viernes, mayo 29, 2009

la libreta nueva

descansa sobre el sillón de mi sala, junto con los colores pasteles. Ricardo Valerio, amigo y maestro de dibujo, escuchó mi "luego de dos años de posar, me gustaría dibujar", eso dije, como digo cualquier cosa, como digo "voy a dejar de tomar" ó "quiero arreglar mi vida". Pero como el discurso es sobre todo sentido, y como las invocaciones deben ser tomadas en serio, Valerio me regaló mi primer libreta de dibujo, con 100 hojas en blanco. Mi primer garabato fue un Miró by Lauri, extraído de "El jardín" y el segundo una mujer mango que espera ir tomando color en estos días. Quiero dibujar, escribir, ir contigo esta noche hasta el fin del mundo, seguir sintiendo que el arte es el ritual y el sentido de mi vida.

miércoles, mayo 27, 2009

cuando sueño con tu ombligo


llévate tu cuerpo dónde no lo alcance

porque si no seguiré adorándote sobre la tarde y el pasto

esperando que el calor se cuele en un rayo de luz

.

intrígame menos

dame la llave para abrir tu boca y evitar estos equívocos

.

las manos pueden ser un caracol si se aferran

entonces cierra el círculo y acomódate en mí

.

estoy soñando con tu cuerpo y con tu tacto

tibia luz de mediodía

pieles descolgadas en un espacio de esculturas

absorta aparición en todas mis memorias

.

eres un cántaro

que se repite en el camino y no rompe las fuentes

.

voy bamboleando las caderas por un sendero de polvo

mis pies descalzos me llevan hasta la esquina de tu porte

ha sido más la historia del cansancio

que el brotar de agua en mis heridas

.

te esperé en el pozo

me caí

adentro había un túnel con mermelada en las paredes

flamencos dormidos

y un cuento desanudado de su origen

.

la ciudad con sus ruidos

subvierte el pasado

sube el volumen del concreto

y hace llover organilleros

.

el verano nos dio el cielo límpido

para inventarnos los pájaros

.

lluvia cernida sobre los ojos de tus párpados

intensa y pronunciada necesidad

la mía

.

de pronto las hojas tienen espinas

el tallo es algo más que el deseo

dibujado

con desgana

en el techo de este cuarto

.

porvenir quieto

sopor de luz en la tarde

silencio convicto por fin

para mi alma detenida

.

mañana van a crecer las respuestas a este anhelo

.

serán enredaderas a la sombra

de una vieja casa

y caminaremos el suelo empedrado de la Antigua

¿te acuerdas?

.

los trenes de otra ciudad

te recordarán mi cuerpo desnudo una tarde de febrero

.

una muchacha se asomará en el pozo

tus labios volverán a ser las aves

que aleteen en el centro de mi vida

frente a nosotros correrán los niños

y el mar hará romper todas las rocas

.

el corazón ya no está compungido

la resignación es una espera entendida

acepto así, las cadenas de tu ausencia

como el estado remoto de un país que no existe

.

las sábanas nunca son quietas

envuelven las ansias y las lágrimas de los tristes

.

comienza a entrar el viento en los sintagmas

llaves caen y tintinean en el piso

rocío de sol y espuma humedece las mejillas

esta es la madeja desanudada del sueño de un pozo

de una campesina

de una ciudad ruinosa

del golpeteo del mar

y la imagen que se cierra

cuando juntamos los ombligos.

domingo, mayo 24, 2009

la ciudad en bici

méxico d.f.
Queriendo cambiar de hábitos y dado que Anaïs, tenguereche Abreu, ha empezado a contemplar la posibilidad de inscribirme en doble AA (es broma de ella, no se crean), ayer no salí de parranda.
Desde hace varias semanas estoy tratando de hacer ejercicio y activar un poco la estructura ósea. Por eso hoy muy temprano (para mí), tomé la bici aerodinámica del Orus y me fui a pedalear desde mi casa al Ángel de la Independencia y hasta me paré para tomar una clases de baile. Me gustó el crepitar del sol, el contemplar personas de todas las edades, mi compañero de carril era un viejito bien simpático de vestimentas retro, habían niños, señoras, payasos, familias. Y hasta una muchacha con patines de cuatro ruedas. Me llamó mucho la atención un padre jalando con su bicicleta una carriola que decía "un auto menos para la ecología". Era algo así como un nuevo mundo, bien dice Marina que cuando uno no está crudo (de goma, con resaca) puede observar el mundo de diferente manera. Las bancas de Reforma, singulares y queridas para mí, porque me recuerdan a Laura, Leire, Chele, Oscar, César, y a Leo por los alebrijes, estaban llenas de gente y en realidad -yo que me conmuevo fácilmente- me la pasé bien, me tomé el respectivo jugo de naranja y en la mezcla de experiencias vividas y asociaciones libres que configuran el pensamiento, me dije que el hecho de que el alcalde de esta ciudad tenga a bien considerar que la recreación es un derecho humano me parece acertado, aunque no quiero tomar partido, menos por un partido.
Lo único que quería dejar claro en la entrada de este blog -que mucha gente linda lee- es que me gusta la ciudad en bici.

jueves, mayo 21, 2009

Santiago

A Juan Francisco y su hijo Santiago, para que pronto vuelvan a verse:
.
Santiago, ciudad de Chile
nombre de mí
pedazo de mi cuerpo
sueño insomne cuando no me acompañas
.
hijo:
pasarán los años y tal vez no recuerdes esta angustia y el contorno de tu padre te resultará tan conocido que no sabrás del oprobio por este tiempo separados
y vendrás a mis manos caminando, y yo entonces –como siempre- seré de tus manos
como soy de tus ojos
.
en esa época feliz cuando corras frente a mí y preguntes cosas sobre el mundo y yo intente hacer del mundo un lugar más seguro y más blando,
solo podré repetirte que siempre lucharé por apartar de ti el sufrimiento humano
que espero seas un hombre entero y justo
y el amor sea el aire de tus días
.
cuando vaciles
cuando sufras
cuando falles
Santiago, camino de Compostela
encontrarás en mi pecho un descanso
porque yo he encontrado en ti el sentido
hasta ahora anhelado de mis días
.
y si no está bien visto
¡a estas alturas!
tanto amor dicho
no importa
vos sabrás siempre del mío
.
pero ahora
la ciudad y su lluvia me hacen yagas
las horas me lastiman
al no ver tu porte pequeño asomarse en mi mirada
cuento los días, Santiago
quiero que sepas que tu padre cuenta los días para mirarte y abrazarte
.
yo nunca estaré completo
hasta volver contigo
.
eres, Santiago
nombre de ciudad
camino
el ser más importante
de mi vida.

lunes, mayo 18, 2009

en mi legítima defensa

a la persona que ha estado atacando mi blog y mi lista de contactos:

.

yo

crecí llena de sueños

de libros

de mis padres

y la risa de mis hermanos

.

juntos,

atravesamos una guerra

.

a mí

me gusta ver las vacas cuando se mueven por la carretera

sobre todo me gustan sus orejas

.

yo

sé pocas cosas

abro mi casa

abro mis ventanas

lloro cuando estoy triste

me angustio

me equivoco

tengo miedo

llego tarde

guardo rencor

me enamoro

colecciono conchas de mar

escribo poesía

comparto

.

yo

quiero ser luz

y guardar la limpieza

como una virtud del corazón

.

a ti

te invito a ver el color de los almendros

las golondrinas en los bordes de las iglesias

los niños en los portales

la redondez de la arena

y este atardecer irrepetible

.

para que el agua salada

también cure tu ímpetu y tu dolor

.

quizás sí aprendí una lección

yo

no quiero ser oscuridad.

jueves, mayo 14, 2009

Artistas salvadoreños en el exterior

Como parte del ciclo de mesas redondas "Salvadoreños en el exterior"
Hoy, jueves 14 de mayo de 2009, 6.30 p.m. en el Centro Cultural de España San Salvador
Calle La Reforma 166, Colonia San Benito (Abajo del triángulo de la Zona Rosa)
.
Paula Heredia, Luis Alvarenga y Lauri García Dueñas

miércoles, mayo 13, 2009

Lección de boca

“Quiero escribir en el cristal “Te quiero”
Pero toda la ciudad se enteraría”.
José Gorostiza

Distancia
La distancia que me separa de tu boca es el dolor más agudo de mi vida
aceptado el yerro de la ausencia, mis labios yacen vencidos
osan mordisquear los tallos, los embutidos, el curry, los panoramas
acaso alevosos, trazar algún sintagma
pero la noche es cada vez más oscura
sin tu saliva.

Silencio
Ante el daño y el cohecho
a sabiendas de la injusticia vertida
plácida descansa una lección de comas
soberbia, acusa, la sintaxis expresiva
y aunque no esté de acuerdo,
repito,
aprenderé a callar cuando me insulten.

Gula
¿Recuerdas?
es inútil espaciar los encuentros
mi cuerpo tiene tu talle
estoy tratando de escapar del dictado de tu paladar
todos mis dedos se quedaron pegados en el hierro doblado de tu infancia tardía
mis ojos quisieron ser tu infancia tardía
te veo desdoblado cuando meto mis manos en tu piel mis manos en tu piel mis manos en tu piel cetrina
habrá que reconocer que no sobrevolará la calma esta angustia
jamás sería demasiado pronto
para mientras
resisto
¿Recuerdas?
la primera noche que dormimos juntos rompimos mi cama.

Duda
¿Has visto cuántas palabras coleccionamos?
¿Cuánto tiempo intentando nombrar lo que nos sobrepasa?
renuncio por ahora
lo que nos sucedió es inexplicable y tal vez por eso la línea estructural de los acontecimientos circundantes insista en desplegar su absurdo
viste temblar mis labios en la almohada la última vez
igual te vestiste para continuar haciendo de nuestra historia una suma de equívocos
¿De qué color era la noche, esa noche cuando me dejaste tendida?
Yo tampoco sé muchas cosas, pero no huyo de las sábanas como un bandido.

Deseo
Existe una palabra que sólo sé definir cuando el contorno de tu espalda sustanciosa está arriba o debajo de mí: (deseo)
grito
grité mil veces de noche
a estas alturas, pienso que no hice el suficiente ruido
afuera, las personas se emborrachaban y miraban el asfalto como una alfombra de grillos muertos
muertos hace siglos, antes de que nuestra maldición se conjurara
estamos atados por el hilo invisible y perverso de un narrador omnisciente
somos las caretas de dos personajes creados por un dramaturgo
entonces, me recuerdo desnuda y herida
el labio inferior de mi boca es el pistilo amarillo de una época más feliz
hinchada de ti, me vuelvo a dormir.

Templanza
Así sea que vengas vestido de tul como la muñeca
y me prometas que esta vez no meterás las agujas de coser en mis entrañas,
haciendo uso de mi capacidad sobrecogedora de exageración,
a sabiendas de que la humildad no es la característica humana que más me define,
repito (con la boca):
quiero estudiar papiroflexia y hacer del don un prodigio al servicio de las cárceles.

Destinación
Siempre he creído en el albedrío y la libre voluntad de los Hombres
escribo Hombres para referirme a la humanidad
me casé con aquellos viejos textos del contrato social
sueño con una casa azul cerca del mar
cada vez estoy más cerca del mar, en una gruta de piedras y sin casa
no ha llegado la época de cosechar
deduzco que durante los últimos años perdí la brújula a partir de un solo hecho desencadenante del temblor de estas dos vidas que se cruzaron en una esquina desconocida
no hubiera bajado a la tienda a comprar cervezas contigo
no hubiese brincado sobre tus piernas
o sí
todo tiene que ver con tu boca, mi boca, la misma boca
con todas las palabras y todos los besos de todas las tardes que compartimos
desnudos, cuando ilusos creímos que éramos lo único que existía sobre la faz de la Tierra
entonces, mi tibio amante, dulce y perverso destinatario de mis días,
verdad infame que no pedimos,
por hoy, no tengo más que decir.
.
¿Recuerdas?
la primera noche que dormimos juntos rompimos mi cama
.
soy el color del recuerdo en las manos de un ciego.

martes, mayo 12, 2009

Ajmátova en Modigliani para un desnudo con gato

“La historia de la amistad de Amadeo Modigliani y la poeta rusa Anna Ajmátova podría ser una de las más intensamente breves y menos conocidas entre dos creadores importantes del siglo XX. Se conocieron en París en la primavera de 1910… Ese año Ajmátova vio a Modigliani solamente algunas veces, luego llegó la despedida, pero todo el invierno Modigliani le escribía en sus cartas: ‘Usted se quedó en mí como una obsesión’” Recorte del periódico La Jornada, 10 de mayo de 2009 (99 años después).


Ella tiene las líneas más sencillas que él haya visto.
Él es una explosión sonrojada frente a sus ojos (los de ella). Ha huido de sus brazos cuando todo se complicó, cuando las tardes y los balcones enraizaron su corazón a una pasión poco sencilla.
Ella ama las noches de lluvia que mojan la tierra de la casa de sus padres cuando vuelve y, aunque perdió por la guerra a todos sus amantes, en el recuerdo más hondo de su hechura permanece aquel día venturoso en el que, sin sonrojos, dejó su ropa en el diván del pintor.
Él le enseñó la parte egipcia del museo de Louvre.
Ella deseaba que Modigliani recibiría en vida el reconocimiento. Pero nunca fue así.
Él dejó de escribirle un día.
Ella murió muchos años después, pero antes volvió al París apolillado, a soñar con sus cuerpos entregándose en tardes bochornosas, al otro lado de los barrotes.
En un colchón pegado al piso, descansan los amores incapaces de derrumbarse.
Él insistía en ignorarla.
Ella aprendió a amar a los gatos cuando él pintó frente a su silueta sus dos felinos favoritos. Ella tenía una mancha al costado (la gata).
Tiempo esférico de almas tristes, océano de escasez, no nos quites estos instantes muertos desde un segundo tardío, danos la sabiduría para aceptar lo indisoluble por breve, guárdanos en la curiosidad de los amantes que a nuestro fin seguirán buscando en nuestras cartas el secreto.
El secreto que no existe es fácil, ninguno de nosotros terminaría su vida a merced de ese tiempo. Éramos insuficientes. Demasiado jóvenes. Rumor.
La verdad es que fuimos bien cobardes.      


viernes, mayo 08, 2009

La silueta de mi soledad


A Anaïs y Emiliano por leerme en voz alta a Yannis Ritsos, y hacer del largo aliento una forma anhelada de belleza

A usted, el destinatario de mis días:

Es triste aceptar que solo tú eres capaz de reconocerme entre la multitud de cientos de personas con el traje planchado, en mi prominente silencio de esquina de gruta e interiorizar que sin ti hubiese vagado por el mundo sin reconocimiento, hundido en la anónima escena de mi crimen propio, como un mástil exagerado que se cierne sobre el mundo.

No habría conocido la tibia cobertura de los cuerpos, cuando el polvo vuela a los pies del lecho y la luz se cuela entre las cortinas.

Seguiría siendo la casilla vacía de mi ego o el gusano de los nardos, la anchura de mi cama vacía sin tu presencia, si el fuego de tus labios partidos no iluminara mis recuerdos de hombre solo.

Ahora que los lustros han pasado, y el color gris de mi orgullo ha decrecido en mi espina dorsal, causando una curvatura similar a la del esqueleto de ballena, estoy frente a tu puerta implorando que la muerte y los años no sean lo suficiente amplios para separarnos.

Apelo a la piel que nos tembló en los años lúbricos de juventud, ahora que espero, en el dintel, tu añorada silueta y que tal vez no vuelva a verte porque a veces o siempre es demasiado tarde.

Durante más del tiempo necesario, cada vez que el vagón pasaba por tu estación me prometía a mí mismo que esa vez sí me bajaría, sorprendiéndote a media noche para bajar el cierre de nuestras penas mutuas por tanto cuerpo separado –tanto tren mulata tanto tren-, pero mi cobardía incrementaba al temer que podría encontrarte cubierta de otra piel y otros hombres, entonces rabiaba y sentía palpitar la bilis en millones de explosiones subrepticias como la tarde de aquel diciembre cuando dijiste, por primera vez, que regresabas de nuevo con él, que preferías el tacto de la vieja crianza, la seguridad ontológica de las cadenas, a la incertidumbre de mí.

Entonces, las petunias que colgaban de mi balcón no se estremecieron.

Y cada vez que me dejaste, te volvías una mancha de colores en el pasillo, como los recuerdos que, un día dijiste, te quedaron de mí.

Hubiese querido que el mundo entero se estremeciera por mi tragedia de perderte y no solamente las hojas de las plantas, los rostros de las mujeres en el mercado o las manos del vendedor de pan, sino todos los personajes cotidianos que vieron agrietarse tu olvido en mí, crecer el rencor en el tono cenizo de mi tez, que se fue descascarando como la piel de un durazno que se avejenta en el congelador.

Tal vez todo esto que te diga y escriba no haga mella en ti.

Quizás no existas más que en la memoria de los instantes compartidos.

Posiblemente, petulantes y sin razón, creímos que existía una conexión irrepetible en la línea de nuestro discurso, formando una sola piedra azul que el rodar de millones de años destruyó.

Porque cada vez que nos encontramos, en la sucesión de varias vidas, fuimos una madeja incontrolable de ganas y yo creí, ingenuo, que solamente tú eras capaz de reconocerme entre la multitud.

Solo existió una manera, entregándonos como animales, en la profundidad de las marcas que dejan los dedos y los dientes, que sentimos descanso de ese estertor que nos quemaba.

Te grité tantas veces al oído que nunca me dejaras.

Abrázame, no me sueltes, llévame contigo, no importa tu carne más madura que la mía, ni tus ojos de alma vieja, no te rindas.

Pero te rendiste.

Y yo, aprendí a tambalearme en mi tragedia, a buscar en otros catres amargos la dulzura de tu carne mía, viví una fiesta que duró años, mis ojos enervados de alcohol se desgastaron de buscarte en las esquinas, en las palabras conocidas, en cada uno de tus defectos repetidos.

Y yo también fui cobarde como tú.

Porque cuando le pregunté a mi corazón, ese músculo sincero, sobre el camino que debí tomar, me imploró que por ti me arrebatara de insistencia.

-Bájate del tren y camina a su casa, me dijo.

Y yo me resistí.

Porque nunca quise verte con él. Me hubiera quebrado en pedazos. No hubiese quedado nada de mí.

Era joven, más de lo debido, más de lo que ese amor incendiario necesitaba.

Esta pasión demanda de mí una sabiduría que no he conocido. Y no sé si algún día lo haga.

Por eso estoy disfrazada entre estas líneas, no soy un hombre que toca la puerta en un barrio malo, dentro de un poema griego.

No tengo otra forma de hablarte sino esta.

Solo tú sabes quién soy y por qué escribo.

También soy cobarde, y no me bajo del vagón cuando paso por tu casa.

Estoy rendida y ya tan solo

Te espero.

Toco tu puerta

no abres

la luz de los faroles tirita

el halo del frío es humo en mi boca

miro al suelo, inútilmente dibujo círculos de polvo,

y a mis pies solo descubro:

.

la silueta de mi soledad.

lunes, mayo 04, 2009

Protesto

prefiero que vivamos a nuestra anchas
es hora de quitarse las máscaras
no quiero tener miedo
Estoy cansada del pánico de la Gran Ciudad, de las consecuencias de esta peste de influenza que nos volvió personas atemorizadas, chistes de lo que fuimos cuando nuestra vida era el tranquilo fluir de nuestras circunstancias.
Protesto y propongo desde mi hacer poético la desnudez, un arrancarnos las máscaras, los tapabocas, y volver a confiar en que todo-va-a-estar-bien

Fotografía: Keren Shayo y Marcela Zamora
Producción en la azotea: Marcela Zamora
Autocensura: Lauri García Dueñas

viernes, mayo 01, 2009

poesiasintapabocas

las poetas del megáfono los invitan a participar en:

www.poesiasintapabocas.blogspot.com

un espacio creado con poemas de diversos autores

con el tema: la influenza.



(eva cabo, arturo sodoma, lauri garcía dueñas, zaria abreu, óscar franco, emiliano álvarez,

nicole delgado, anaïs abreu, sergio sepúlveda, haydee ramos, gerardo grande,

guillermo carballo)

EL DISEÑO HERMOSO LO HIZO ANAÏS, como siempre ella tan hermosa.


también vos podés colaborar para que este espacio sea aún más diverso,

mandando un poema a:

anais_ad@hotmail.com, vinhinha@gmail.com, poetasdelmegafono@gmail.com



sólo te pedimos que lo mandes como archivo adjunto

en letra times new roman, 12 puntos

y que no abarque más de dos cuartillas

(el tema: la influenza).


¡participa!

la poesía vence al miedo