domingo, noviembre 26, 2006

Gato azul
















un gato azul devora un bollo de estambre a la mañana
como engulle –de noche- la piel disecada de su colega minina
los ojos se le pegan a las sábanas, bosteza molesto al tener que abandonar la cama
esparce espuma de afeitar sobre su pelaje, para apartar el vello del trasfondo
lava los rastros blanquecinos de la humedad de los revuelcos nocturnos
recuerda -con todos los disgustos- el frío de la loza
el hielo que lo hizo tan temprano erizarse
hace cuentas abruptas de lo largo que le depara la jornada
se estira, contra su gusto, para espantarse la melancolía
y se tira un rato al sol, orgulloso
como todos los días

el gato azul prefiere no ser morado
disimula todo lo que tiene de cariñoso
lucha a contra luz para aminorar el amor que lo invade
y lo distingue de tantos otros gatos grises
tan tristes y solos

espera –entre masturbaciones- la llegada de la otra noche
para bailar en el entablado la próxima melodía
cómo ansío tu voz ronroneándome al oído
ese miau contagiado de agónica lujuria contenida

Ay el gato azul, tan poco probable
Ay la noche espesa, tan largamente añorada
Ay la luz de la luna sobre tu rostro agatado y azul
Ay tus manos de felino tímido sobre mis tetas y mis uñas
Ay tus gritos esféricos de éxtasis y confesión
Ay mis palabras para consolarte cuando devorás un bollo de estambre a la mañana
y tenés que abandonar –inconforme- la madriguera de mi vientre tibio

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