lunes, septiembre 10, 2007

XXI


¿Y ahora qué vamos a hacer?
cómo cancelo todo lo que escuché de vos
y el mareo en la cafetería
y tu esperma haciendo manchas en mis muslos
y el desvelo
y las comidas
y mi vestido suspendido
y el amor al aire libre del sábado
y tus dedos como tenazas de un animal decidido a comerse toda la arena del mundo en la boca de mi cuerpo
en mi cuerpo que es mi boca
y mi cuerpo era goce/lo era
y el tío vivo y las orejas de conejo y el arroz envuelto en algas y tu persecución en la cocina y el reciente avance de todo lo incierto y la impotente forma de amarnos porque somos de otros ¡qué triste!
y la biblioteca
y un viernes abrazados en el sofá
viendo una película de primos sin sexo
y la emoción de regalarte un libro
y el jardín de piedras falsas y un rastrillo
y la complicidad de mi perro contigo
¿Y ahora qué vamos a hacer?
si ya abrimos la verdad y es tan oscura, es un túnel amarillo,
es el esófago encendido, la sin razón durmiendo hasta tarde en la cama
cómo recogemos todos nuestros versos incompletos
las garzas de San Miguel
y las pequeñas cosas nimias
la trivialidad hiere todos mis costados
y digo “bien” cuando dicen ¿cómo estás? porque ni modo que intente explicarles tu forma de dormir y habitar ó
la aguda certeza de que estoy podrida por dentro desde antes y tengo esa manía de llorar por casi-cualquier-cosa
y ni modo que cuándo me pregunten ¿cómo estás? explique cosas tan absurdas como que imagino –parada frente al Viaducto- que en alguna parte por fin estás. Todo esto es personal y lo digo.
No puedo explicarles el tibio roce de tus yemas, todas tus palabras convenciéndome y tus ojos perdidos, perdidos cuando entro.
¿Y ahora qué vamos a hacer?
¿Romper los muros?
¿Abrir boquetes?
¿Salir descalzos a la calle?
¿Tomar jugo de mandarina?
No podemos
solo alcanzamos a jugar a las sombras
encender la vela gastada
y cabalgar una línea curva con aceite
(huele bien y nadie entiende)
cerrar los ojos
ponerte una boina para que ya no te odie más y perseguir
lo-que-debe-ser-a-tus-viejas-heridas-
esto es personal
no puedo explicar más
cómo cancelo todo lo que escuché de vos
tus palabras partieron esta estancia vacía donde ahora en la esquina duerme mi perro enrollado en su cola y donde la pluma temblorosa responde que ya nada puede hacerse
tal vez más garabatos
o un café para limpiar el vidrio roto de la noche
todas fueron palabras sencillas
cuchillos, quemaduras y celos como espejos de antes ¡antes!
¿Y ahora qué vamos a hacer?
esperar el olvido que nunca llega,
jugar entre los dedos con la cinta roja que me regalaste
(todo es insuficiente)
¡Tus dedos largos!
¡Tus palabras sucias!
en el filo de la vela gastada, nuestros cuerpos diciéndose adiós
gritos de placer
y llantos de conmiseración
(nada exagerado)
tus dedos como dedos de un animal
buscan piezas de sal
largas cuevas donde los monstruos duermen
oscuros túneles amarillos
y mi herida/esta maldita quemadura

Ya nada podemos hacer
todo ha terminado para nosotros

(aunque recuerde tu esperma manchando mis muslos
y tus ojos entrando en los míos)

Ciudad de México
al 8 de septiembre de 2007

a la persona que quiera el poemario completo, escríbanme a luciernagapoeta@yahoo.com.mx

2 comentarios:

Ophir Alviárez dijo...

Me anoto, puedo??

Ophir

Lorena Illoldi dijo...

¿versión electrónica?
Yooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo


grazias