lunes, abril 21, 2008

todo mi cuerpo me lleva hacia vos

todo mi cuerpo me lleva hacia vos

todo el líquido contenido de mi cuerpo

corre por la calle hacia la puerta de tu casa

y ya no te toca


todas las letras de mi alfabeto

inventan odas al calibre de tus manos

se deslizan entre mis piernas

y bailan sobre tu ropa


te espero

te grito

me gusta tu sombrero


en el aspirar de la otra noche

del mismo humo y la misma sonrisa

en el barrio más duro que he conocido

en la lista más larga de mis reproches

hablo viendo el punto blanco y fijo

de tus cortinas que atardecen en mí


te pido que todo tu cuerpo te lleve conmigo

que toda tu voz sea un recipiente cóncavo

que todas las plantas del mar hagan un puente lleno de láminas

que todas las noches sean la otra noche


ato mis manos como piscuchas

para no llamarte a cada respiro

para no intentar convencerte


lloro en el zócalo a deshoras

sonrío entre los débiles

y los conocidos

invento cartas con nombres

que no te gustan


agonizo


todo mi cuerpo me lleva hacia vos

toda la energía contenida en mi garganta

es un clamor oscuro e infame

un ácido amor que no se encuentra

un martilleo sobre rocas indestructibles

una lástima


me desnudo por costumbre

y camino en contra flujo hasta mi casa

soy la mosca que se estrella en tu cristal

el espanto

el cuerpo destruido ante la razón del no


pero a pesar de todos los intentos

de todos los regaños

de todas las explicaciones comunes para no buscarte


todo mi cuerpo me lleva hasta vos

y quiero volver a tocar tu puerta


a la hora que sea.

sábado, abril 19, 2008

La ciudad de los nombres



Ciudad de México, viernes 18 de abril, 10.44 p.m.

“Los poemas siempre huyen de los nombres, éste no”


yo vine a esta ciudad por mis propios pasos

solo traje dos maletas grandes y una intensa incertidumbre

el primer día, me perdí para llegar a casa


en el principio

comí huevos y verduras hervidas

me sentí sola al apagar la luz

arreglé mi primera habitación

lejos de los que quedaron atrás


caminé por Río Churubusco

y también me perdí, al llegar,

lloré frente a “Viva la Vida

en la Casa Azul

y me reconocí en la primera amiga

que tuvo Frida: ella misma


fui a los bares pero también a la biblioteca

conocí a hombres pequeños

y me acosté en algunas camas

que luego olvidé


leí libros gruesos

hasta la madrugada


comí tacos

tomé mezcal

y me mojé las botas negras

que a casi nadie le gustaban


luego fueron aparecieron los nombres

la primera ya estaba ahí

me dibujó un mapa para ir a la universidad

la ciudad se llamó entonces Laura

lugares hasta la madrugada

confesiones entre películas piratas

galletas de chocolate


después la ciudad se llamó Leire

visita, café en la terraza, corazón

flores que sobreviven y sobrevivirán

al metro y a la lluvia


por supuesto que un día me quejé

de que tu nombre, César, estuviese tan adentro

de esta ciudad de humos asfálticos

y quise volver a casa

pero me di cuenta que ahora esta ciudad

es mi casa


sin duda, la ciudad de los nombres

también se llama Carlos, Oscar, Orus

chistes, madrugada, chicken primavera

cerveza, ginebra, Río de la Plata


de pronto la ciudad también se convirtió

en una serpiente emplumada de mil cabezas

Eva, Nicole, María, Haydee, Marina, Carmen

Yamilee, Ximena, Anaïs, Diana, Emiliano

y si alguno de nosotros se va, estaríamos amputados


por suerte, ahora también puedo ponerle el nombre de mi hermano

a mis domingos

que es el día de la semana que todos saben que escribo

hasta en los parques


la ciudad recibe siempre a los foráneos

y le gusta últimamente llamarse Mateo

aunque solo nos visite


y así


esta ciudad es la ciudad de los nombres

el antepasado próximo de mi regreso

o el abrazo final a mi destino nuevo


quién sabe si yo algún día me vaya

pero si me despido, amor contaminado,

esquite con limón, banca en la Alameda

esta ciudad será para mí,

la suma irrepetible de varios nombres propios

una nostalgia inolvidable


y una profunda herida.

miércoles, abril 16, 2008

las calles están tomadas


A César, en la despedida:


las calles están tomadas

por horas los gritos colmaron las banquetas

arde el calor sobre el pavimento

las pancartas impiden el paso


yo también grito

dentro de mis paredes

me despido de ti en el gemido orgásmico de tu desesperación

te meto los dedos en la boca como gesto natural e insensato

horas antes, la emoción me hizo ponerme un vestido de flores

salir al mercado, preparar la cocina


hacer la sopa que tanto te gusta es tan fácil como abrir un sobre y no decirte

que mi secreto no es mío sino de unos chinos

luego corto y pico

la cebolla afloja las lágrimas

perfecto simulacro del después


tengo la devoción de la ternura

y es que nunca cociné tanto como para nosotros dos

a nadie quise alimentar con el ahínco de mi madre

o con la magia de los plátanos dulces de mi abuela


tengo encima de mí toda la historia de las mujeres

que amaron a sus hijos entre tortillas y frijoles fritos

y me da pena


la crueldad, pienso, también se inventó en la cocina

y el miedo,

como cuando de niña quise meter los dedos entre las brasas calientes

todavía me persiguen las ganas de lastimarme, no aprendo

me hipnotiza la flama, me quiebro ante los cuchillos grandes

hace unos meses me corté un dedo, odio las latas olvidadas

y lavar los platos, siempre es la peor parte


tuve que aprender a cocinar para no estar tan sola

para demostrar que podía vivir lejos de casa

para reconciliarme con la idea de mi misma

decía mi padre que se me quemaba el agua

y me hacían chistes


como cambia la vida

un día de estos me jubilo

me pongo a cuidar las plantas

me hago ama de casa

hago pasteles y los vendo

me dan ganas, y me río


cae la noche

afuera las masas no comprenden lo que ocurre entre mis paredes

y gritan


me despedí de ti hace unos minutos en el portal

el adiós entre nosotros es un guisado que siempre se pasa

al entrar, los platos quedaban en la mesa, pero hoy no pienso lavar

en la casa solitaria quedaron prendidas las luces de la sobremesa

no llegamos al café, siempre se nos cuece el deseo antes de tiempo


tengo dentro de mi la devoción de la ternura

y en el alféizar te dije, si hoy de verdad te vas

voy a seguirte hasta la otra vida

voy a cocinar para vos

te voy a hacer el amor

una tarde como ésta

con los gritos de la manifestación

mientras las calles sigan tomadas.

lunes, abril 14, 2008

Ondulaciones

el pecho desnudo al sol

crepitarán las larvas

hervirá el agua

cerraré los ojos al golpe de la luz

recordaré tu pelo (mis manos en tu pelo) y moriré


resucitaré años después

en tu olvido

y en las ondulaciones de un lago que nunca soñé

volveré a rabiar por todo el amor que te tuve.

miércoles, abril 02, 2008

amo tu cama de peces

Para César:


“Y ese pez era perfectamente Giotto, te acordás, y esos dos jugaban como perros de jade, o un pez era la exacta sombra de una nube violeta”. Julio Cortázar



amo tu cama de peces
tu voz que me desnuda en la penumbra
el sonido de nuestro oleaje que golpea los muros
la tibia presunción de inocencia
estos dedos como escrutadores impúdicos
de babas blancas

amo tu cama de peces
el compás tambaleante de nuestra sal
la suave luz que se cuela a través de la cortina que nos protege del mundo
como cristal empañado por el aliento humano
tantas veces ahogado

nada afuera es necesario, mientras tus tentáculos abracen este vicio
y yo me beba de un sorbo, el recuerdo transversal de nuestra única visita al mar

beso tus riscos resplandecientes de ensenadas
el ancla insurrecta de tu corazón desconocido
cuelgo caballitos de mar entre mis pechos
para que recordés que no hay muerte más amarga
que la del deseo entre animales marinos

y como luna nueva entre pescadores
que toman mezcal en la orilla
me deslizo por entre la rendija nocturna
que dejan las huellas de las gaviotas en la arena
soy la lejana forma de todos los manglares
así, ataviada
en este disfraz de lama verde de añoranza
me recuesto desnuda en tu cama de peces
tímida y voraz como una foca
eterna e insurrecta como una raya
gigante y plácida como la orca más asesina

abro las piernas para devorarte
tal como engulle el monstruo inmoral a los bañantes
cierro los ojos para llorar en la despedida
de un pañuelo blanco agitado a los barcos

amo tu cama de peces
enclavada en la calle Repúblicas
de la ciudad más grande del mundo
la cama más oscura y sucia de noche
pero no por eso la menos azul y aguerrida


amo tu cama de peces

amo tu cama de peces



amo tu cama de peces
donde me enseñaste que los gigantes del génesis
nacen cada vez en el abrazo,
en el beso,
y en el sexo de las caracolas.