lunes, abril 22, 2013

En la Feria del Libro y la Rosa


Gracias a una invitación del Periódico de Poesía UNAM estaré leyendo en voz alta este martes 22 de abril de 2013 a las 5 p.m. en la Carpa de Letras, Centro Cultural Universitario (CCU) afuera de la Sala Nezahualcóyotl.

La programación completa está aquí: http://www.cultura.unam.mx/fiesta2013/programa.php

Abrazos.

jueves, marzo 14, 2013

sábado, febrero 23, 2013

Participación en la XXXIV Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería


Es un gusto estar compartiendo en esta feria.

Sábado 23 de febrero a las 8 p.m. en el salón el Caballito.
"Arquitectura corporal".

Domingo 24 de febrero a las 6 p.m. en la sala Manuel Tolsá
"Poesía para el milenio".

Por ahí nos vemos.
Gracias :)

viernes, febrero 15, 2013

Aquí en el borde cúspide



Aquí en el borde cúspide

de un bocado impuesto

ahorcada

de cabeza

tras la sangre recién cortada

dejando ir a los congelados pájaros de la mente

truena al tueste la jaula

sale del pecho el vapor nocturno

restos             cenizas

la placenta de la realidad nos escupe

tropas de hilos desanudándose para crear

caos

funambulismo: insomnio de crestas puntiagudas

fuego

fuego en la mente

gajos de culpa para tirar a la hoguera

idea de caminar descalza

acólita del aire

una oportunidad para seguir secando al sol, el futuro

construcción fantasma

vano báculo de temores

¿algo?

algo agua ha de ser garganta

sígueme         lejos

vámonos

dolor de símbolos

el desvelo sabe a voces de pasillo de hospital

encendida la autopista de la mente

vámonos a un manglar para ser seudópodos     nubes de mosquitos

algo que libere este peso péndulo del tiempo

ácidos los ojos          las campanas del viaje sideral

el punto fino para tejer lo que existe        si somos algo

o tal vez sólo el cuenco que arde

debo

tras de mí gruesas gotas

goterones de párpados en asfixia

deja en paz la cicatriz de las sogas

dice el ahorcado que pende de cabeza

y quién entra por esa puerta

por qué no nos vamos

en un denso intento por dotar de un orden material a las cosas

vámonos

la meta es irse al aire


al aire

respiración

que vienes

ven.

jueves, febrero 14, 2013

Doce

Antología de los alumnos del Taller de Creatividad de la Licenciatura en Escritura Creativa y Literatura de la Universidad del Claustro de Sor Juana que tuve el gusto de coordinar entre septiembre y octubre de 2012.
Diseño: Daniel Malpica
Corrección de estilo: Emmanuel Vizcaya y Lauri García Dueñas
Prólogo: Lauri García Dueñas

miércoles, febrero 06, 2013

33

Cuando tenía unos seis años descubrí, sentada en el sillón mullido de la sala y mirando el reloj circular que colgaba de un frontispicio, que el tiempo no vuelve atrás.

Esa idea me persiguió y persigue, cada vez con menos angustia pero sin prescindir de ella.

Haber tenido veinte años fue un estado de gracia, sobrevalorado por el sistema de consumo de bienes simbólicos en el que habitamos, pero no por ello menos delicioso. Ahora que entré sin ambages a la prolífica década de los treinta, es más, que me dispongo a cumplir “la edad de Cristo”, quiero contarles que mi vida pasó por un estado repentino y  similar, simbólicamente, a la crucifixión.

Primero, apareció la angustia material y me puse a buscar otro trabajo para completar mis ingresos actuales, buscando algo freelancer terminé casi aceptando un trabajo de 38 horas a la semana.

Por suerte, mi propia intuición y El Muchacho se encargaron de recordarme quién soy y cuáles son las prioridades en mi vida. Si tomaba ese trabajo no podría preparar bien las sesiones del taller de poesía y el de crónica, regalo del que me ha dotado la vida y labor que está muy cerca de ser ideal para una muchacha como yo que además necesita muchas horas libres para escribir, hacer promoción y producción cultural, ir a sus clases de yoga y mirar las volutas de polvo caer sobre la realidad.

Las gestiones nerviosas de cambiar mi residencia a una ciudad lejana fracasaron, en el fondo, lo sé, porque no lo deseaba.

Tampoco me fui a estudiar el doctorado a Texas, porque una vez más decidí que, por ahora, quiero seguir viviendo en México, dedicándome a aquello de lo que mi vida depende: escribir.

En segundo lugar, me dio por compararme (suena música de suspenso) con amigos y amigas que tienen mi misma edad. Entonces, empezó a ser evidente que no me he reproducido y tampoco he acumulado posesiones materiales de gran valor monetario.  Decir que he escrito varios libros, no con pretensión, sino como un hecho fáctico, me hace recordar qué he hecho durante estos últimos años. Pero la conclusión más simple y evidente es que uno no tiene por qué andarse comparando con nadie.

El arcano mayor que se repite en mis dos recientes acercamientos al tarot es el colgado. Primero me asusté, luego Javier Norambuena, a quien dedico la palabra frontispicio del primer párrafo y tantos procesos vitales de pensamiento, me aclaró que el colgado está de pronto en esa posición que provoca hacernos preguntas. Dichas preguntas están recién cortadas, como los troncos que rodean a la imagen.

De nuevo, como en el viaje de peyote durante aquel verano del 2008, cuando el desierto no me dotó de ninguna respuesta, estoy de pie frente a mis preguntas.

Y frente a una idea recurrente que he masticado en los últimos tiempos: la realidad es independiente de mi propia voluntad. No se trata de resignarme pero sí de dejar de golpear el aire a puñetazos.

Para mientras, me quedaré aquí con mi nueva decisión de tener paciencia y aceptar la suma de hechos acausales que crearon la realidad arquetípica de mi ser actual.

Y es que me gusta este estado de excepción, haber encontrado al Muchacho, por fin, luego de tanta espera vital. Abrazar la posibilidad de ver caer el polvo como un bien metafísico.

Acepto lo que hay, lo que soy y lo que tengo, a pesar de mis limitaciones, que en el fondo no lo son, porque las cosas que creemos que nos atan no nos atan nadita.

Estoy orgullosa del talento de mis amigos y del amor que me profesan las personas a quienes amo. También, sigo teniendo junto a mí las consecuencias del acto más valiente que cometí en mi vida: irme a vivir a otro país y empezar de cero.  

No está mal cumplir 33 años, aunque, la verdad, el tiempo que no vuelve atrás es el mismo cada día.

domingo, enero 20, 2013

“Terapia de vuelo” o me gusta leer poemas que se sientan como que me están metiendo mano

Acabo de terminar de leer el libro  “Terapia de vuelo” de Eduardo Ribé  y siento como si me hubieran metido una mano en el esófago y jalaran mi estómago hacia arriba.

Me gusta leer poemas que me hagan sentir como si me estuvieran metiendo mano.

Estamos frente a un libro que; gracias a su sonoridad, a sus ráfagas intermitentes que lo tumban a uno de a poco y que en el suelo todavía nos permite gozar en el masoquismo de un dolor bien humano; nos descoloca, no quedamos impunes, leemos de corrido. Entramos en estado de devoramiento.

Imagino al autor pegando papeles en un pizarrón de corcho e intentando discernir cuál era la urdimbre de la estructura de su libro. Me acordé de Blaise Cendrars: “Estoy acostado sobre una manta de viaje/colorinche/como mi vida”. Y es que en este libro poesía y vida se confunden comprobando que como sostenían los artistas Povera: “no hay una diferencia esencial entre el arte y la vida”.

En primer lugar, deseo comentar que en este libro hay una masculinidad evidente, no restrictiva, en la concepción del mundo y en el catalejo con que se mira a la Otra, la deseada:

 

la venida de los dioses

en los labios mágicos

de una venadita que hace llover

y de paso

llorar

y de paso

el eco de una serpiente en espiral

al teñir los bordos ángulos

de un verano que nunca terminó

de terminar

 

O cuando nombra a la entrañable:

 

muda y lactante venadita

 

Y  es que para la voz  poética es importante:
escucharte el animal

para posteriormente invitar:

llégale a mi garrocha
 

Sin que todo este lenguaje coloquial reproduzca alguna intención excesiva de poder. No.  Al contrario, es una invitación a subvertir el orden del mundo.  Un imperativo:

 

batan chance de alas

 

O bien:

nada de que ya mero

el cosmos espera

 

Y la invitación:


ora, aletéyele, compadre

En el libro, persiste esa resignación budista de entregarnos a lo que no podemos controlar:

 

Por ejemplo:

 

vara aguanto

O: 
 

y si a dios se le duerme no hay bronca

 

 

Existe además un trabajo deliberado en el ritmo a lo largo de todo el poemario. De un ritmo preocupado por la lengua que se dobla:

 

asociación disociativa de símbolos

 

 

en morfema de modo accidental

 

 

bi infinitivo

 

 

la santa madre ponética

 

El escritor nos demuestra que su escritura ha creado ya la mancha, la desgarradura es evidente en los textos “Pido pedir” y “El mareo de mamá”.

A mi juicio, “El mareo de mamá” corona el libro. Un poema que cae con todo su peso frente a nosotros.

Al final, a pesar de la desolación a la que fuimos sometidos (pero las esquinas me tumban), como lectores no dejamos de respirar tranquilos porque sabemos que  la voz poética ha prometido que:

 

de cualquier tumba me vuelvo a levantar

 

Ahora, queda la responsabilidad, como en todos los que escriben, de que los hallazgos del lenguaje y estos textos tan rítmicos y vitales sigan guareciéndose en el oficio. Celebro así que este libro y esta mancha existan sobre la Tierra.

 

 
Lauri García Dueñas.
 Jueves 17 de enero de 2013, Santa María la Ribera, Ciudad de México.

 

sábado, enero 05, 2013

Chic


Miércoles 2 de enero de 2013

 
Los senos bajo la blusa han empezado a crecer

las pústulas de su cara desaparecen cuando se ríe

su pelo corto es de erizo negro.

 

Chic está sentada en la banqueta de la frontera de ciudad Cuauhtémoc

un niño todavía de brazos la señala y repite su nombre:

Chic, Chic

la señora que vende tacos de papa

riéndose, le pregunta al niño:

¿Es tu novia?

No, responde y la llama:

Chic, Chic.

 

La niña camina descalza

sus ojos están perdidos en ese espacio diferente de la mente que algunos conocemos

saluda y sus ojos son grietas cálidas hacia otro lugar

dice adiós pero retrocede

ha visto una vagoneta llena de turistas

rompe a abrazarlos a todos

poseída

se ríe

Chic, Chic

algunos se apartan porque está sucia

y un espacio diferente en la mente siempre apabulla

pero ella insiste en su cariño arrebatado.

 

Un hombre mayor se vuelve niño y se deja llevar

un hombre joven se desinfecta las manos después del abrazo.

 

Chic nos dice adiós.

Adiós, Chic, adiós.