me desestructuré
puse los cinco dedos sobre mi pecho dándome aliento
para volver a estructurarme en el siguiente color fluorescente
las llantas de los coches en la carretera hacen formas calmas
también los alambres de luz y los pinos que nos recuerdan que existe más que las cuatro paredes del pensamiento citadino
las ideas también se desestructuran
las caras de niños talladas al azar en una cúpula
hacen pensar que la religión sigue teniendo la convicción de sepultar sus verdaderas intenciones
un día de tantos en la plaza
colocaron una serie de telescopios
para que entre los muros grises no se nos olvide
el color de las estrellas
punto y aparte
hay cosas rotas
años rotos
pedazos rotos
intimidades
tras la puerta del baño
hemos llorado tantas veces
nos hemos enfrentado contra lo más recóndito
esta alma recién duchada de soledad
el agua corre si la necesitamos
el espejo es mudo testigo de gritos y ensoñaciones
hablar en voz alta/cantar/tararear/esperar campanas
hay quien toca la puerta
por el deseo de estar solo más rápido
el silencio y la ausencia de lágrimas no necesariamente significan falta de preocupación
tal vez solamente que uno está tratando de masticar lo que sucede
los temas a los que nos adherimos son impredecibles
por ejemplo yo quería hablar del mar pero cómo relacionar el mar con lo que ocurre en un cuarto encerrado donde alguien cuenta sus poros, sus líneas, sus arrugas
se echa a reír a solas o empieza el día cansado de antemano
limpiando el vapor
descorriendo la neblina que se cierne sobre esa imagen
de un yo conocido
quizás no sea imposible
relacionar las cosas
pensar en los años rotos y las cosas rotas
extender la mano sobre el pecho
y darse ánimo
intentar que la psique no nos haga pedazos las líneas
de mi desaliento solo puedo decir que es algo material
y una especie de sensación inexplicable por ser persona
también hay burbujas
y patos de hule
y sonrisas de bebés chapoteando en la tina
y algo que pone a sospechar que todo habrá valido la pena
pudo ser la falta de agallas
o la falta de voluntad
hubiésemos podido hablar de la crisis económica
y de la crisis que traemos dentro desde que nos convertimos en metáforas de inocentes habitantes del mundo
pero el azar tiene su gracia
los argumentos los da la casualidad
por eso
baje las escalerillas
no cruce a la izquierda
el baño está roto.
1 comentario:
cómo nos gusta la palabra roto, lauri
besotote
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