martes, febrero 02, 2010

un cigoto de frío vive en mi corazón
el olvido tiene tu sombra
sabes enumerar los escalones que nos separan
sabes el punto en que ocurre mi ebullición
hoy destaparon las cloacas de mi calle
hoy fui la misma de siempre, la que no ves quebrarse en pliegues
la porno sentimental que quiere romper una piñata
la ciudad persiste en sus alambres rotos
los hombres de la calle son fantasmas que rondan
intempestiva fuga, la mía
aprendo a rechazar tu castigo cotidiano
el opresor se nutre del dolor de los vencidos
los vencidos van a rebelarse
los perros saben el aullido
pero las perras gritan también
(nada es absoluto en el reino animal)
tengo que irme de acá, la falta de movimiento me está matando
no nací para ser figura sedentaria coleccionando huecos y sangre
quiero dormir rodeada por los faroles de la Alameda Central en una isla del Caribe
calco mi letanía en los cuadernos
hago planes de todo lo que quiero escribir
soy nahïf y voy a comerme el mundo a zarpazos
hombre que huye en bicicleta
excusas temporales para la misma certeza
delirio de ti sobre mi carne sin voluntad
el rostro de la víctima en tu mano, mi rostro de víctima en tu mano
quiero romper el cordón umbilical que nos ata
me cansé de ser el alma gemela de tu incertidumbre
la demencia de Sísifo
no repetir el camino
voy aventar piedras, voy a lapidar a la vieja mujer que se me metió en mis arterias, intrusa
no quiero vivir desangrándome
la yo-renacida va a romper las cadenas de centenaria tortura
voy a luchar contra el fascismo primordial
ahora sí, ahora sí, voy a respirar-llorar-coleccionar primaveras amotinándose, paisajes lacustres y marítimos
el vecino tiene problemas de cama
mis asuntos son ahora más complicados que una sábana de cinco esquinas
¿cuántas personas caben en una relación enmohecida?
la existencia es la mueca de dios burlándose, no me gustan sus chistes
hay que poner el cuerpo en la escritura, el cuerpo en la escritura, el cuerpo
desterrar el pensamiento, perdición del hombre nuevo
hay que quemar la ropa vieja, cumplir treinta años, irse de viaje
matar el tiempo, de una vez, flotar desnudos en las fuentes verdes
caminar descalzos por el pavimento, convertirnos en mendigos para dejar de sufrir
dinamitar el pasado: alud que arrastró el paraíso
presente: ven a limpiar la cocina, a pagar las cuentas, a dormir conmigo
lluvia cernida sobre la ciudad de México: ábrenos las fauces
haz reír a los niños, ladrar a los perros, metáforas simples de nosotros
he perdido la llave del gas
he perdido todo lo que fuimos
no me digas recuerdo
no digamos morir
tengo hambre
la noche es venganza, yo digo ruido celestial

y el cielo de la ciudad se cae.

2 comentarios:

Diego A. R. dijo...

wow, lauri. éste me gusta mucho, mucho. hace tiempo que no me daba una vuelta por tu sitio, y en cuanto lo hago me topo con algo así! tal vez también sea porque estoy muy sensible, pero me tocó muy profundo...

gruego dijo...

lauri muchas gracias por este poema, me gusta demasiado tu manera de escribir, cuidate y exitos donde sea que estés. bye bye