea programada no es recomendable, pero tú puedes elegirla en el pleno uso de tu libre albeldrío, pero piensa que es una cirugía mayor, no menor, con los riesgos que toda cirugía conlleva, te costará más recuperarte, el bebé sale más violentamente al mundo, un mundo por lo demás ya bastante violento. Se ha asociado el incremento de la violencia obstétrica con el incremento de la violencia social.
Solo el 10% ó 15% de los partos deberían terminar en césarea pero algunos médicos e instituciones no quieren esperar y acompañar el largo trabajo de parto de las mujeres, quieren salir de su responsabilidad rápido, cómodos y bien remunerados.
Obviamente, si hay una emergencia tendrán que hacerte una césarea, pero no dejes que tu doctor o doctora te engañe metiéndote miedo sino que realmente-sea-una-emergencia.
Recuerda que muchos doctores programan césareas para poder atender a más “clientes”, lo que prima entonces es su lucro y no tu bienestar.
Hay mujeres que prefieren tener césarea para preservar su “integridad vaginal”, si tú eres una de ellas, estás en tu derecho, pero te sugiero que lo pienses mejor, la experiencia de parir naturalmente, según lo que cuentan varias antecesoras, es algo “único", hedónicamente no me lo quiero perder.
Por otro lado, el parto natural de una primeriza puede durar hasta 18 horas por lo que “no es como en las películas”, tendremos que tener mucha paciencia. Las madres que ya han tenido hijos pueden tener partos menos largos.
Un embarazo que llega hasta las 37- 40 semanas se considera "a término" y hay más probabilidades de parto natural. Si el embarazo se interrumpe antes de las 37 semanas, se considera un parto prematuro y hay más probabilidades de cesárea.
Según mi instructora del parto psicoprofiláctico, el parto natural tiene varias etapas:
-Te das cuentas de que vas a parir porque rompes fuente, sacas el tapón mucoso (flujo y sangre) o porque empiezas a tener tres contracciones de más o menos un minuto cada una en un periodo de diez minutos. 
No entres en pánico, cuando empiecen las primeras contracciones todavía tendrás un tiempo para estar en tu casa y comunicarte con tu doctora u doctor y equipo de doulas, si así lo decidiste. 

Borramiento: El cuello uterino que ha estado cerrado durante nueve meses empieza a ablandarse y ganas dos centímetros de dilatación.
Dilatación: Tu cuello uterino pasa de tener dos centímetros a 7 cm. de dilatación.
Estas dos primeras etapas son las más largas, pueden durar unas 16 horas. Se recomiendan respiraciones semiprofundas, cortitas y rítmicas, inhalar por la nariz, exhalar por la boca.
Transición: Esta etapa es, según lo que he entendido, el Darth Vader del parto, dicen que aquí es cuando gritas y maldices, por suerte, solo dura una hora y pasas de los 7 centímetros a los diez. Todo se está dilatando y moviendo en tu zona genital y pélvica. Se recomienda el soplido cortito y rápido, inhalar y exhalar por la boca.
Expulsión del bebé: En promedio, dura una hora. Se recomienda la respiración profunda más el pujo espontáneo de la mamá (no dirigido por la enfermera o personal médico) y jadeo al coronar, por la garganta, cortito y rítmico.
Alumbramiento. Que palabra tan hermosa.
Expulsión de la placenta: A mí hasta hace poco me informaron que, aparte de parir a tu hija o hijo, pares tu propia placenta :/ No se recomienda que el personal médico la jale, sino que esperen a que ella salga sola.
El bebé al recién nacer: Según varios artículos que he leído, sugieren que no te quiten al bebé de inmediato, a menos que haya una emergencia, tiene que pasar bastante tiempo sobre tu pecho para que puedas abrazarlo, besarlo y darle de mamar. Este primer contacto es crucial.
Hay mujeres que defienden su derecho a no amamantar a sus crías, las respeto, pero en mi caso y, luego de mis clases y lecturas, concluyo que quisiera darle solo leche materna a mi hijo durante los primeros seis meses, sin alternar con fórmula, no sé si lo lograré, ya les contaré luego. Espero que sí.

Plan de parto
Por último, les comparto nuestro plan de parto, hay muchos procedimientos médicos que se han naturalizado en los hospitales y a los padres no-nos-preguntan, así que prepárense para que no los agarren desprevenidos. Decidan ustedes, que no sea el personal médico.
Sé que será difícil que les presten la debida atención si viven en Lationamérica y serán atendidos en un hospital público, pero estos también deberían respetar sus peticiones. El derecho a la salud pública de calidad se nos ha quitado a los ciudadanos debido a intereses económicos y políticos. 
No quiero influir en sus decisiones, solo les comparto lo que yo decidí. Creo que toda mujer debería poder elegir cómo será su parto y cómo desea ser tratada, pero eso no se está respetando en la mayoría de los casos.
Sugiero entregar su propio plan de parto impreso en el hospital y a su ginecóloga o ginecólogo. Además de asegurarte que tu doctor y/o partera respetarán tus decisiones.
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Marzo 2016

¿Su pareja estará presente en el parto?
En todo momento.

¿Quién más?
Mi hermana.

¿Desea ser inducida al parto o que le rompan la fuente?
No, quisiera que fuera totalmente natural.

¿Desea entrar al hospital por Urgencias?
Preferiría no hacerlo, sino entrar por la puerta del hospital e ir a mi habitación.

¿El doctor de guardia puede hacerle un tacto vaginal?
No, mi ginecóloga ya me habrá revisado en su clínica, o bien, prefiero esperarla a ella.

¿Desea que el personal médico le pida quitarse su ropa y le proporcione una bata?
No, yo llevaré mi ropa y mi bata.

¿Desea que las enfermeras le hagan la tricotomía (rasurado del área genital)?
No, yo habré recortado el área previamente.

¿Desea que se le coloque un enema evacuante previo (medicamento purgante para hacer defecar)?
No, prefiero que no se me coloque porque puede entorpecer el parto natural o en agua que quiero tener.

¿Desea ser canalizada (suero en la vena con oxitocina)?
Solo si mi doctora lo considera necesario por alguna emergencia. Si el parto fluye normal, preferiría no recibir oxitocina extra puesto que alteraría el flujo normal de mi propia oxitocina.

¿Desea estar en una “sala de labor”?
Elijo estar en mi habitación con mi doctora y partera.

¿Desea la anestesia epidural?
No, a menos que mi ginecóloga lo considere estrictamente necesario o que yo, ante el dolor, cambie de opinión.

¿Medicamentos?
No quiero que se me suministren medicamentos a menos que mi doctora así lo solicite por el bien del bebé o el mío.

¿Sala de expulsión?
Si el parto fluye normalmente, estaré en mi cuarto en ese momento.

¿Maniobra de Kristeller? (El doctor se sube a la camilla y empuja violentamente al bebé hacia abajo)
No, por favor.

¿Litotomía? (Ser colocada en una cama con las piernas abiertas, apoyada en unas tobilleras de metal, sobre una camilla y con las piernas hacia arriba, contra la gravedad)
Prefiero conservarme en cuclillas (para que el bebé baje mejor), en el banquito o en la piscina para mi parto en agua.

¿Episiotomía de rutina? (Corte quirúrgico que une la vagina con el ano y que traspasa varias capas de músculo)
Mi doctora no hace episiotomías de rutina, yo no quiero una episiotomía de rutina, de ocurrirme un desgarro prefiero que me cosan el desgarro a que me hagan una episiotomía.

¿Sala de recuperación?
Me recuperaré en mi cuarto.

¿Cesárea de emergencia?
Si mi bebé necesita cesárea, por supuesto que accedo a que me hagan una, pero espero ser tratada por mi médico y el personal mediante una “cesárea humanizada”, sin aire acondicionado a tope y con las luces bajas después de la expulsión.
También me gustaría, aunque haya nacido por cesárea, abrazarlo piel con piel varios minutos.

Sobre el cordón umbilical:
Deseo que deje de latir antes de que sea cortado, así lo recomiendan.

Sobre el bebé después del parto:
Deseo que no se lo lleven rápido para poder abrazarlo y darle de mamar. Ya después el pediatra podrá hacerle los chequeos necesarios.
El hospital comentó que colocarán una cuna en mi habitación y que no lo pondrán en un cunero colectivo.

Sobre la placenta:

No quiero que la tiren, sino que me la entreguen, puesto que mi doula me ayudará a procesarla posteriormente.  

miércoles, febrero 24, 2016

Joven escritor egipcio condenado a dos años de cárcel por "difamar la moral pública"

El novelista y bloguero egipcio Ahmed Nayi ha sido condenado a dos años de prisión por "difamar la moral pública" en Egipto. Esto ocurrió el día sábado 20 de febrero de 2016, cuando lo llevaron directamente a una celda después de que se terminó la sesión en un tribunal del Cairo.

Pronto solicitaremos sus firmas pues escribiremos una carta para enviar a las embajadas egipcias en varios países de habla española para condenar el caso. Egipto, donde se dieron los primeros pasos para la revolución por la libertad tan esperada en los países árabes, está cayendo en uno de los casos más desesperantes en la región y, otra vez, con la excusa del combate contra el terrorismo.


Aquí se explica un poco el caso en una nota para La Jornada Semanal publicada el domingo 21 de febrero de 2016 (pero, lamentablemente, la nota no fue actualizada y no especifica el resultado de la sentencia):


Y aquí una traducción al español del capítulo en cuestión:

jueves, febrero 18, 2016

No voy a defender al ex presidente salvadoreño Mauricio Funes...

No voy a defender al ex presidente salvadoreño Mauricio Funes. Cuando yo era estudiante de Comunicación y Periodismo, hace unos trece años, lo entrevisté y le creí su discurso, crítico y democrático. Obviamente, luego dejé de creerle. Después, anduve reporteando cuando recibió en los primeros días de su mandato al Fondo Monetario Internacional y nos endeudó, a mi juicio, excesivamente, lo comenté pero nadie me paró bola. "Era necesario", dijeron. 
Luego, desde lejos me caían mal sus exabruptos: sus carros de lujo para atravesar el boulevard Monseñor Romero (mártir), su intento de ponerle a la sala presidencial como el poeta Roque Dalton, cuando tenía empleado a uno de los asesinos de Roque en su gobierno y ahora la noticia de lo que se gastaba en trajes. 
Tampoco creo, disculpen, que Funes haya sido el peor presidente de El Salvador, rescato algunos proyectos que hizo en salud y educación y tampoco creo, disculpen, que los presidentes del Frente sean "iguales" a los de ARENA. 
Tampoco estoy de acuerdo con el columnista que dijo que el gobierno de Funes devino en ¿nada? Lo que sí creo es que esa polarización ya dio lo que tenía que dar y que será mi generación y las que nos siguen las que deberán crear nuevas y más justas fuerzas políticas. 
Tampoco estoy de acuerdo con el odio a Funes, en general, no estoy de acuerdo con ningún odio, ni siquiera con el que le dedicaron al ex presidente Francisco Flores. Creo en la conciencia de clases pero no en el odio de clases. Ahora, tengo una pregunta. La mayoría de los colegas que arremeten contra el FMLN y Funes y ARENA y Flores, creo, son, de clase media. 
Y me podrían decir; hay muchos que mucho hacen, me consta, no se ensatanen; qué hacemos como clase media y sociedad civil para detener la violencia, la pobreza y la corrupción en El Salvador. 
Porque cuando pienso en la clase media salvadoreña, la siento prepotente, criticona, poco solidaria, cuidando su estatus, su zonita de confort, sus gustitos, preocupada por sus pensiones (yo también lo estoy), escandalizada porque la violencia llegue adentro de nuestras casas enrrejadas con alambre razor y cuidadas por el vigilante de la colonia. Algunos, los más pudientes, cuidan sus mejores privilegios, sus casas en la playa, sus viajes al extranjero. 
Pero gran parte de la clase media salvadoreña es yuca, despiadada y cruel, clasista, no le paga a las trabajadoras del servicio doméstico lo justo, las visten con uniforme, les dicen "choleras", putean cuando van en el carro, le meten el carro al otro si pueden; muchos, no todos, no se ensatanen; se valen de palancas y amiguismos para escalar, practican el machismo, llaman a algunas mujeres promiscuas "zorras", padecen alcoholismo, diseminan violencia, ruido, odio o violencia intrafamiliar. 
Pero la clase media está enojada, contra lo que hizo Flores, contra lo que hizo Funes. Pero qué hace la clase media, honestamente, a diario, además de putear y quejarse de sus gobernantes, para detener la violencia, la pobreza y la corrupción en El Salvador. Digo. Y los que dan la vida a diario en contra de la violencia, la pobreza y la corrupción en El Salvador no se den por aludidos. Fin de la transmisión.

martes, febrero 02, 2016

Notas sobre los infinitivos parir y criar

De la serie “Lanugo”

Parir
Del lat. parĕre.
1. intr. Dicho de una hembra de cualquier especie vivípera: Expeler en tiempo oportuno el feto que tenía concebido.

Criar
Del lat. creāre
2. tr. Dicho de una madre o de una nodriza: Nutrir y alimentar al niño con la leche de sus pechos o con biberón.
3. tr. Dicho de un animal: Producir, cuidar y alimentar a sus hijos. U.t.c. intr.
5. Instruir, educar y dirigir.
12. tr. p. us. Producir (//engendrar, procrear). U.t.c. prnl.
13. prnl. Dicho de un ser vivo: Desarrollarse, crecer.
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Tengo 32 semanas de embarazo. Hace 28 semanas que lo sé. La serie de hechos que se han sucedido desde entonces, los canales semánticos por los que ha transitado mi pensamiento son casi intraducibles en lenguaje. Intentaré ordenar mis ideas.
En un principio, quise escribir un blog para madres primerizas que recogiera información útil porque me estaba enfrentando a muchas dudas y miedos espeluznantes que muchas mujeres compartimos.
Luego, la idea se me fue diluyendo porque me atacaba un sueño arrebatador a la menor provocación, me atrasaba en revisar los trabajos de mis estudiantes, hasta una vez tomé una repentina siesta sentada en una heladería ante los ojos incrédulos de Efraín.
Lo primero que me angustió es que la doctora nos recomendara no hacer público, salvo con nuestras familias, el hecho de que estaba embarazada porque en los primeros tres meses había un porcentaje altísimo de posibilidad de pérdida, casi de un 30%. 
Semejante estadística me causó muchísima aprehensión y desde entonces dialogo con la angustia para que no enturbie mi alegría, el deseo encarnado de tener un hijo, lo cual, sin exagerar, es lo que más quería en la galaxia. No siempre fue así, pero esa es otra historia.
Lo segundo que me di cuenta es que al menos la Ciudad de México es uno de los lugares menos amigables para las embarazadas de menos de tres meses que no tienen auto y concluí que, de seguro, también otras ciudades son desatentas hacia las de mi condición.
Porque a una mujer de menos de tres meses de embarazo no se le nota la panza, por lo tanto, nadie te cederá el asiento en el transporte público a menos que se lo pidas y, si lo haces, o solicitas atención especial en las filas, posiblemente no te crean porque “no se te nota todavía” pero estás experimentando los tres primeros meses más cruciales. Eso sin contar que te pueden aventar, “echar el camión”, aplastar, como las personas te avientan y empujan en las grandes ciudades.
Luego, puede pasar cualquier cosa, desde la alegría noble de los que te quieren y conocen y gozan por ti, hasta la 'amiga' que con sorna y saña te avienta un “qué bueno que vas a tener un hijo con quien querías”, poniendo en duda la segunda parte de la oración, hay quienes cuestionarán lo “apropiado” de tu decisión, o bien, ante la noticia, uno de tus estudiantes de escritura te dirá: “Las mujeres solo sirven para parir”.
Y ahí, entre la empatía y la crueldad, aparece la espectacular palabra parto y toda la mitología plausible al respecto.
Un parto en México, si una no busca la suficiente información y no tiene la orientación adecuada, puede terminar en una césarea programada (México tiene más de un 60 por ciento de promedio en césareas, algunos dicen que casi un 90 por ciento, por lo que la Organización Mundial de la Salud ya ha amonestado a sus autoridades de salud, porque no olvidemos que una césarea es una cirugía) y un parto también puede incluir o culminar en violencia obstétrica, es decir, que te metan mano y bisturí inhumanamente en el seguro social o sistema público donde el padre de la criatura no puede ni entrar al alumbramiento. El seguro social mexicano para atender a una embarazada o parturienta te pide estar asegurada o estar casada con el padre, o bien, tener cinco (sí, cinco) años de concubinato comprobado con testigos.
En el otro extremo, está la atención privada y sus costos altísimos y, aparte, nuestra instructora de parto psicoprofiláctico, cuyo curso de 24 sesiones cuesta alrededor de 220 dólares, quien nos ha sugerido no comprar mamilas y alimentar al bebé exclusivamente de leche materna hasta los seis meses, a libre demanda del niño, y considera que, si la madre tiene que dejar de trabajar para lograrlo, debe hacerlo, como si todas las mujeres pudiésemos darnos el lujo de no trabajar dada la crisis económica permanente en la que vive la clase trabajadora.
Ella, por supuesto, es partidaria del parto en agua o en banquito y te cobra otros 200 dólares de honorarios por guiarte el día en que darás a luz. 
Entonces, las madres quedamos a merced de: ciudades y localidades poco amigables para las embarazadas; la vox populli del “deber ser y hacer”, sobre todo la femenina, que se explaya en juzgarte e indicar qué es lo adecuado y lo que no para parir y criar; el seguro social, su falta de cobertura; la violencia obstétrica; la falta de seguro social en la mayoría de los casos dada la actual flexibilidad laboral; los altos costos del sistema privado; las césareas como primera opción; tus propios miedos: los más grandes para mí son esa herida denominada episiotomía y las cuentas; algunas parteras cuyos honorarios son altos por reconectarnos con “el origen”; y, algo capital, tus hormonas brincolinas, las cuales existen y te vuelven bastante 'border'.
A estas alturas del proceso; mi propuesta es, como dice mi madre, untarme de valeverguina frente a la vox populli, el qué dirán, ese corillo griego que, si lo dejas, se aloja hasta en el último rincón de tu inconsciente; relajarme; asirme a mis redes de solidaridad y cariño; ocupar todos mis amuletos llegado el momento (el collar para los ángeles, la pulsera de la virgen del Perpetuo Socorro y San Gerardo, las estampitas para sus rezos, el cuarzo rosa, el bordado peruano que me dio Yaxkin y el disco de Miles Davis que me regaló Diego); y saber que, en este periplo de parir y criar, las decisiones de mi compañero y las mías, orientadas al bien pleno de nuestro cachorro capullo, así como nuestras intuiciones, serán las que nos guiarán y lucharán, contra todas las circunstancias sociales adversas, para que todo nos salga bien.
En este momento, si hay un proyecto y utopía en el cual me sienta inmersa y comprometida hasta las últimas consecuencias, es el de parir y criar a Agustín junto a su padre y compañero amado para que sea un hombre bueno, un hombre nuevo. Y sobre todo, un hombre pleno que goce de su vida desde que cruce su sueño amniótico. Ese es mi deseo más feroz.

Lauri García Dueñas
Colonia Libertadores, Acapulco de Juárez, México, martes 2 de febrero de 2016

Un poema y unas minicrónicas en Punto de Partida UNAM 195

Me da gusto compartir con ustedes una respondencia, la revista Punto de Partida UNAM publica en el número 195, por distintas razones, un poema y unas crónicas mías. Pasen si gustan.

http://www.puntodepartida.unam.mx/images/stories/pdf/pp195.pdf