3.00 a.m.
cuánto dolor cabe en el regreso
cabe el punto y seguido
el punto final
tu boca
pequeños caracoles quebrados que llevo en el bolsillo de mis rotas rutas que regreso y retrocedo
rumbo, no te pierdas
en el llanto de un niño en la terminal
camino angosto, ábrete
cierra mis ciclos, no me ancles
que lo material se solucione
que a mi espíritu alfileteado le de por amasar lo indómito del círculo y del viaje
poesía, desátame
lucero del ocaso, mi único dios en ruinas, acógeme
quítale la espada a mi dos de bastos
recuérdame el rumor
bájale el volumen a mis súplicas
cuánto dolor cabe en el regreso
cabe el hambre, el desvelo, la angustia del transbordo, las piernas amoratadas, los encuentros repentinos
caben los caracoles amuletos
los peces rotos como la ruta
el rumor
el miedo
el vértigo de llegar a una casa que ya no es mi casa
y aunque siempre quiero volver
vos estás tan lejos
que me rompo.
1 comentario:
La estrofa final duele en carne propia y en aquélla que ahora se hace ajena y se desgaja.
Lauri Voz, sigue, sigue que a veces toca recomponerse y andar, no es cierto??
Un abrazo en el intento.
OA
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