hervor
el calor aniquila la sangre que llevamos dentro
el tiempo comienza a convertir los hechos en otros y así va sucediéndose la calamidad íntima de las personas
y uno piensa que debe de mantener las certezas a pesar de que los dedos suden
y solo queda aferrarse a la fuerza centrífuga de la propia voz
y uno inventa nuevas explicaciones para estar a salvo cuando se rompen las tazas una tras otra
y uno sobrevive
voy a mandar a poner un montón de cables de luz sobre tu corazón para que nunca te llegue la noche oscura/porque del daño que te hice solo me queda el desapego/la responsabilidad de verte caminar erguido sobre mejores épocas/
volvería a parir nuestros veinte años/ pero no puedo
por eso
llenaré de pájaros las antenas del quinto piso
de esta ciudad que por coincidencia absurda compartimos
dejaré de combatir el sol que inunda el propio espacio
inventaré mi fortaleza de una vez por todas porque es la única salida
masticaré la frase redundante de regresos que tienes colgada en la pared
y la escupiré
no me pediré disculpas
mis odios rencorosos se los daré de comer al duende que esconde las cosas en casa
voy a aceptar el color amarillento de los años
y los surcos
a la gente que me traicionó le regalaré vainas de frutos secos
para que caigan en el inútil pozo de sus mezquindades
total
somos la piel de un camino lleno de historias
sopla el viento y nos deja atónitos
no es necesario asesinar aves en este poema
ni defenderme
ni hacerme la víctima
afuera hay un montón de huellas que llenan los hombres
que se agachan para amarrarse las cintas de los zapatos y seguir el paso
y yo
que amo los sombreros
los crustáceos
las bombillas
los atardeceres violáceos
los besos
y la paz que el tiempo transcurrido otorga a los viejos abrazos
ando buscando mi energía arquetípica y la realidad de mi ser actual
estoy tratando de evitar la combustión espontánea
la falta de palabras/el ahogo en suspiros/las pesadillas
pero sobre todo estoy combatiendo la desolación
porque todavía estamos atravesados por la primavera
y nos crece la esperanza en surcos rojos de buganvillas.
1 comentario:
POETA POETA POETA POETA!
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