lunes, noviembre 28, 2016

La crónica como antídoto. La calle como espacio de intercambios.

Aquí pueden encontrar mis minicrónicas "Por la señal de la peloncita" que ganaron el tercer lugar el año pasado.

Mi poema "América" en Ecuador

Gracias a Dadaif Cartonera, ya pueden conseguir mi poema "América" en Ecuador.




Transfronterizas. 38 poetas latinoamericanas.

Es un honor para mí aparecer publicada en "Transfronterizas. 38 poetas latinoamericanas". Ediciones Punto de Partida de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

viernes, septiembre 30, 2016

43 poeti per Ayotzinapa

Tradujeron al italiano nuestros poemas dedicados a los muchachos desaparecidos en Ayotzinapa. Todas las ganancias del libro serán entregadas a sus padres. Seguimos exigiendo JUSTICIA.
http://www.edizioniarcoiris.it/index.php?id_product=248&controller=product

sábado, septiembre 24, 2016

Deseo y Escritura

El libro de Ginn Arias Alberto Báez Munguía Rosa Guadalupe García Mónica Villalobos Manzano Eliana Zaghis se presentó ayer viernes 23 de septiembre de 2016 en Wiser Books & Coffee Dos años después de encontrarnos en una bella, antigua y medio derruida biblioteca de Coyoacán. La escritura existe, muchas veces atravesada por la complicidad de animales que solo escriben y se enamoran, como dice J.E. Eielson. Estoy contenta de acompañar la escritura de otros, de verla encarnar, de verla desbocarse :D Que vengan más textos, que no pare el deseo.

jueves, septiembre 15, 2016

Nociones de patria

Desde que nació Agustín, la palabra patria es todavía más incierta y dúctil para mí, porque aunque tengo diez años viviendo en el extranjero, para los mexicanos soy salvadoreña y para los salvadoreños, mexicana.
Quedé entonces en el limbo de los desterrados y exiliados por voluntad propia, con los afectos divididos y cada día extrañando a la mitad de mi vida, independientemente de la geografía en que me encuentre.
Pienso en la palabra patria y me vienen a la mente el mar Pacífico, la lengua española, los vínculos sanguíneos y escogidos, la tierra negra, la arena, cierta música y lo mismo una pupusa que un buen mole verde.
Cómo, ahora que soy madre, le enseñaré a mi hijo lo que siento por un país en el que no vivimos. He empezado, sin planearlo, mediante el lenguaje, surco de tantos equívocos. Le canto el Poema de Amor de Roque Dalton, versión Yolocamba Ita, y cada vez que lo hago mis ojos se vuelven laguna viendo en Youtube a los hijos de Roque llorar, no por el poeta sino por el cuerpo del padre desaparecido, asesinado y sin sepultura, le canto “Canasunganana” de Exceso de equipaje, que en la universidad no me gustaba y ahora sí. Lloro pensando en la abuela trabajadora a la que le urge que el bebé duerma para hacer el quehacer, como a mí. El llorar, en mi caso, es un mecanismo descompuesto, como dice Rosario Castellanos. Últimamente, tengo el botón de llorar en ON cuasi permanente. Hormonas, dicen.
Desde este país diferente que es la maternidad, también le canto “El sombrero azul”, versión Ali Primera y en mi voz quisiera que cupiera , al menos, lo que sé del paisito desde la cruenta masacre de 1932, poder contarle de la guerra civil, la violencia, pero también quisiera regalarle a mi hijo una bandada de pericos extintos a las 5 p.m. o una nieve del Pops.
De qué se trata entonces esa sustancia incierta denominada “patria”. Antonio, uno de mis estudiantes del taller de Poesía Vida en el reclusorio de Acapulco, dijo que patria es lo que tú quieres que sea. De repente, una se siente sin suelo, al menos yo me siento así a un año de haberme mudado de ciudad, y, de pronto, me asola el vértigo por lo desconocido o lo que me queda por construir de posibles vínculos.
Mientras esta ola de vértigo pierde fuerza y voy cayendo en situación; la canción, mi propio canto, la música, se ha vuelto parte de la patria fragmentada que comparto con mi hijo.
Pronto, él conocerá a mis padres, a mi familia, a varios de mis amigos de allá, el color del cielo de El Salvador, la vista al volcán de San Salvador y un poco del sabor de la comida que se vuelve patrimonio emocional en la infancia y tendrá, al menos, dos patrias (El Salvador y México), resquebrajadas, asoladas por circunstancias sociales extremas, pero también como un cosmos lleno de posibilidades.
Para mientras, le sigo cantando y, aunque supuestamente no me entienda, yo sé que me entiende, seguiré tarareando todo lo que pueda recordarme a El Salvador. La patria también es canto ¿Verdad?

domingo, septiembre 11, 2016

"Mi primer taller de poesía"

"Mi primer taller de poesía" empieza el lunes 3 de octubre de 2016 en Skribalia, en línea, desde cualquier país del mundo. Aquí la información: http://www.skribalia.com/course/mi-primer-taller-de-poesia/
Gracias por compartirla.

lunes, septiembre 05, 2016

Maternidad posmo

Lunes 5 de septiembre de 2016
Polémico. A mi me recomendaron que debía maternar (compartir mi sustancia maternante con mi hijo), es decir, pasar con mi bebé los primeros meses de su vida y dejar de trabajar, 'juelule', me dije, pero lo he hecho, parcialmente, solo trabajo ocho horas semanales fuera de casa (dando un taller de poesía en un reclusorio, trabajo que me cimbra y me da alegría). Me recomendaron dedicarme a pacer cual rumiante mamífera y dar la teta, lo he hecho, hasta donde mis fuerzas me lo han permitido, aunque a veces el cuerpo y la psique desvelados ya no aguantan. No soy una purista y, la verdad, cuando ya no he aguantado el cuerpo, le he dado leche de fórmula a mi bebé, con el perdón de las de la liga de la leche y conexas. Estoy del lado de ambas posturas; considero que las mujeres que no quieren ser madres tienen el derecho a no serlo y nadie debería juzgarlas por ello y las que queremos serlo deberíamos tener también el apoyo moral de las no madres, no su crítica jactanciosa y destructiva, un apoyo estatal y social para pacer y dar la teta sin tener que preocuparnos por lo económico, si así lo escogemos, o bien, se nos debería respetar la decisión de incorporarnos poco a poco al mundo laboral según vaya siendo nuestro deseo y deliberación, eso sí, con las suficientes prestaciones sociales no con la incertidumbre de la flexibilidad laboral. No creo que todas las mujeres deban ser madres ni considero que ser mamá sea, a secas, lo más bello. Esos son cuentos de hadas y estereotipos. Por lo menos, en mi experiencia personal, ser mamá ha implicado que todo lo que era, sentía y creía con anterioridad tambalease. Y mi sombra ha salido a flote con todos los poderes, quizás porque no duermo bien y, entre dormida y despierta, he soñado que mi marido es el rey sandía, con capa de semillas y todo, o que Batman hecho murciélago llega a mi cuarto. No sé cuántas depresiones post-parto llevo ya. Por lo tanto, ser mamá no es para nada un lecho de rosas. Pero de que es hermoso y te dan ganas de ser mejor especímen, no hay discusión.
¿Ser mamá es algo político? ¿Tenemos que volvernos súper poderosas para satisfacer las demandas que sobre nuestro cuerpo inflingen la competencia capitalista laboral, como la muchacha de la foto, o guardar el rol socializado de lo doméstico? ¿No sería mejor fundar nuestra irrepetible maternidad en cada encuentro con el Otro (bebé)?
Les dejo el artículo en cuestión, hablemos de qué es, en la posmodernidad semifeudal tercermundista, ser mamás o no serlo, ve chís. Y algo sé de cierto, si no fuera por todo el amor y la solidaridad que han tenido mi compañero, mi familia y mis amigos y otras mamás empáticas, ya me hubiera extinguido con mis dudas y mis desvelos.Otro gran tema: La obliteración de los padres que sí quieren ser protagonistas de la crianza y el apego a sus bebés. Porque no los toman en cuenta ni las instituciones, ni los debates, ni las feministas, ni las personas que timonean los asuntos aparentemente dicotómicos mamá-bebé y se olvidan de la tríada papá-mamá-bebé.
Y vos, qué pensás. 

domingo, agosto 21, 2016

Retrasan tomografía y atención urgente a paciente del ISSSTE en Acapulco

Acapulco, México. Sábado 20 de agosto de 2016.

Emma Ramos Peña de 75 años, maestra jubilada de primaria, se despertó el jueves 18 de agosto con la pierna izquierda dormida, sin poder caminar y sin saber que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) de Acapulco la dejaría, al menos cuatro días, sin realizarle una tomografía urgente para saber su estado de salud y de la embolia que sufrió en su pierna izquierda.
Dicho examen médico tiene un costo en el sector privado de entre 2800 y 6000 pesos.
La historia es la siguiente y no es muy distinta, lamentablemente, a la de muchos derecho habientes a los que el ISSSTE trata, negligentemente, a diario.
Emma acudió al Centro Médico (privado) de Acapulco donde el doctor Rafael Zavaleta le recomienda una tomografía urgente (TAC de cráneo, simple y contrastado con interpretación) para conocer su estado de salud y, estando asegurada, le sugiere atenderse en el ISSSTE, ella y su familia se dirigen a Urgencias de esta entidad, ubicada en la avenida Ruiz Cortines 124 de la Colonia Alta Progreso C.P. 39610.
Emma tiene diabetes, además se dispara su presión alta y sus niveles de glucosa, sin contar con que presenta el colesterol y los triglicéridos altos. La afectada compra una caja de pastillas de al menos 400 pesos, de nombre Nimotop, pues el ISSSTE no tiene en su haber.
Empiezan a darle largas y todo el viernes 19 de agosto no le realizan la tomografía, por lo que su hijo, Ulises Ríos Ramos, esa tarde, encara al Dr. Roque, encargado del turno de Urgencias y al subdirector Manzano. Los galenos aducen que la máquina para el TAC está descompuesta y el subdirector sugiere “sufragar” el examen y el traslado de la paciente, pero les informan que, supuestamente, la máquina del hospital privado Santa Lucía, donde intentarían sufragar el examen, coincidentemente, también está descompuesta.
Sin embargo, ese día el subdirector descubrió que los médicos desacataron la bitácora de la paciente al no realizarle el examen.
El sábado al mediodía se les indica a los familiares que ellos cubran con el gasto de ese examen médico en el sector privado y luego el ISSSTE lo sufragaría, empieza el papeleo, pero la negligencia continúa ya que la señora Emma ya había desayunado y el examen necesita que el paciente esté en ayunas.
La doctora de turno intenta mandar a la señora a su casa, sin realizar el examen, tratando de convencer a los familiares que ella está bien y que no es tan grave su situación. Pero su hijo, Hoguer Elvis Ríos Ramos, no cede y no permite que su madre sea sacada del Seguro. La doctora de turno intenta convencer a los familiares de que la señora Emma está bien, pero desde el principio, los galenos aseguraron que el examen era urgente.

El personal médico ha pospuesto el asunto al lunes 22 de agosto, afectando y poniendo en riesgo la salud de Emma Ramos Peña, quien sigue en Urgencias.  

viernes, agosto 05, 2016

Ecología y Libertad

“El infierno son los demás”, dice Jean Paul Sartre al final de su libro “A puerta cerrada”. Yo no estoy del todo segura de que así sea, aunque a veces lo piense. Lo cierto es que ir al encuentro con el Otro es complejo y desgarrador, aunque en algunas ocasiones otorgue frutos resplandescientes.
El mundo se está cayendo a pedazos, se están desmoronando los Estado Nación, el entorno natural es cada vez más reducido, se están extinguiendo hasta las conchas del mar y las abejas, lo sabemos, pero la soberbia personal y social impide a muchos hacer hasta la más mínima cosa por el Otro desconocido: preocuparnos por el destino de nuestros desechos sólidos, vigilar el propio consumo, utilizar adecuadamente el recurso energético y, en Acapulco, o donde leas esto: no tirar la basura y las latas de cerveza a tu paso.
Lo he visto, te terminás tu agua fresca y aventás tu plastiquito con todo y popote a uno de los arroyos de la colonia donde vivo. Parece que no hubiera mañana, que el futuro fuese una abstracción demasiado lejana.
Podríamos, por ejemplo, empezar por no devastar el entorno inmediato, natural y social. La gente no pone atención ni siquiera por donde camina, se pasa llevando al Otro transeúnte, literalmente y en metáfora. Parece que está suspendida la mirada hacia lo que no es individual, consumible o autocomplaciente.
Por ejemplo, podríamos ir hacia nuestro productores, México tiene las verduras, frutas, cereales y materias primas para reactivar el autoconsumo, habría que consumir aquellos productos que vienen de nuestros alrededores, de pequeños productores y distribuidores.
Pero sobre todo podríamos pensar en una ecología de la convivencia, todavía me pregunto qué ocurre en el pensamiento de las personas que tocan el cláxon como degenerados o esparcen ruido mediante enormes bocinas destruyendo tantos sistemas auditivos ajenos, tampoco comprendo a las personas que utilizan el transporte público y miran al cristal para no dar el asiento a ancianos, mujeres embarazadas o con niños. Estos aparentemente insignificantes usos y costumbres esconden la polusión no solo del medio ambiente sino del alma y el espíritu. No quiero colocarme como juez retórica de todas estás prácticas, porque ante todo, cuando decimos que hay que revisar la ecología de la convivencia o los patrones de consumo nadie queda impune.
El periodista argentino Martín Caparrós acusaba a nuestra generación de estar obsesionados con la ecología y la revolución verde, el andar en bici, los huertos urbanos, etc. a lo cual le interpelé que su generación no logró cambiar la injusta redistribución de los recursos ni concretar una revolución social coherente, representativa e incluyente por lo que no es de extrañar que muchos de mi generación optaran por afincarse en la lucha por los recursos naturales y otras acciones sociales menos beligerantes que las anteriores.
En medio de todo este espasmo, el sujeto individualista que nos heredó la revolución industrial y el capitalismo, infatuado de sí, queriendo comprar cosas que le den placer inmediato o satisfagan sus necesidades creadas, mirando el brillo de las pantallas electrónicas sin importar que del otro lado esté, en carne y hueso, otro ser humano, como esas parejas que salen a bares o restaurantes pero no se miran, porque miran a su celular.
Asolados por la violencia, la pobreza, el crimen, la flexibilidad laboral o el desempleo, en pleno declive de la antes llamada clase media; el sujeto puede ser privado de su libertad como en el libro “A puerta cerrada” y no solo de la libertad de poder vivir en un entorno promisorio, natural y justo, sino, en efecto, privado de su derecho de circular en el afuera social. En Acapulco, hay al menos 2200 personas en el Centro Regional de Readaptación Social (CERESO) de los cuales la mayoría no recibe visitas.
Me lo decía una de mis estudiantes del taller de poesía en este lugar, Alejandra, mediante la analogía conocida del pájaro enjaulado, aduciendo de que fue privada de lo más importante que poseía como ser humano, este afuera derruido en el que ahora nos encontramos. “La libertad es un sueño de verdad”, me dice Berenice, otra mujer de 39 años, presa desde hace 15 años.
Y los que estamos de este lado no solemos pensar qué ocurre en las cárceles de nuestras sociedades violentas, porque a pesar de los crímenes que hayan cometido los sujetos ahí recluidos, no es plausible que vivan hacinados, consumiendo comida de calidad dudosa, sin respeto a sus procesos jurídicos y a merced de abusos de jueces, policías y custodios.
Entonces, en el apotegma “el infierno son los demás” de Sartre subyace la incapacidad del sujeto moderno y posmoderno de ir hacia su semejante, de pensar en el Otro desconocido y múltiple con el que compartimos el entorno natural y social, ambos en debacle por hacer del individualismo la meca de la cultura occidental.
Mi propuesta sería practicar una ecología de la convivencia, no solo siguiendo las recomendaciones repetidas por los ecologistas hacia el afuera, sino revisando las prácticas micropolíticas y microsociales de cada uno de nosotros, para ver si no estamos siendo despótas con nuestro entorno o semejantes; reconocer que el infierno es uno mismo si solo vivimos para saciarnos nosotros o a nuestro pequeño entorno familiar, a veces ni siquiera para él, conviviendo sin mirarnos, pasando por encima del otro si es necesario, en el autobús, en el trabajo, en la vida, para alcanzar fines mezquinos, autocomplacientes, efímeros y radicalmente injustos.
Y esto también nos incumbe a nosotros los creadores que no formamos un núcleo menos voraz que la sociedad en general. No debemos multiplicar la sinrazón de la injusticia, la corrupción y el desinterés por el Otro conocido o ausente. Hay un afuera que se consume por la negligencia de nuestra especie, una serie de libertades extinguidas, sujetos recluidos en pésimas condiciones físicas y humanas y un ejército de personas preocupadas por consumir y autocomplacerse mientras miran su parpadeante teléfono celular la mayor parte del día. Qué haremos los creadores al respecto, cómo colaboraremos en impulsar una ética de la convivencia social, de la solidaridad fáctica, no solo en palabras, son algunas de las preguntas que dejo en la mesa.

Lauri García Dueñas

Domingo 17 de julio de 2016, Colonia Libertadores, Acapulco de Juárez, México.
Primer Festival de Poesía “Avispero”. Chilpancingo, Guerrero, México. Del 22 al 24 de julio de 2016.

miércoles, junio 08, 2016

El lenguaje que choca consigo mismo

En el número 215 de la revista Tierra Adentro, México; escribo la reseña "El lenguaje que choca consigo mismo" sobre el poemario "Mi nunca jamás", Editorial Cuadrivio, de David Meza. 
http://www.tierraadentro.cultura.gob.mx/resenas/el-lenguaje-que-choca-consigo-mismo/

viernes, mayo 20, 2016

Nos tradujeron al árabe :3



Tradujeron al árabe una entrada de mi blog (http://laurigarcialuciernaga.blogspot.mx/2015/02/hay-una-historia.html) en un libro en el que aparezco junto con dos grandes amigos, Mara Pastor y Javier Raya. Gracias a los compiladores Benjamín García y Shadi Rohana. El libro se llama "Tadwiniyyat. Desde la Blogósfera México- Palestina". Participamos diez autores palestinos y diez, latinoamericanos. El libro fue publicado en México en 2015 gracias al Programa de Equidad para los Pueblos Indígenas Originarios y de Distinto Origen Nacional de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades
(SEDEREC) de la Ciudad de México. Son 1000 ejemplares, si desean más información, por favor contactar con Benjamín García: fielrocinante@me.com

Ciberperiodismo en Iberoamérica

http://www.fundaciontelefonica.com/arte_cultura/publicaciones-listado/pagina-item- publicaciones/itempubli/479

Este blog está en la historia del ciberperiodismo salvadoreño y aparece mencionado en este libro de la Fundación Telefónica, gracias a todos los que pasan por aquí desde 2005 :)

miércoles, mayo 04, 2016

Editor Carlos López sufre problemas de salud luego de desalojo arbitrario y desacato del GDF

El editor guatemalteco Carlos López, quien vino a México hace 36 años y fundó la editorial Praxis, atraviesa problemas de salud luego que, en septiembre del año pasado, fuera víctima de un desalojo arbitrario por parte de la inmobiliaria Abec, S.A. De C.V.
Además, sufrió el desacato de las autoridades de la delegación Cuauhtémoc que no respetaron el amparo que le proporcionó el Juez Tercero de Distrito en Materia Administrativa en el D.F. para que la construcción que propició dicho desalojo se suspendiera de forma definitiva.
La vecindad que ocupó López durante 34 años en Dr. Vértiz 185 de la colonia Doctores albergaba, además de las oficinas de editorial Praxis, los talleres, las bodegas, su archivo personal y laboral, su biblioteca, su colección de arte y su hogar. El predio fue vendido a la inmobiliaria por los herederos de Rómulo Silva, aún con sus inquilinos adentro.
Todas las pertenencias de Carlos López, entre ellas libros invaluables, han quedado en manos y responsabilidad de la inmobiliaria, sin embargo, desde afuera del inmueble se puede observar que la antigua vivienda del editor está derruida y puede haber sufrido un grave saqueo.
El caso incluye una serie de anomalías cometidas por las autoridades, por ejemplo, el 20 de agosto de 2015, el editor fue detenido, acusado de violar los sellos que había colocado la delegación en su residencia, al regresar, un abogado de la inmobiliaria y un policía lo estaban esperando para detenerlo. Los sellos supuestamente fueron para “proteger” al poeta de la demolición que se realiza en el lugar, pero la detención fue interpretada por López como un claro amedrentamiento. Aunque fue liberado horas después, tampoco fue resarcido de dicho exabrupto.
Con el cierre de la editorial, diez familias de forma directa y treinta, de manera indirecta, perdieron su fuente de sustento económico.
“Cualquier atentado contra la cultura es una pérdida. El daño es irreversible, porque son espacios que se han generado a pulso, con trabajo constante, con la solidaridad de amigos, con la voluntad creativa, con la imaginación de mentes lúcidas. El daño no es sólo económico, no es sólo contra una persona o un taller”, dijo el poeta y editor.
El viernes 6 de abril le realizarán a Carlos López una espirometría y luego valorarán para hacerle una broncoscopía; de esa prueba, saldrá el diagnóstico de su actual estado de salud.
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Como escritores y colegas; además de exigirle a las autoridades del Gobierno del Distrito Federal (GDF), al Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, a la Secretaría de Cultura de ese organismo que hagan cumplir el amparo a favor de Carlos López y, a la inmobiliaria Abec, que le devuelva las pertenencias al editor; estamos solicitando donaciones para afrontar su problema de salud y el hecho de haberse quedado sin fuente de sustento.

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Carlos Humberto López Barrios
Libretón Bancomer
Cuenta: 2648690995
CLABE: 012180026486909950
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Agradecemos la difusión de esta información. No esperemos que la situación del poeta y editor sea más grave para que le echemos la mano.


Firman: Escritores y amigos de Carlos López.
(Colocar su firma)

jueves, abril 28, 2016

Para criar

Para criar hay que tener brazos, multiplicar los dos tan limitados, una espalda de junco que se elevará y doblará incesantemente durante todo el día, ojos que nunca más se cerrarán por completo, oídos de animal al acecho, a salto de mata, piernas minerales para sostener y otras de hamaca para mecer, garganta recién nacida para cantar canciones que le inventas y dulcificar el gruñido, el llanto iniciático. Senos sin mengua. La mente y el lenguaje se vuelven entonces personajes secundarios. El ego se hace añicos y eso de darse sin medida es la lámpara de aceite que se prende a las tres, cuatro de la mañana, antes si es necesario. El ego viejo se resiste pero el cuerpo brega hacia adelante porque esa otra vida, indefensa, depende de tu cuerpo, de la columna que debe estar de pie sin mengua. Cuando duermes, con un ese Ojo medio abierto, y sabes que el cachorro también duerme, piensas en la otra tan lejana que fuiste y abrazas al mamífero que eres ahora, el que desde siempre te dormía adentro. Nada es idílico en el mundo lácteo pero, al verlo a los ojos, empiezas a comprender la frase "es lo mejor que te puede pasar". Criar no es para todos, es un rito de paso que implica una renuncia y una metamorfosis brutal. Es la vida, filuda y gozosa. Es el amor encarnado, el cuerpo.

martes, abril 19, 2016

El día en que naciste

El día en que naciste en el cielo no había ningún nubarrón, estaba sustancialmente azul y limpio. Esa tarde, vimos el mar mientras esperábamos por ti.
En la mañana, comí avena, con leche y miel y el clásico bolillo de leña de nuestra colonia, el mejor del planeta, mejor que cualquier pan francés, y nos fuimos con tu papá y con tu tía Eli, quien vino desde El Salvador para tu nacimiento, a la consulta de la doctora Rebeca.
Habíamos pasado varias semanas nerviosos pues te medían con fruición con el temor de que se agotara tu líquido. Ese jueves al mediodía, luego de la consulta, todo parecía indicar que habría cesárea aunque yo ya tenía dos noches con contracciones y tú, 41 semanas y ninguna prisa.
Yo me puse a llorar en El Zorrito, el restaurante al que me llevó tu papá cuando lo visité por primera vez en Acapulco. Hice tres llamadas: a Ángeles, la homeópata, quien me redobló la dosis de chochitos azucarados; a Ana Cristina, quien te mandó reiki durante todos esos días fundamentales, y a Ligia, nuestra doula, que ha sido crucial para nuestra pequeña familia.
Ligia me invitó a la calma, pues se trataba del gran día de tu nacimiento y yo no podía estar “hecha leña”. “Vuelve al inicio”, me pidió y nos fuimos los cuatro a nuestra casa y, a las 3 p.m., me comí un caldito de pollo que yo misma había hecho, me tranquilicé y agarramos el montón de tanates (una hielera con dulces, semillas y chocolates, tu bañera, amuletos, incienso, fotografías familiares, ropa, unas mangueras, cojines, una pelota inflable, mis discos favoritos) que habíamos preparado para tu parto y nos trepamos al coche del tío Edgar.
A las seis, nos confirmaron en el consultorio de que nacerías por cesárea, yo me asusté y tu papá se veía francamente triste porque durante meses nos preparamos para un parto natural y en agua. Pero luego nos envalentonamos y nos fuimos al hospital.
Como dijo mi amiga March; quien vino a verte dos semanas antes con su hermosa hija Felisa, que te trajo 24 paquetes de chocolates para que regaláramos a tus invitados en tu cumpleaños número cero; “será lo mejor”. Y precisamente así fue, naciste el jueves 24 de marzo a las 9:18 p.m. frente a la bahía Santa Lucía, la más hermosa del planeta, luego de que tu padre me cuidase de parte del personal médico que todavía no sabe qué es un parto humanizado. Pero el tuyo lo fue.
Una cesárea humanizada, con música, tu padre pudo estar en todo momento con nosotros y cortó tu cordón umbilical. Y Ligia, cuando tuve frío en la anestesia, me recordó que cada uno tiene su vela interior y yo vi la mía. La tuya es inmensa.
Tu primer grito es el momento más entrañable de mi vida. Las palabras alegría y felicidad no son suficientes para recrear la luz vital de tu grito iniciático. Soy imperfecta, seré una madre imperfecta, pero una madre que te ama desde antes de concebirte y que no dejó de decírtelo en nuestros primeros 40 minutos juntos, en los que te abracé, besé, amamanté, lloré y te dije hasta el cansancio que eres lo más amado.
Tu padre fue y es, como dijo Ligia, la energía arcangélica que veló y vela por nosotros, me cargó y bañó en el hospital, no pegó el ojo cuidándote en tus primeras horas y primeros días. Un hombre; “solamente soy un hombre”, dice él; para quien la familia es lo más significativo entre todo el caudal del mundo.
Durante tu nacimiento, mientras temblaba por la anestesia; y sí tuve miedo por ti, por mi y sí vi el túnel; le conté a Ligia la primera vez que miré a tu padre en un pueblo remoto de Guerrero, Arcelia. Desde que lo vi, me gustó, poco después yo ya lo amaba sin medida, como dicen las canciones populares. Todo se sucedió impetuoso hasta el 15 de julio de 2015 cuando nos hicimos la prueba de embarazo y una torva de luz nos explotó en los ojos y los estómagos.
Desde la primavera anterior, él me pidió una medianoche que durmiera todas las noches de mi vida con él, yo le dije que sí y un año después naciste tú, en primavera.
Desde que te pusieron en mis brazos, la noche de tu nacimiento, no dejé de sonreír, luego entristecí repentinamente en mi puerperio, porque tu llegada telúrica y tus gritos de Tarzán de la selva partieron mis nervios y mi vida antigua en un franco antes y un después. He llorado al no dormir y le he dicho a tu padre que tal vez “no pueda” pero, hijo, tu belleza encarnada, el saber que fuimos capaces de crear otro ser a partir de nuestro amor, nos dará la fuerza prometeica para criarte y acompañarte en tu ruta para ser un buen hombre. Llenarás tu nombre, Agustín, niño de ti, niño de mí, niño nuestro, consagrado por los augurios. Has nacido para tu goce y tu plenitud. Te amamos.

Lauri García Dueñas
Colonia Libertadores, Acapulco de Juárez, México, martes 19 de abril de 2016.

lunes, febrero 29, 2016

Algunas cosas que necesitas saber sobre el parto y nadie te ha dicho nunca

Ahora que se acerca mi parto, me di cuenta, gracias a mis clases con una partera, que muchas cosas que las mujeres necesitamos saber sobre este no nos las han dicho nunca. Estos asuntos nos los deberían compartir desde la primaria, digo yo.
Las razones por las que toda esta información permanece en la sombra son sociales y económicas.
Voy a tratar de ser breve para que todas y todos los que así lo deseen puedan leer y compartir esta información. 
Empecemos. La césarea programada no es recomendable, pero tú puedes elegirla en el pleno uso de tu libre albeldrío, pero piensa que es una cirugía mayor, no menor, con los riesgos que toda cirugía conlleva, te costará más recuperarte, el bebé sale más violentamente al mundo, un mundo por lo demás ya bastante violento. Se ha asociado el incremento de la violencia obstétrica con el incremento de la violencia social.
Solo el 10% ó 15% de los partos deberían terminar en césarea pero algunos médicos e instituciones no quieren esperar y acompañar el largo trabajo de parto de las mujeres, quieren salir de su responsabilidad rápido, cómodos y bien remunerados.
Obviamente, si hay una emergencia tendrán que hacerte una césarea, pero no dejes que tu doctor o doctora te engañe metiéndote miedo sino que realmente-sea-una-emergencia.
Recuerda que muchos doctores programan césareas para poder atender a más “clientes”, lo que prima entonces es su lucro y no tu bienestar.
Hay mujeres que prefieren tener césarea para preservar su “integridad vaginal”, si tú eres una de ellas, estás en tu derecho, pero te sugiero que lo pienses mejor, la experiencia de parir naturalmente, según lo que cuentan varias antecesoras, es algo “único", hedónicamente no me lo quiero perder.
Por otro lado, el parto natural de una primeriza puede durar hasta 18 horas por lo que “no es como en las películas”, tendremos que tener mucha paciencia. Las madres que ya han tenido hijos pueden tener partos menos largos.
Un embarazo que llega hasta las 37- 40 semanas se considera "a término" y hay más probabilidades de parto natural. Si el embarazo se interrumpe antes de las 37 semanas, se considera un parto prematuro y hay más probabilidades de cesárea.
Según mi instructora del parto psicoprofiláctico, el parto natural tiene varias etapas:
-Te das cuentas de que vas a parir porque rompes fuente, sacas el tapón mucoso (flujo y sangre) o porque empiezas a tener tres contracciones de más o menos un minuto cada una en un periodo de diez minutos. 
No entres en pánico, cuando empiecen las primeras contracciones todavía tendrás un tiempo para estar en tu casa y comunicarte con tu doctora u doctor y equipo de doulas, si así lo decidiste. 

Borramiento: El cuello uterino que ha estado cerrado durante nueve meses empieza a ablandarse y ganas dos centímetros de dilatación.
Dilatación: Tu cuello uterino pasa de tener dos centímetros a 7 cm. de dilatación.
Estas dos primeras etapas son las más largas, pueden durar unas 16 horas. Se recomiendan respiraciones semiprofundas, cortitas y rítmicas, inhalar por la nariz, exhalar por la boca.
Transición: Esta etapa es, según lo que he entendido, el Darth Vader del parto, dicen que aquí es cuando gritas y maldices, por suerte, solo dura una hora y pasas de los 7 centímetros a los diez. Todo se está dilatando y moviendo en tu zona genital y pélvica. Se recomienda el soplido cortito y rápido, inhalar y exhalar por la boca.
Expulsión del bebé: En promedio, dura una hora. Se recomienda la respiración profunda más el pujo espontáneo de la mamá (no dirigido por la enfermera o personal médico) y jadeo al coronar, por la garganta, cortito y rítmico.
Alumbramiento. Que palabra tan hermosa.
Expulsión de la placenta: A mí hasta hace poco me informaron que, aparte de parir a tu hija o hijo, pares tu propia placenta :/ No se recomienda que el personal médico la jale, sino que esperen a que ella salga sola.
El bebé al recién nacer: Según varios artículos que he leído, sugieren que no te quiten al bebé de inmediato, a menos que haya una emergencia, tiene que pasar bastante tiempo sobre tu pecho para que puedas abrazarlo, besarlo y darle de mamar. Este primer contacto es crucial.
Hay mujeres que defienden su derecho a no amamantar a sus crías, las respeto, pero en mi caso y, luego de mis clases y lecturas, concluyo que quisiera darle solo leche materna a mi hijo durante los primeros seis meses, sin alternar con fórmula, no sé si lo lograré, ya les contaré luego. Espero que sí.

Plan de parto
Por último, les comparto nuestro plan de parto, hay muchos procedimientos médicos que se han naturalizado en los hospitales y a los padres no-nos-preguntan, así que prepárense para que no los agarren desprevenidos. Decidan ustedes, que no sea el personal médico.
Sé que será difícil que les presten la debida atención si viven en Lationamérica y serán atendidos en un hospital público, pero estos también deberían respetar sus peticiones. El derecho a la salud pública de calidad se nos ha quitado a los ciudadanos debido a intereses económicos y políticos. 
No quiero influir en sus decisiones, solo les comparto lo que yo decidí. Creo que toda mujer debería poder elegir cómo será su parto y cómo desea ser tratada, pero eso no se está respetando en la mayoría de los casos.
Sugiero entregar su propio plan de parto impreso en el hospital y a su ginecóloga o ginecólogo. Además de asegurarte que tu doctor y/o partera respetarán tus decisiones.
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Marzo 2016

¿Su pareja estará presente en el parto?
En todo momento.

¿Quién más?
Mi hermana.

¿Desea ser inducida al parto o que le rompan la fuente?
No, quisiera que fuera totalmente natural.

¿Desea entrar al hospital por Urgencias?
Preferiría no hacerlo, sino entrar por la puerta del hospital e ir a mi habitación.

¿El doctor de guardia puede hacerle un tacto vaginal?
No, mi ginecóloga ya me habrá revisado en su clínica, o bien, prefiero esperarla a ella.

¿Desea que el personal médico le pida quitarse su ropa y le proporcione una bata?
No, yo llevaré mi ropa y mi bata.

¿Desea que las enfermeras le hagan la tricotomía (rasurado del área genital)?
No, yo habré recortado el área previamente.

¿Desea que se le coloque un enema evacuante previo (medicamento purgante para hacer defecar)?
No, prefiero que no se me coloque porque puede entorpecer el parto natural o en agua que quiero tener.

¿Desea ser canalizada (suero en la vena con oxitocina)?
Solo si mi doctora lo considera necesario por alguna emergencia. Si el parto fluye normal, preferiría no recibir oxitocina extra puesto que alteraría el flujo normal de mi propia oxitocina.

¿Desea estar en una “sala de labor”?
Elijo estar en mi habitación con mi doctora y partera.

¿Desea la anestesia epidural?
No, a menos que mi ginecóloga lo considere estrictamente necesario o que yo, ante el dolor, cambie de opinión.

¿Medicamentos?
No quiero que se me suministren medicamentos a menos que mi doctora así lo solicite por el bien del bebé o el mío.

¿Sala de expulsión?
Si el parto fluye normalmente, estaré en mi cuarto en ese momento.

¿Maniobra de Kristeller? (El doctor se sube a la camilla y empuja violentamente al bebé hacia abajo)
No, por favor.

¿Litotomía? (Ser colocada en una cama con las piernas abiertas, apoyada en unas tobilleras de metal, sobre una camilla y con las piernas hacia arriba, contra la gravedad)
Prefiero conservarme en cuclillas (para que el bebé baje mejor), en el banquito o en la piscina para mi parto en agua.

¿Episiotomía de rutina? (Corte quirúrgico que une la vagina con el ano y que traspasa varias capas de músculo)
Mi doctora no hace episiotomías de rutina, yo no quiero una episiotomía de rutina, de ocurrirme un desgarro prefiero que me cosan el desgarro a que me hagan una episiotomía.

¿Sala de recuperación?
Me recuperaré en mi cuarto.

¿Cesárea de emergencia?
Si mi bebé necesita cesárea, por supuesto que accedo a que me hagan una, pero espero ser tratada por mi médico y el personal mediante una “cesárea humanizada”, sin aire acondicionado a tope y con las luces bajas después de la expulsión.
También me gustaría, aunque haya nacido por cesárea, abrazarlo piel con piel varios minutos.

Sobre el cordón umbilical:
Deseo que deje de latir antes de que sea cortado, así lo recomiendan.

Sobre el bebé después del parto:
Deseo que no se lo lleven rápido para poder abrazarlo y darle de mamar. Ya después el pediatra podrá hacerle los chequeos necesarios.
El hospital comentó que colocarán una cuna en mi habitación y que no lo pondrán en un cunero colectivo.

Sobre la placenta:

No quiero que la tiren, sino que me la entreguen, puesto que mi doula me ayudará a procesarla posteriormente.  

miércoles, febrero 24, 2016

Joven escritor egipcio condenado a dos años de cárcel por "difamar la moral pública"

El novelista y bloguero egipcio Ahmed Nayi ha sido condenado a dos años de prisión por "difamar la moral pública" en Egipto. Esto ocurrió el día sábado 20 de febrero de 2016, cuando lo llevaron directamente a una celda después de que se terminó la sesión en un tribunal del Cairo.

Pronto solicitaremos sus firmas pues escribiremos una carta para enviar a las embajadas egipcias en varios países de habla española para condenar el caso. Egipto, donde se dieron los primeros pasos para la revolución por la libertad tan esperada en los países árabes, está cayendo en uno de los casos más desesperantes en la región y, otra vez, con la excusa del combate contra el terrorismo.


Aquí se explica un poco el caso en una nota para La Jornada Semanal publicada el domingo 21 de febrero de 2016 (pero, lamentablemente, la nota no fue actualizada y no especifica el resultado de la sentencia):


Y aquí una traducción al español del capítulo en cuestión:

jueves, febrero 18, 2016

No voy a defender al ex presidente salvadoreño Mauricio Funes...

No voy a defender al ex presidente salvadoreño Mauricio Funes. Cuando yo era estudiante de Comunicación y Periodismo, hace unos trece años, lo entrevisté y le creí su discurso, crítico y democrático. Obviamente, luego dejé de creerle. Después, anduve reporteando cuando recibió en los primeros días de su mandato al Fondo Monetario Internacional y nos endeudó, a mi juicio, excesivamente, lo comenté pero nadie me paró bola. "Era necesario", dijeron. 
Luego, desde lejos me caían mal sus exabruptos: sus carros de lujo para atravesar el boulevard Monseñor Romero (mártir), su intento de ponerle a la sala presidencial como el poeta Roque Dalton, cuando tenía empleado a uno de los asesinos de Roque en su gobierno y ahora la noticia de lo que se gastaba en trajes. 
Tampoco creo, disculpen, que Funes haya sido el peor presidente de El Salvador, rescato algunos proyectos que hizo en salud y educación y tampoco creo, disculpen, que los presidentes del Frente sean "iguales" a los de ARENA. 
Tampoco estoy de acuerdo con el columnista que dijo que el gobierno de Funes devino en ¿nada? Lo que sí creo es que esa polarización ya dio lo que tenía que dar y que será mi generación y las que nos siguen las que deberán crear nuevas y más justas fuerzas políticas. 
Tampoco estoy de acuerdo con el odio a Funes, en general, no estoy de acuerdo con ningún odio, ni siquiera con el que le dedicaron al ex presidente Francisco Flores. Creo en la conciencia de clases pero no en el odio de clases. Ahora, tengo una pregunta. La mayoría de los colegas que arremeten contra el FMLN y Funes y ARENA y Flores, creo, son, de clase media. 
Y me podrían decir; hay muchos que mucho hacen, me consta, no se ensatanen; qué hacemos como clase media y sociedad civil para detener la violencia, la pobreza y la corrupción en El Salvador. 
Porque cuando pienso en la clase media salvadoreña, la siento prepotente, criticona, poco solidaria, cuidando su estatus, su zonita de confort, sus gustitos, preocupada por sus pensiones (yo también lo estoy), escandalizada porque la violencia llegue adentro de nuestras casas enrrejadas con alambre razor y cuidadas por el vigilante de la colonia. Algunos, los más pudientes, cuidan sus mejores privilegios, sus casas en la playa, sus viajes al extranjero. 
Pero gran parte de la clase media salvadoreña es yuca, despiadada y cruel, clasista, no le paga a las trabajadoras del servicio doméstico lo justo, las visten con uniforme, les dicen "choleras", putean cuando van en el carro, le meten el carro al otro si pueden; muchos, no todos, no se ensatanen; se valen de palancas y amiguismos para escalar, practican el machismo, llaman a algunas mujeres promiscuas "zorras", padecen alcoholismo, diseminan violencia, ruido, odio o violencia intrafamiliar. 
Pero la clase media está enojada, contra lo que hizo Flores, contra lo que hizo Funes. Pero qué hace la clase media, honestamente, a diario, además de putear y quejarse de sus gobernantes, para detener la violencia, la pobreza y la corrupción en El Salvador. Digo. Y los que dan la vida a diario en contra de la violencia, la pobreza y la corrupción en El Salvador no se den por aludidos. Fin de la transmisión.

martes, febrero 02, 2016

Notas sobre los infinitivos parir y criar

De la serie “Lanugo”

Parir
Del lat. parĕre.
1. intr. Dicho de una hembra de cualquier especie vivípera: Expeler en tiempo oportuno el feto que tenía concebido.

Criar
Del lat. creāre
2. tr. Dicho de una madre o de una nodriza: Nutrir y alimentar al niño con la leche de sus pechos o con biberón.
3. tr. Dicho de un animal: Producir, cuidar y alimentar a sus hijos. U.t.c. intr.
5. Instruir, educar y dirigir.
12. tr. p. us. Producir (//engendrar, procrear). U.t.c. prnl.
13. prnl. Dicho de un ser vivo: Desarrollarse, crecer.
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Tengo 32 semanas de embarazo. Hace 28 semanas que lo sé. La serie de hechos que se han sucedido desde entonces, los canales semánticos por los que ha transitado mi pensamiento son casi intraducibles en lenguaje. Intentaré ordenar mis ideas.
En un principio, quise escribir un blog para madres primerizas que recogiera información útil porque me estaba enfrentando a muchas dudas y miedos espeluznantes que muchas mujeres compartimos.
Luego, la idea se me fue diluyendo porque me atacaba un sueño arrebatador a la menor provocación, me atrasaba en revisar los trabajos de mis estudiantes, hasta una vez tomé una repentina siesta sentada en una heladería ante los ojos incrédulos de Efraín.
Lo primero que me angustió es que la doctora nos recomendara no hacer público, salvo con nuestras familias, el hecho de que estaba embarazada porque en los primeros tres meses había un porcentaje altísimo de posibilidad de pérdida, casi de un 30%. 
Semejante estadística me causó muchísima aprehensión y desde entonces dialogo con la angustia para que no enturbie mi alegría, el deseo encarnado de tener un hijo, lo cual, sin exagerar, es lo que más quería en la galaxia. No siempre fue así, pero esa es otra historia.
Lo segundo que me di cuenta es que al menos la Ciudad de México es uno de los lugares menos amigables para las embarazadas de menos de tres meses que no tienen auto y concluí que, de seguro, también otras ciudades son desatentas hacia las de mi condición.
Porque a una mujer de menos de tres meses de embarazo no se le nota la panza, por lo tanto, nadie te cederá el asiento en el transporte público a menos que se lo pidas y, si lo haces, o solicitas atención especial en las filas, posiblemente no te crean porque “no se te nota todavía” pero estás experimentando los tres primeros meses más cruciales. Eso sin contar que te pueden aventar, “echar el camión”, aplastar, como las personas te avientan y empujan en las grandes ciudades.
Luego, puede pasar cualquier cosa, desde la alegría noble de los que te quieren y conocen y gozan por ti, hasta la 'amiga' que con sorna y saña te avienta un “qué bueno que vas a tener un hijo con quien querías”, poniendo en duda la segunda parte de la oración, hay quienes cuestionarán lo “apropiado” de tu decisión, o bien, ante la noticia, uno de tus estudiantes de escritura te dirá: “Las mujeres solo sirven para parir”.
Y ahí, entre la empatía y la crueldad, aparece la espectacular palabra parto y toda la mitología plausible al respecto.
Un parto en México, si una no busca la suficiente información y no tiene la orientación adecuada, puede terminar en una césarea programada (México tiene más de un 60 por ciento de promedio en césareas, algunos dicen que casi un 90 por ciento, por lo que la Organización Mundial de la Salud ya ha amonestado a sus autoridades de salud, porque no olvidemos que una césarea es una cirugía) y un parto también puede incluir o culminar en violencia obstétrica, es decir, que te metan mano y bisturí inhumanamente en el seguro social o sistema público donde el padre de la criatura no puede ni entrar al alumbramiento. El seguro social mexicano para atender a una embarazada o parturienta te pide estar asegurada o estar casada con el padre, o bien, tener cinco (sí, cinco) años de concubinato comprobado con testigos.
En el otro extremo, está la atención privada y sus costos altísimos y, aparte, nuestra instructora de parto psicoprofiláctico, cuyo curso de 24 sesiones cuesta alrededor de 220 dólares, quien nos ha sugerido no comprar mamilas y alimentar al bebé exclusivamente de leche materna hasta los seis meses, a libre demanda del niño, y considera que, si la madre tiene que dejar de trabajar para lograrlo, debe hacerlo, como si todas las mujeres pudiésemos darnos el lujo de no trabajar dada la crisis económica permanente en la que vive la clase trabajadora.
Ella, por supuesto, es partidaria del parto en agua o en banquito y te cobra otros 200 dólares de honorarios por guiarte el día en que darás a luz. 
Entonces, las madres quedamos a merced de: ciudades y localidades poco amigables para las embarazadas; la vox populli del “deber ser y hacer”, sobre todo la femenina, que se explaya en juzgarte e indicar qué es lo adecuado y lo que no para parir y criar; el seguro social, su falta de cobertura; la violencia obstétrica; la falta de seguro social en la mayoría de los casos dada la actual flexibilidad laboral; los altos costos del sistema privado; las césareas como primera opción; tus propios miedos: los más grandes para mí son esa herida denominada episiotomía y las cuentas; algunas parteras cuyos honorarios son altos por reconectarnos con “el origen”; y, algo capital, tus hormonas brincolinas, las cuales existen y te vuelven bastante 'border'.
A estas alturas del proceso; mi propuesta es, como dice mi madre, untarme de valeverguina frente a la vox populli, el qué dirán, ese corillo griego que, si lo dejas, se aloja hasta en el último rincón de tu inconsciente; relajarme; asirme a mis redes de solidaridad y cariño; ocupar todos mis amuletos llegado el momento (el collar para los ángeles, la pulsera de la virgen del Perpetuo Socorro y San Gerardo, las estampitas para sus rezos, el cuarzo rosa, el bordado peruano que me dio Yaxkin y el disco de Miles Davis que me regaló Diego); y saber que, en este periplo de parir y criar, las decisiones de mi compañero y las mías, orientadas al bien pleno de nuestro cachorro capullo, así como nuestras intuiciones, serán las que nos guiarán y lucharán, contra todas las circunstancias sociales adversas, para que todo nos salga bien.
En este momento, si hay un proyecto y utopía en el cual me sienta inmersa y comprometida hasta las últimas consecuencias, es el de parir y criar a Agustín junto a su padre y compañero amado para que sea un hombre bueno, un hombre nuevo. Y sobre todo, un hombre pleno que goce de su vida desde que cruce su sueño amniótico. Ese es mi deseo más feroz.

Lauri García Dueñas
Colonia Libertadores, Acapulco de Juárez, México, martes 2 de febrero de 2016

Un poema y unas minicrónicas en Punto de Partida UNAM 195

Me da gusto compartir con ustedes una respondencia, la revista Punto de Partida UNAM publica en el número 195, por distintas razones, un poema y unas crónicas mías. Pasen si gustan.

http://www.puntodepartida.unam.mx/images/stories/pdf/pp195.pdf

viernes, enero 29, 2016

El 25 de enero de 2006...

El 25 de enero de 2006, llegué a México por primera vez en mi vida. Esa noche dejé mi maleta en el departamento que compartí con mi gran amiga salvadoreña Laura Aguirre en la colonia Viaducto Piedad, en todo el país no conocía a nadie más.

En dos maletas, cabía mi vida material, había traído ropa y un par de libros. Era el día más frío registrado en la Ciudad de México en mucho tiempo; Laura me prestó un abrigo, un gorro y unos guantes. En el aeropuerto, Jaime Neftali Martínez Hernández, a quien solo conocía virtualmente por un foro de literatura en internet, me regaló una tacita de cerámica talavera que todavía conservo, fue mi primera posesión física en este país.

La cerámica china empezó a venir a México desde Filipinas a partir del siglo XVI para desembarcar en Acapulco abordo de enormes galeones que hicieron ese recorrido durante un par de siglos, luego, dicha cerámica adoptó su versión mexicana y se tornó talavera. La tacita de inspiración china, tornada mexicana mediante su desembarco acapulqueño, tal vez fue una premonición.
Salimos a Coyoacán a tomar una cerveza en el Mesón del Gran Tunar. Fue la primera vez que me subí a un metro. Al día siguiente, tenía que presentarme en la UNAM donde estudié mi maestría durante tres años, de regreso a mi casa me perdí, me perdí muchas veces en la gran ciudad.

Trece días después, celebré mi cumpleaños comiendo sushi con Laura. Todo en mi vida era víspera.
Vine, en un principio, por dos años y medio, becada por la fundación Heinrich Böll y me fui quedando, diciendo "un año más en México". Me quedé por mi propio gusto y albedrío, en un principio por nuestro colectivo Las Poetas del Megáfono y luego por tantas razones propias e intrasferibles, no por las personas que me dicen que no vuelva a El Salvador porque allá no hay oportunidades para los creadores, porque sé que sí las hay.

En todos los países, la gente puede hacer casa, desde Noruega hasta Kenia, no hay lugares de mayor o menor valía para vivir.

Lo que no sabía ese 25 de enero de 2006 es que México me daría al compañero y amor de mi vida, Efraín Ríos Reyes, a quien conocí en Arcelia, Guerrero, en uno de los lugares más remotos y violentos del país; a un bebé amado desde esta su larga espera: Agustín; a una tribu extensa de amigos incondicionales; no sabía que extendería mi familia con mi cuñis Andrea E. García y todos los suyos que tan bien nos tratan; con mis suegros y mi nueva familia política amorosa; que tendría la donación vital de conocer a talleristas y maestros que cimbraron mi ser y mi escritura: Javier Norambuena-Ureta, David Huerta, Saúl Ibargoyen, María Auxiliadora Álvarez, Mara Pastor (mi primera sensei yogui); estudiantes y colegas; nuestro salvajísimo gato Selvo que escogió el gran Nico para mí; yoga y meditación; trabajo y estímulos en lo que más amo: la escritura e investigación de fenómenos sociales; viajes de gozo y trabajo a varios países y 23 estados de la república mexicana; el poder vivir en tres ciudades del país (Mexicali al norte, Ciudad de México al centro y Acapulco al sur); la oportunidad de comer a diario de una de las gastronomías más exquisitas del planeta; la posibilidad de vivir en seis viviendas y conocer roommates de distintas intensidades y lugares; estudios; festivales; coloquios; seminarios; lecturas; libros publicados (tres poemarios, dos libros de investigación, antologías y seis plaquets); publicaciones en revistas y periódicos; conciertos y vagancias. Y el año pasado, mi residencia laboral permanente.

A diez años de mi llegada a México, solo tengo ganas de celebrar y agradecer a todas las personas que me han querido, me han dado trabajo y me han acuerpado.


Y a las personas que también me quieren y me acuerpan desde El Salvador y otras geografías.
Iba a poner de postdata las cosas dolorosas o tristes que también me han pasado en este país, pero no quiero enturbiar este DÉCIMO aniversario, pues son pocas e insignificantes en comparación a la necesidad de agradecer :)

jueves, enero 21, 2016

Te ves chistosa, mamá, te ves como Yoko Ono.

Te ves chistosa, mamá. Te ves como Yoko Ono”
Impermanencias recientes en la Ciudad de México
Viernes 15 de enero de 2016
Ciudad de México

*Estoy segura de que esta es la peor imagen que he visto o veré en la gran ciudad. A la salida de la estación Insurgentes hacia la Zona Rosa, una mujer indigente se ha cagado en su ropa y, con dificultad, otro indigente la ayuda a cambiarse. Pero ella grita como un animal desesperado. “Lo he visto todo”, pienso. La gente camina como si nada, enfundada en sus abrigos elegantes y yo bajo la cabeza aguantándome las ganas de llorar.

*El señor Alejandro se la toma muy en serio, bolea mis botas como si de eso dependiera la imagen que me acompañará toda la vida, se toma mucho tiempo en hacer su trabajo, mezclando menjurjes y coordinando la cinética de su trapo gris de mano en mano, como un mago de la pasta de zapatos, repite, como un mantra, que mis botas quedarán muy bonitas. Me sube y baja de la silla de bolear con brutal delicadeza, aunque no regateo el precio, habla para sus adentros, calcula y, en un acto que le parece lleno de justicia, decide cobrarme solo 20 pesos. Quisiera decirles a todos que vayan a lustrar sus zapatos con el señor Alejandro, él trabaja todos los días en la glorieta de Insurgentes. Su sillón tiene colgados dos zapatos de niños antiguos en la parte superior.

*Compartimos mesa porque no hay suficiente sitio en el lugar. La señora está vestida como lo hacía mi madre en los años ochenta. Espera a otra que también se viste como ella, realmente siento el choque de su estética y su tiempo con el actual. Las señoras me caen bien de entrada pero no me gusta su conversación, ni el cómo la jefa le habla a la que es su empleada. “Esa manía que tenemos todos de hablar de la vida de los otros como si nos concerniera”, pienso.
A su lado, hay una muchacha que me sonríe a cada bocado que da, es flaca pero ya lleva como tres platos y está bien contenta, como yo, con el sabor alucinante de la comida, le sonrío y sé que nos conocemos de algo. Tal vez solo somos amigas de Facebook. Quién sabe. Me da pena no haberla reconocido, pero al irme pelo mis dientes como mazorcas para sonreírle amplio y que no crea que no la quise saludar.

*Estamos efervescentes de orgullo por la graduación de Sara. En el casino español, cenamos en el salón de los reyes, la pintura de Felipe y Sofía parece observarnos. La paleta de color y los decorados son muy distintos a la imágenes de los indigentes en Insurgentes. “Ay la ciudad, ay nosotros”, pienso. Otras personas aseguran que la pintura se trata de la estampa de otros reyes. “No, son Felipe padre y la reina Sofía”, insisto. “Es que mi madre es experta en la vida de los reyes por sus revistas de vanidades”, agrego.

*A las 2 a.m. el taxista decide avanzar una cuadra en contrasentido, fue su idea, no la mía, grito cuando veo unas luces. “Son solo motociclistas, no importa”, se excusa. Llego sana y salva a casa de tía Carmen, con el Jesús en la boca, y recuerdo que los taxistas de esta ciudad son unos degenerados.


Sábado 16 de enero de 2016
Ciudad de México
*Hay una chica de pelo pintado de rubio llorando desconsolada a la par de un wey. El wey no le hace caso. Atrás de ella; ambos se encuentran sentados en la banca de los andenes de la estación Villa de Cortés; hay un anuncio con fotografías de mujeres elegantes del México de los años veinte, como parte de la exposición “Pasado venidero” de Carlos Monsiváis en el museo del Estanquillo. Las mujeres elegantes de las fotos parecen ver a la muchacha rubia que llora desde lejos.

-Te ves chistosa, mamá. Te ves como Yoko Ono- dice el niño de zapatos Crocks y mochila del hombre araña que va agarrado del tubo de la puerta del metro.
La mamá se aparta el pelo ondulado y desordenado de la cara y ve su reflejo en el cristal del vagón. Sonríe.

*Un adolescente quiere hacer que el sonido del piano que causan los escalones de la estación Polanco se oiga a su manera y por eso se mueve con fruición en la parte de abajo de la escalinata. Pero una anciana baja rápido las gradas, así que el piano invisible suena al son de la señora y no del muchacho.

*Un bebé blanco, rubio y chapeado descubre algo o a alguien dentro de mí y no deja de sonreírme y hacerme señas desde su cochecito, mientras encargo jugo, desayuno y café en el Ojo de Agua.

*Un adolescente largo, morenazo, pelo negro, guapo y bien vestido atraviesa la banqueta en su patineta eléctrica cargando dos cafés. “Este es el acabose de la humanidad”, le dice una joven coqueta a su novio al ver al chico de la patineta cruzar la calle. “Ya no quieren ni mover los pies”, se queja. A su lado, pasa un perro boston terrier con un plástico endurecido en forma de megáfono trabado en el cuello y su dueño carga tranquilamente dos baguettes. “Cuándo será el acabose de la humanidad”, pienso.



Domingo 17 de enero de 2016
Ciudad de México
*”No me quiero bañar, no me quiero bañar, hace mucho frío”.
* Dos ciegos cantan en el metro el bolero “Cerca del mar”. El hombre lleva el pantalón café enfundado casi hasta el cuello. También van vestidos como en otro tiempo. La mujer es inquietante, sin duda, sus pupilas están completamente en blanco. “Esa es mi canción con Efraín”, pienso, y trato de memorizar la letra. “Qué coincidencia que dos ciegos canten esa canción aquí”, me digo. Ya quiero volver a Acapulco.
* Un insoportable embaucador que finge hablar con acento español dice de memoria una fábula cursi en nuestro vagón, luego asegura que la escribió Julio Cortázar. “¡Claro que semejante esperpento no lo escribió Julio Cortázar!”, tengo ganas de gritarles a todos, y desenmascarar al impostor abusivo que todavía se atreve a pedirnos monedas. Y eso que ya no me gusta tanto Cortázar, pero no se vale que lo anden calumniando en el metro.
*Una joven argentina divorciada platica con dos señores mayores, una mujer y un hombre, también argentinos. Suena algo amargada. El hombre le dice que por suerte se mantiene ocupada y entretenida, además de felicitarla por llevar internet permanente en su teléfono. Dejo de escucharlos, siento que ella les miente de alguna forma.
* Venden una revista con la historia de David Bowie en el puesto de revistas. Pienso en Ginn.

Lunes 18 de enero de 2016
Ciudad de México
*Al dormir, oigo el sonido imparable de los autos sobre la calzada de Tlalpan. Ese sonido siempre me ha gustado. Sonrío.

Martes 19 de enero de 2016
Ciudad de México
*Vuelvo a escuchar el sonido imparable de los autos sobre Tlalpan, sé que es hora de irme. Prefiero el ruido imparable del mar. No es nada personal en su contra, sé que un día, en varios meses, volveré a la gran ciudad con Agustín en brazos.


martes, enero 12, 2016

Escribir bien. Escribir un periodismo de tentación.

Escribir bien. Escribir un periodismo de tentación.
01/12/12
De mi archivo
Lauri García Dueñas

Pocas veces en la vida, o tal vez solo una, tenemos la oportunidad de escuchar en una misma jornada a Alex Grijelmo, Juan Villoro y Martín Caparrós.
Pero no estuvieron solos. El sábado 1 de diciembre de 2012, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) y el VIII Encuentro Internacional de Periodistas de la Universidad de Guadalajara (UDG) nos dieron la oportunidad, a un centenar de personas, de escuchar la conversación “La crónica periodística, el boceto de la historia”, donde estuvieron Caparrós y Villoro pero también el periodista Juan Pablo Meneses y "Escribir bien, informar mejor. El lenguaje periodístico en la actualidad" donde Grijelmo compartió podio con Darío Jaramillo, poeta colombiano.
El argentino Martín Caparrós y el mexicano Juan Villoro, junto con la argentina Leila Guerriero, conforman la tríada de cronistas latinoamericanos más destacados en la actualidad.
El español Alex Grijelmo, también periodista y escritor, ha publicado Defensa apasionada del idioma español (1998), La seducción de las palabras (2000), La punta de la lengua (2004) y El genio del idioma (2004), además del conocido manual de estilo periodístico El estilo del periodista (1997).
Antecedido de las bromas de Caparrós, que se quejaba de tener que dar una conferencia a las diez de la mañana luego de una noche de cantina y hacía gestos para comprobarle a la concurrencia que la trasmisión del coloquio a la pantalla gigante estaba desfasada unos segundos; Villoro empezó explicando que el cronista es alguien que se acerca en zoom a los hechos, que tiene una curiosidad dispersa sobre lo que va a relatar.
Recordó cuando, hace un año en la FIL, en una conferencia de temas políticos, con una agenda de preguntas ya pactada, la “curiosidad dispersa” de un reportero del periódico español El Mundo hizo que le preguntara al entonces candidato Enrique Peña Nieto cuáles eran los tres libros que lo habían marcado, sin que este pudiese responderle.
Y no desaprovechó la oportunidad para afirmar que con la llegada de Peña Nieto a la presidencia, los mexicanos deberían de atrasar su reloj 71 años.
Villoro recomendó a los periodistas que, además de fijarse en lo que quieren descifrar, estén pendientes de lo que los rodea, sin olvidarse del contrato con la verdad que para él es lo verificable.
Martín Caparrós destacó que “me gusta leer los textos de Juan Villoro aunque me importen tres carajos”. Lo cual implica que un buen cronista será capaz de escribir tan bien que el lector no tendrá más salida que leerle aunque el tema no sea de su interés.
Villoro criticó el periodismo de fuente que convierte en monótona la curiosidad de algunos periodistas que no logran conectar las informaciones con una realidad más amplia. Por ejemplo, el periodista que cubre la nota roja o la nota política durante años pero sin muchas variantes.
El escritor mexicano invitó a hacer un “periodismo de tentación”, como cuando un comerciante le dijo a un cliente que no llevaba fruta ni verdura a domicilio porque “yo no vivo de sus necesidades sino de sus tentaciones”, es decir, si el cliente iba a su tienda por unos tomates, igual los compraba, pero también se llevaba unas toronjas, relató.
Explicó que el periodismo no es el retrato de la realidad sino la construcción de ésta dentro del texto.
Martín habló del proceso de “creación de la realidad” a través de la agenda periodística poniendo el ejemplo de The New York Times quien recientemente publicó un artículo sobre una especie de aguamalas que nunca mueren pues han podido controlar su ciclo vital, volviendo a regenerarse.
Sin embargo, las investigaciones al respecto iniciaron hace 25 años, pero es hasta ahora que fue publicado por el prestigioso periódico que se ha vuelto un tema mundial.
“No existía hasta que alguien lo contó, eso es construir la realidad”, remató.
Por su parte, Villoro criticó el narcisimo de la realidad que nos hace saber, sin tener necesidad, sobre los implantes de cierta modelo. La tiranía de la sobre-información.
Y también, arremetió contra el periodismo de inmersión que sucede cuando un periodista se introduce, suplanta, la vida cotidiana de sus personajes, fracasando, a su juicio, porque luego se la pasa contando cómo hizo el reportaje y no sus hallazgos.
Para él, esto no es necesario, porque el periodista puede ser “un testigo al borde de los sucesos”, basarse en la empatía, sin necesidad de suplantar la identidad de otras personas.
Sugirió confiar en la necesidad de contar que tienen los entrevistados, en el principio de la confesión donde “ser el otro facilita la intimidad”.
Caparrós reiteró esta propuesta al contar que hizo unas crónicas al estilo de “rubia tarada” cuando se iba a la provincia argentina, y aprovechando que su imagen de largos bigotes rizados es ya conocida, simplemente se sentaba en la plaza y la gente llegaba a contarle sus historias por ser un periodista “nacional”.
“El mundo está lleno de personas que quieren que las escuchen”, afirmó.
La crónica latinoamericana, a su juicio, debe relatar la vida cotidiana y contar el poder de otra forma que no sea solamente desde la miseria. Criticó “la hiper- muestra y la hiper-exhibición” de la violencia.
Sobre la curiosidad distinta, Villoro contó la historia de cuando un periodista le preguntó a un dictador sobre qué pensaba de Drácula y eso le sirvió para hacer el perfil del genocida.
El periodista afirmó que “la curiosidad distinta” intentará no centrarse en quién perpetra la violencia sino qué se pierde con la violencia, para restituir la historia de las víctimas.
Puso el ejemplo de un texto sobre los niños que juegan a ser sicarios y de qué manera el tema se acercaba a los lectores porque muchos niños han aprendido a jugar con armas de plástico.
Llegó el momento de hablar de twitter y Martín se quejó de que no puede haber un relato con estructura en dicha plataforma, pero comentó que él lo usa como una herramienta de intervención política para pegar un “pequeño gritito” contra ciertos aspectos con los que no está de acuerdo.
“Para lanzar pequeñas puyas intermitentes”, completó.
“Pero twitter no conserva”, dice, aunque le divierte escribir oraciones de 140 caracteres exactos, como cuando hace muchos años se tenía que contar con puntos en papel los titulares de los periódicos para que la frase calzara.
Al llegar el momento de las preguntas, Martín Caparrós dejó un “la crónica no reclama objetividad, porque asume que no lo es” y recalcó que toda elección, aunque sea para una nota, donde se eligen 20 líneas, ya implica subjetividad.
La subjetividad no implica deshonestidad y la objetividad no es sinónimo de honestidad, sostuvo.
Para Villoro, una crónica periodística entre mejor está escrita es más literaria y tenderá a permanecer vigente a pesar del paso del tiempo y puso como ejemplo “Relato de un náufrago” de Gabriel García Márquez e invitó a escribir desde la perplejidad y el asombro.
La crónica es como el peronismo, dijo Meneses, todos hablan de él pero nadie sabe qué es.
Meneses también bromeó con el hecho de que se sentía como el cuidador de la Mona Lisa, invisible, a la par de dos grandes cronistas.
Para Villoro, las noticias dan sentido, organizan los sucesos del mundo, un mundo que si fuese ideal no necesitaría noticias, cree.
Para Martín, los periodistas deben denunciar por los ciudadanos que no encuentran representación legítima.
Por último, el periodista mexicano comentó que muchas novelas se basan en noticias, pero lo que no considera conveniente es usufructuar la noticia como algunas novelas sobre el narcotráfico.
En su opinión, no se debe dar “gato por liebre” y hacer un uso efectista de las noticias para convertirlas en novelas.

Y llegó el turno de Grijelmo
Pero antes del poeta colombiano Darío Jaramillo que abrió el foro "Escribir bien, informar mejor. El lenguaje periodístico en la actualidad".
Jaramillo fue directo al decir que escribir bien es escribir claro. Hizo una breve referencia a la oscuridad y el retorcimiento en el barroco, así como al oscuro borrador opuesto al verso claro que proponía Lope de Vega.
Luego parafraseó a Jean Cocteau para indicar que el texto debe ser tan claro “que no se note el trabajo que nos costó”.
Grijelmo arrancó diciendo que todo lo escrito es propenso a convertirse en literatura y lo que debe buscarse, en primera instancia, es generar placer en el lector.
Según su experiencia, los reporteros que tienen un descuido en la forma de escribir, empezando por su ortografía y sintaxis, también son descuidados en el rigor, los datos y el contraste de fuentes.
“Las palabras son los trajes del pensamiento”, recordó.
“Creemos menos en los que tienen errores de ortografía”, “baja autoridad escribir con faltas de ortografía”, apuntó.
También reflexionó sobre la carga peyorativa que actualmente tiene la retórica cuando es el arte de convencer con las palabras, la manera en que se cuenta.
Recordó que los manuales de estilo periodísticos son herederos de los manuales de retórica.
Jaramillo comentó sobre el abuso del hipérbaton y el vicioso uso de las siglas. Esto último haría que muchas noticias no puedan ser comprendidas por los lectores que no saben el significado de estas.
Grijelmo, ya entrado en materia, sugirió que el léxico de los periodistas debe utilizar el lenguaje común, pero no vulgar, además de tener en cuenta el contexto y el ambiente en el que está inmerso.
Asegura que la proliferación de los anglicismos radica en un complejo de inferioridad de los hablantes del español que han llegado a creer que introducir vocablos en inglés en las oraciones es más prestigioso. Aseguró que algunas empresas utilizan vocablos en inglés para sus servicios más caros. Por ejemplo, business class contra clase turista. El servicio más caro está en inglés y el más barato en español.
También señaló lo inútil de “estirar las palabras”, lo que sucede porque no se confía en su fuerza. Por ejemplo, cuando se dice “innecesariedad” en vez de “innecesario” y “peligrosidad” en vez de “peligro”.
O bien cuando se hace una asociación imposible de palabras como “larga salva de aplausos” o “completamente abarrotada”, cuando el “abarrotada” ya tiene implícito el “completamente”.
Jaramillo recordó a Huidobro: “El adjetivo cuando no da vida mata”.
En cambio, Grijelmo resaltó que hay asociaciones literarias que son brillantes como algunas del poeta colombiano.
“Cuando se ponen palabras juntas que no han estado nunca una al lado de la otra es belleza”, apuntó.
“Las palabras tienen mucha fuerza, las palabras mandan sobre nosotros”, afirmó, poniendo como ejemplo que si alguien dice que otro está “involucrado en una venta de armas”, directamente pensamos que es un criminal, cuando bien puede estar involucrado en una venta legal de armas en una tienda autorizada.
El caso es que, por su uso, la palabra “involucrado” es condenatoria. Y el uso no siempre está implícito en el diccionario.
También llegó el momento de hablar del Internet y ahí el experto de la lengua española sostuvo que “las redes sociales son la calle” y que “el Internet es un basural lleno de joyas” por lo que hay que tener un sentido de distinción de lo que es basura y joyas. “Internet es la vida, Internet es todo, como todo está en la realidad”, dijo.
El oficio del periodista sería tratar de interpretar la música en un mundo de mucho ruido.
Llegó el momento de pasar el micrófono al público y un estudiante le preguntó qué pensaba de los adolescentes que cambian la “k” por la “q” y Grijelmo respondió que mientras eso fuera solo el registro de un tipo de lenguaje no es grave, aunque no desea que llegue el momento en que las palabras sean “esqueletos ambulantes en vez de carne”.
Grijelmo aseguró que en nuestra lengua “todo lo que sucede es por lógica”.
El periodista español recordó que el lector de periódicos compite con los panecillos del desayuno y que si el contenido no está bien escrito se decantará por el panecillo.
Siguieron lloviendo frases como sentencias: “Hay que reducir los mensajes a esencia”, “el periodismo hace circular la realidad”, “la verdad es inabarcable”, “para un periodista la verdad es inalcanzable”.
Pero aún así, para Grijelmo, el periodista debe guardar la veracidad, honradez, ecuanimidad y neutralidad.
Por su lado, Jaramillo aportó que el gerundio paraliza el lenguaje y que el abuso de éste viene de las malas traducciones del inglés.
Grijelmo continúo con un inolvidable “el genio de la lengua somos todos los hablantes y los que lo usaron antes, un ser muy curioso que nos atenaza”.
Ante la pregunta de una maestra entre el público que se quejaba de que sus alumnos no querían escribir bien porque de todas maneras “sale mal” en la televisión, Grijelmo contestó que no es deseable que los jóvenes no quieran cambiar la sociedad, mejorar los medios de comunicación y el mundo.