lunes, junio 02, 2008

tiempo después II

Costa del Sol, 31 de mayo de 2008. 1.50 p.m.

no seré capaz de alcanzar los escombros

jamás

las abejas rondan las líneas azules del mar

¿demasiada repetición?

quizás solamente somos el recuerdo interoceánico de la adversidad

la espiral anudada del olvido

recojo

la concha de largas callosidades

le fijo

nubes inmediatas

en una inútil puesta en escena

la risa corta la levadura

tus besos la sal

hoy vi un pelícano agitarse

me gustan los pelícanos porque ríen cuando sangran los cuerpos que destrozan

son

la venganza contra el pez que escapa

y lo mejor es que no tienen culpa

yo

a veces tengo culpa

además

todo pájaro parece inofensivo

y no lo es

deseo permanecer

ser lama verde sobre la arena

y cesar la añoranza

tal vez me equivoqué

al no ser lo suficientemente aguda para discernir

el color rojo de los caimanes

pero siempre quiero creer

que en algún lugar hay una casa azul para mí

y alguien que me espera en el límite adverso de la roca

quiero salir a pescar

en el sol alado de todos los días

ya no quiero ser gris ni triste

repito:

quiero estudiar papiroflexia

y hacer del prodigio un don al servicio de las cárceles

quiero escapar de vos

de una vez

para mientras

el mar murmura

todo lo que sé hasta ahora

está completamente roto

el agua

arrastra nuevos esqueletos

no seré capaz de alcanzar los restos

jamás

no pares

si vas a entrar

2 comentarios:

Dylan Forrester dijo...

Me gusta sobre todo este final:

"no seré capaz de alcanzar
los restos
jamás
no pares
si vas a entrar"

Tienes una poética de búsqueda y de discernimientos, que va en pos de lo que muchas veces se nos olvida decir en poesía. Me gusta. Espero nos leamos por aquí.

Besos...

Unknown dijo...

poesía con aroma a costa y sonidos de conchas, me encanta.