domingo, febrero 22, 2009

mi perdición

A Isaac:

si yo, pedazo de animal rabioso
máscara de mi cuerpo
empiezo a temblar en la perdición de mí
es porque logré encontrar el dique a tiempo para no ahogarme en la bravura de las aguas y quebrarme como mástil desdentado en un diluvio pronosticado desde antes

hoy amaneció y el sol me recordó las letras de mi nombre

el hormigueo de mi vientre desapareció en luna llena gracias a un abrazo camaleónico

me aferré a su silencio como una moribunda
su ignorancia de mí fue la excusa para no enterrar la cabeza entre las sábanas y drenar mi sangre en lágrimas

a tientas
logré hincarle mis piernas en su cuello

fue una resurrección

había temido por instantes disminuirme en miles de partículas
herida de nostalgia e ideas brutales de autodestrucción
pero el ángel de mis ojos aparece siempre en las manos de unos otros que me salvan de mí y acuden a tejer mis entrañas de forma que se vuelvan una masa menos oscura

en la sombra
ajusté mi cadera a su ritmo
sin mediar palabra regresé a los años detenidos en el miedo de perderle y recordé que en este lado de la vida también hay estambres y peces de colores

nada le dije sobre mi historia de remiendos
sobre la caligrafía de otro nombre de cinco letras
agradecí sin gestos ni miradas profundas su calor concentrado en mis rodillas
su talento vuelto puerta giratoria de la carne
sus besos resueltos de ternura
su aparición convocada por mi súplica de ver llegar a alguien con la piel libre de recuerdos

me fue imposible reconocer su aliento o su olor
su textura blandecida
la forma de girar las manecillas de mi pecho para incrementar el ruido de mi pálpito

no importó la intensidad ni los ahogados gemidos
ejercimos el amor como una cartilla memorizada y efectiva
sin asomo de presión o devoción fingida

abrió mis huesos como lo haría un técnico ingeniero
salvó mi alma de caerse en una fosa
le devolvió a mi pasión la soltura de mis años de cinismo
y a mi turgencia la vibración de los muslos
mientras yo
rendida
me sostenía de su abdomen con mis tenazas de animal marino

-Agriétame, pensé, hazme pedazos. Jala la espoleta de mi granada fragmentaria para que mis esquirlas queden dispersas como trozos de insectos aplastados en la pared. No me sueltes, bórrame la marca de hierro en el costado que ese hombre tatuó en mi cuerpo de bestia salvaje. Sálvame de tanto vacío repetido. Quítame el rictus que se me acumuló de miedo.

exploté
luego de perseguirlo en jadeos
esperé su tremor de máquinas

volví en mí
el insomnio se me borró de los párpados
caí en el profundo túnel que me enseñó el desierto
en el fondo de la caverna reconocí mis ganas bañadas de luna llena
no pude llorar
aún no reconquisto la totalidad de mi cuerpo

dormí enroscada a su olor irreconocible
a su figura plácida en la cama, a su abrazo natural
y aunque la luz de la mañana me recordó el contorno de mi tragedia cotidiana
el último beso de su tacto me hizo pensar que volvería a enganchar mis piernas en su cuello
con tal de recuperar mi propia perdición.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

soy fan, lauri, you know
besote

Sor Juanais dijo...

me encantó este poema.
me gusta esa poesía carnal tan tuya.