domingo, marzo 11, 2007

El último beso


Martes 21 de enero 2007

7.50 p.m.

Uno nunca sabe cuál es el último beso de esta historia
tal vez lo intuimos cuando,
y con la cordialidad del caso,
los amantes se dicen ‘hasta luego’.

Uno llega a casa
riega las plantas
va a la lavandería
lee libros importantes de gente importante
mira la televisión
cuece el arroz.

Pasan los días
y uno poco a poco se va dando cuenta que el teléfono no suena
que no llega el correo
que el otro no solo está de espaldas sino que es el ausente favorito
de la nostalgia.

Entonces, uno
vuelve a regar las plantas
vuelve a ir a la lavandería
vuelve a leer libros importantes de gente no tan importante
y sobre todo mira la televisión
cuece el arroz
y aprende como otras personas, tan distintas de estas personas, cuidan a los cocodrilos

Uno nunca sabe que aquel beso iba a ser el último beso
sino hubiera preparado mejor los labios,
tratando de hacer del último beso, el mejor beso
y hasta de pronto, por qué no,
hubiera gritado desde la esquina
‘¡No te vayas!’
‘¡Te necesito!’
pero dicen las abuelas que el hubiera no existe
que ése es para los fracasados.

Y uno da el último beso de esa historia
injustamente
sin saberlo.

Alejandra se ríe.

Y uno llega a la casa
riega las plantas
va a la lavandería
mira la televisión
lee los libros
cuece el arroz


y aprende.

7 comentarios:

John Narváez dijo...

Pensé, por el título, que se trataba de la pavosería sesentosa de Los Cero Cero Siete.

pibes de barro dijo...

Me gustó mucho, quizas tanto que tuve culpa.
Gracais por mostrar los hilos de tu escritura.

Ophir Alviárez dijo...

Querida Laurie, es tan real, tan tremendamente real y simple lo que se plantea en el poema que el golpe se siente sin anestesia y cuando pasa el atolondramiento sólo queda el amargo en la boca y la sensación del fracaso, porque como decían las abuelas, el hubiera, a quién le importa.

Te leo y lo disfruto.

Ophir

Anónimo dijo...

Me gusto mucho como descripción de una realidad totalmente humana

Anónimo dijo...

Te leí y fue como sentirme un poco en tus zapatos... Más que en tus zapatos, en tus huesos sintiendo el final sin saberlo...
Gracias por permitirnos purgar nuestros fantasmas a través de la poesía. Un abrazo.
Lore

Anónimo dijo...

Hermoso Lauri, me gustó muchísimo,un poema de esos que perduran porque llegan al hueso... Un placer conocerte en Chiapas. Un beso...
Angélica García Santa Olaya.

Mara Pastor dijo...

cuezo el arroz...
que largo el pelo!! bella.