miércoles, julio 30, 2008

la esencia libre de las cosas


entonces

hace un tiempo

el horizonte de los ojos se cerró

los pasos no contenían más que la desgracia inmediata de la ausencia

el estómago era un volcán sin cráter, y la mañana, un arrebato infame de luz

no había silencio

porque el mar del génesis era un papel arrugado en la avenida central

.

y que sé yo, que no sé nada cierto

que soy el coyote diminuto que se mete al fuego y termina siendo un perro

que soy un animal con cencerro que se da de topes contra las ramas

que siempre me pierdo

.

era demasiada la distancia que me separaba de mí

demasiados los años huérfanos de hilo para coser

demasiado el olvido de la bóveda celeste

la negación de mis manos

estas manos grietas que recogen la leña que se convertirá en fuego

.

fueron

demasiadas las mentiras que inventé frente a todos

para justificar mi histeria

.

pero voy a volver

.

la lucha del encierro la gané por ahora

.

peleé cuerpo a cuerpo contra todo lo que en mí existe de incierto

hice más preguntas que respuestas

lloré poco

me soporté

.

y qué se yo que no sé nada cierto

que soy la hormiga roja cabezona que corre en pantalones cortos detrás del mediodía

que lloro los domingos porque no soporto la soledad angustiosa de mi cuerpo

que tuve novios, amantes y amigos a los que mostré la farsa de mi piel, el orgullo de mis espinas

.

yo

que a veces me convierto en la jactanciosa desnudista de mis lamentos

.

pero

voy a volver

la lucha del encierro la gané por ahora

.

entre las zarzas gobernantes del desierto

dejé un poco del afán por lastimarme

por hacer de mí un cuerpo lleno de agujeros

y de mi alma, un lugar sin refugios

.

que siempre regrese la calma

que valgan todos los intentos

.

soy la misma

.

no ocurrió nada alentador que haga cambiar el rumbo de la bóveda celeste o el curso de mi propia historia

.

solamente

quizás

que en un amanecer fuera del tiempo

embebida en la suma de mis alucinantes moléculas

mientras la luz del sol hacía clarear las montañas verdes

sola

en medio de mi propio silencio

pude contemplar por un momento la esencia libre de las cosas

y me perdoné.

del poemario "el desierto es verde"


desierto, san luis potosí, méxico, julio de 2008.

I

en la estación catorce hay nubes violáceas

mujeres que caminan a la orilla de las vías

paletas de zarzamora en la plaza

dos chicas que cuchichean a solas

una postal/poca luz/ gente con las puertas abiertas

un neumático olvidado

viento que me despeina/voces que cruzan la noche

sombras de mí/faroles/

más viento que mueve mis páginas escasas

estrellas que se asoman

grillos

.

aquí hay grillos

.

el tren corre sin poses/sin sorna

las hojas se mueven

la tinta se corta

los sonidos se multiplican

alguien pateó un bote/que rueda

yo

vuelvo a estar en mí entre el viento que arrecia

que me acerca los restos

entre los grillos

.

aquí hay grillos

II

en pocas horas pude darme cuenta de que borraste casi todos mis recuerdos de los hombres

pero ahora que estás lejos y tengo los labios resecos

ellos vuelven, me acechan

retorna

“la textura descarrilada del deseo”

VI

empiezo a soñar con las gotas de lluvia

flechas blancas que cortan la madrugada

donde ayer ardíamos/hoy se sirve el café

los animales con cencerro me conmueven

son como yo que nunca ato cabos

que me doy de topes contra las ramas

el desierto es verde

todo lo que nos antecede, innecesario

solo requiero mis manos agrietadas

que el sol me seque

y el viento me recuerde la esencia de las cosas

IX

esta tranquilidad de mí me agobia

me muevo fácil/me acepto/me pruebo

soporto el agua/el frío/la ausencia

veo la montaña/su niebla penetrante y creo

soy las espinas en mi cuerpo/las hormigas

algo suave y olvidado/no duelo

aprendí a guardar silencio/ a ver el maíz en el polvo/a ignorar insectos

el amanecer es grácil/mis pies se prenden al suelo y camino/aparece la luz

fuera del tiempo/madrugo

la vida es una construcción minúscula

casi unicelular

yo

vuelvo a hablar con lo pequeño

como los niños

como el fuego

lunes, julio 21, 2008

Psico-trópico de rinoceronte fértil



Que tus manos eran las de un rinoceronte fértil
que los lobos saltaron la barda y se comieron a todas las caperucitas
que los elefantes rosas no han dejado de estar borrachos
que el dolor fue un líquido oscuro que se corrió en una baba
y la vida una búsqueda de espinas
un aviso premonitorio de cactus.

Un día también luché con tiburones
les partí la mandíbula a manos batientes
tampoco a mí Margaret me creyó
y por eso tuve que irme.

Que tus ojos negros sean de cíclope
y la piel de la isla un símil de reptil azul.

Quizás estoy exagerando, me dije
en un soliloquio por contenerme
y no caer en lo más profundo de mí.

Detenme, tierra, que me voy.

Que tus dedos se aferraban a mi cintura
hace ya tanto tiempo
cuando fumábamos entre tus cajones sucios
que nunca mudamos.

Pero tus paredes grises sin pintar
nuestros veinte años agrietados
me harían fumar con vos
solo para volver a sentir tu cuerpo de hace siglos
sobre mí.

II
Que tu cama fue de agua y todos los días soporto el naufragio

Que mis tardes de parque sean siempre el recuerdo de una explosión de luz, cuando jugábamos a no soltar la pelota de tela
y Alejandro todavía me daba besos
porque no se había ido a París y a su muerte.

Cuando Mario y yo aprendimos a medir la exposición blanco y negro
de los bordes y los paraguas/sobre aquel puente peatonal de la Ceiba de Guadalupe
(me pusieron nueve por la ocurrencia
y entendí a Baudrillard).

Fui tan feliz contigo en esa cama estrecha de uno veinte
porque éramos los dueños distraídos de todo lo que vendría
temí a mi madre que se convirtió en alas de pájaro
en las sombras de aquella noche
no, no soy una foca, tuve que alardear alguna vez
soy un pulpo de varios brazos
un puré de emoción
derramado en el piso del zaguán.

Que tus manos sean de rinoceronte fértil
un cordón umbilical que nunca nos separe
que nos vayamos al mar y por fin nos convirtamos en algo inolvidable
que todo el deseo no se desperdicie
que uno siempre recupere el sentido
o no.

Tiemblo de ganas de irme al desierto
tejer una bufanda roja
y un día fuera del tiempo
poder secar por fin todas mis lágrimas.

Por eso me voy
con mis ansias de coyote diminuto.


sábado, julio 19, 2008

A la espera

del verdadero desierto, este 23 de julio.

de-cierto

Valle de Bravo, México
domingo 5 de julio de 2008

qué será de cierto, amor
que tus ojos son la fuerza de los alebrijes
el mar de entonces donde no habría que matar la transparencia
los dedos de las uvas
qué será de cierto, amor
que sos la última aceituna de una tarde de vinos
el sonido lejano del desierto
el eco de mi boca seca
todos los recuerdos de los hombres
una marimba sentada sola en una habitación
qué será de cierto, amor
que la tarde llueve y las paredes blancas
son la mirada espectacular sobre la incertidumbre.

el amor nos inventó


tengo una necesidad imperiosa de escribir las escaleras

los flamencos humanos parados en una sola sílaba

las paredes manchadas de la noche

el suelo cuadriculado de palma dura

la risa de tus comisuras

los insectos de mis entrañas

la metafísica del roce

las mañanas en la plaza

lo que aprendí de niña y no he olvidado

el deseo de los vientres de las ballenas que debe ser muy grande

la miseria, el espanto, la injusticia absurda de la humanidad

la tristeza de los locos y su repentina alegría de objetos rotos

el dolor

las cadenas que se le imponen al cuerpo

la cicatriz que me marcaron a fuego

la tienda de helados cerrada y a oscuras

el papel sucio detenido en la banqueta

mis dedos metiéndose en tu pelo

el olor del café en tu cocina

tu boca erguida sobre todos mis días

la autoridad de tu cuerpo que es el fuego de mi cicatriz

la pantomima de las sombras, el camino filoso de los nómadas

el recreo de los niños, la nostalgia de las campanas

la desolación de las escuelas

mi dolor

.

tengo una necesidad imperiosa de volcarme

de prender la luz

.

mi padre me pide que escriba de las calles, de la gente y de la lucha diaria

y vos también

.

pero yo tengo unas ganas imperiosas de escribir los dobleces de mi carne

la historia paleolítica de mi corazón

tus bolsillos contrabandistas de hormigas rojas

la angustia del reloj de arena

la insignificancia de las uñas

el olor del pasto

el sol acariciando mi ventana

la taxidermia de mis manos

mis sueños de velocípedo y jirafa

y una frase intuida de la gente, de las calles y de la lucha diaria:

“el amor nos inventó”.



foto de Matthew Eisen en Valle de Bravo.


viernes, julio 18, 2008

días nómadas

hoy fue el día ése que nadie quiere que llegue

el día en que en el portal nos decimos adiós

el día en que después de tanta impotencia por fin nos soltamos las manos

el día que querías para tus laberintos

para cerrar tus nudos

.

yo te doy este día

completo

con mis lágrimas tuyas en tu solapa

.

me voy a la fuente a fumar

tiemblo en medio de una ciudad bulliciosa

insoportable es el sonido de las campanas de la esquina

vuelvo a casa, trastabillo, duermo impresionada

oigo música y sigo el hilo de los coches desde la ventana

.

no hay mar para mí

.

me pregunto si luego más tarde

cuando las cáscaras se hayan secado

podré escribir de nuevo amor

esa palabra que te nombro para la rabia

si podré hablar de moléculas

elefantes, besos y conexos

o si de pronto entraré en un mutismo desolado

en una falta de temas

.

yo a veces me canso de mi misma

del cansancio oscuro de esperar

lo que no sueltan tus manos ni tus labios

.

y otra vez quise decir no te vayas, te necesito

pero hay cosas inútiles

.

este es el día que nunca nadie quiere que llegue

porque cuando llega

uno se queda mudo

tiene frío en los pies

se esconde entre las sábanas

y piensa

si el ruido, los coches y la ciudad

recobrarán su sentido.


II

el día después


por suerte ya las jacarandas duermen

y el ruido estrepitoso del movimiento se tornó calma

la fuente es el recuerdo

los cigarrillos se multiplican

llegan paquetes inesperados

como bien

la banqueta es plana

no tropiezo

el sol saluda a los edificios

sueño con ver un calendario antiguo

con caminar el desierto de mis dunas

el café neutraliza los líquidos de las venas

el metrobús estaba despejado

la lavandería apareció cerca de mi casa

y la rata muerta se la llevaron los hombres vestidos de anaranjado

mi perro encontró un mejor lugar en el mundo que a mi lado

la gente dice que yo merezco

este es el primer día de los días que a mis zapatos les faltan para desgastarse

caminando las calles para llegar a tu olvido

pienso

respiro

por suerte las jacarandas duermen en el vientre tibio de un abril que está lejos de aquí

lejos de aquí

jueves, julio 10, 2008

Espejo seis


claro

ahora vamos a decir todas las palabras que llenamos de mentiras cada vez que nos vemos

y fingir que todo este maremoto no ha existido entre nosotros y que una tarde está así

abierta en la línea frontal de su primera arruga en la frente

.

lamento que leer poesía en medio de la lluvia sea cada vez más doloroso

que quieras llevarte mi libro favorito y yo me resienta

porque un libro es a veces lo único que tengo

nunca fui capaz de acumular lo que suman los adultos ni la gente de bien

nunca supe qué significa crecer ni lo sabré

pero me tranquiliza saber que ni vos ni yo somos esa clase de tipo normal

porque hablamos otro idioma que nadie más entiende

o por lo menos eso me gusta pensar cuando meto mis dedos en tu pelo negro

.

lamento que los escalones chorreen estos clavos de palabras necias

estas gotas incesantes que hacen que las niñas abracen sus paraguas

y yo tenga más lágrimas acumuladas en las cuencas

y cada vez menos esperanzas de bolas deliciosas de sorbetes de chocolates

.

lamento recurrir cada vez más a los lugares trillados

al debate verbal que hemos establecido como punto en común

y es que yo cada vez sé menos de los besos

profundizo más en las dudas y los cambios de rumbo

colecciono tardes de lluvia para mientras zurzo el alma que se atora en el papel

tardes de paraguas rotos y zapatos húmedos

tardes de amígdalas inflamadas

tardes en que las islas pierden el corazón

y garbancito se resfría por tanto diluviar

.

y yo qué sé

yo nunca tengo nada cierto

.

sabés más vos que tenés el tic de asentir

el rostro de mi espejo para verte acariciar

la ropa que te alisas antes de irte otra vez

después de concebir la cama de los besos y la lluvia

los libros que no te di porque no puedo soltar

y todas esas palabras que llenamos de mentiras

cada vez que nos vemos

.

me siento en la mesa a esperar

que esta hoja no se llene de agua

el discurso es mi trinchera para hacerte entender

que todos mis espejos están rotos si no estás.

jueves, julio 03, 2008

Yo me enamoré de un mutante



Hace un tiempo conocí a un mutante de piel azul y costumbres de gato

un día me gustó tanto que me quedé sorda de tantos nervios

más tarde me enamoré de él perdidamente

pues me recordaba a mis remotos amigos imaginarios con los que jugaba de niña debajo del árbol de limón

esos cómplices aliados con los que aventábamos flechas de partículas invisibles a los enemigos de la infancia

que son más peligrosos de lo que uno imagina

.

el mutante era tierno y aparentemente inofensivo

tenía una timidez que invitaba a la confidencia

decía frases tan alentadoras como que nos conocíamos desde antes

o esa de “siempre quise una chica como tú para mí”

.

afilando sus ojos pequeños trepaba a la ventana de mi departamento a ver pasar por horas los autos recurrentes del Viaducto

no me culpen, un mutante así conmueve el corazón

él era tan sensible como yo

que muero en las ventanas al ver caer la lluvia y me entristecen demasiado los domingos

.

y yo que me las daba de precavida

que siempre temí a los mutantes

no descubrí sus propiedades químicas a tiempo

porque la pasión desbordada en la cama siempre obnubila

.

de repente, ya no hacía caso a eso que enseñan las mamás de que uno no debe hablar con los extraños y mucho menos irse con ellos

.

y es que yo le creía todo al mutante azul,

lo besaba mucho, me le sentaba en las piernas

a veces más de la cuenta

entusiasmada, le escribí todos los poemas que pude

porque pensaba inocente que la poesía conjura el amor de los que amamos

pero el poema es insuficiente casi siempre

.

tuvimos, el mutante y yo, nuestras escenas cinematográficas, nuestros momentos Kodak

besos en el césped de la universidad con ausencias a las clases de baile

veloces desapariciones del mundo para poder habitar nuestra burbuja

prolongadas charlas de café y sobremesa

domingos de Jim Jarmusch y Woody Allen

borracheras tambaleantes en las calles del centro histórico

cuando los extraños envidiaban los besos que nos dábamos

.

ay, esos días felices

.

aparentemente todo iba bien

.

hasta que un día mi mutante favorito me dijo que estaba confundido

que mis propiedades químicas y las suyas causaban cortocircuitos

que habría que afinar los electrodos

que él era un mutante tranquilo que dormía poco y necesitaba más comprensión y ternura

.

me acusó de ser enojada y multiplicar pucheros

de tener demasiadas revoluciones por segundo

lo que me pareció muy serio y protesté

porque a mí me apasionan mis ventiscas/soy terca/me defiendo

.

me puse triste

agarré mis cosas

regresé a mi casa

.

era primavera

habían demasiadas jacarandas

y demasiados pétalos en el piso aplastados en derrota

.

tomé de más

escribí de más

me dio alergia el contacto con el mundo

.

y yo que siempre fui trágica y dramática

exageraba

tenía nostalgia de flechas imaginarias

y confidencias

.

intenté seguir los sabios consejos de mis amigos

traté de olvidarlo y conocer nuevos mutantes que me asustaron cada vez más

bah, todos mis intentos fueron inútiles

.

en el fondo

el mutante y yo nunca rompimos los lazos que provoca la piel y la pasión que desbordada en la cama siempre obnubila

pero a veces

todavía me pongo triste

porque me siento más mutante que él

y eso hiere mi seguridad ontológica

.

ahora no sé

no sabría qué decirles del estado actual de mis asuntos fuera de la atmósfera

solo que tengo una profunda simpatía por las películas de seres extraños y marcianos azules y admiro cada vez más a Jim Jarmusch y Woody Allen que por lo menos son igual de raros que yo

.

confieso

sigo esperando que mi mutante de piel azul y costumbres de gato regrese para quedarse

porque en el fondo él y yo nos entendemos

los dos damos miedo, sacamos chispas y jugamos con flechas imaginarias

que nadie más ve

.

sigo

creyendo es sus frases halagadoras

él insiste en decir que nos conocíamos desde antes

tal vez en un planeta tan lejano como Plutón

aunque ya no exista por motivos científicos y geográficos

.

y en ese planeta feliz

donde el mutante y yo ya nos conocíamos

donde no terminan los besos y nunca llegan las despedidas

siempre pasan en la televisión del domingo

películas de Jim Jarmusch y Woody Allen.