miércoles, mayo 23, 2012

Quiero ser un animal y esto no es de ninguna manera fútil

Quiero ser un animal y esto no es de ninguna manera fútil. Tantas veces me ha golpeado en la cara la humanidad que, con gusto, si pudiese, renunciaría a ella.
Quiero ser un animal y si el deseo, por primera vez, se me concediera por completo, pediría, de rodillas, ser una perra, sin que eso implicase que los hombres, al llamarme así, pusieran en evidencia su misoginia.
Sí, lo he decidido, quiero ser llanamente una perra y así devanarme, plácida, sin implicaciones sociales.
Quiero ser un animal para, nunca más, ser la amante de ningún hombre. Durante mucho tiempo, ese lugar común me hizo demasiado daño.
Quiero ser un mamífero habitual para que los ronquidos del macho no me provoquen histerias nocturnas, para que, en efecto, ese sonido estrepitoso sirva para espantar a mis depredadores, que son tantos.
Quiero ser un animal, una hembra, siempre, para que mi única escritura sea mi menstruo lunar.
Tantas veces me ha golpeado en el estómago la humanidad, con sus amistades falsas, su hipocresía total, sus mendigos que inundan las ciudades con la complicidad de todos, que de pie, a ciegas, dando un paso al frente, renunciaría a ella.
Quiero ser un animal para parir seis cachorros, sin tener que esperar por el semen de ningún hombre ‘racional’ que tema perder su libertad.
La libertad es un hecho que le está dado a los animales sin prejuicio consciente del otro.
Quiero ser un animal para que todas, todas mis relaciones, sean por instinto, sin tener que aparentar mi grado de socialización cultural.
Quiero ser un animal para no tener ganas de morir los domingos, para olvidar a los hombres que vinieron a mí y me saquearon, dejándome esta angustia blanca colmada de pesadillas.
Quiero ser un animal porque todo lo que detesto de la humanidad está dentro de mí, dicen, y no lo soporto.
Quiero ser un animal para no pensar en el futuro, esa carga que me tiene adolorida, y que el tiempo no sea más que prepararme para cazar mi siguiente presa.

1 comentario:

Fugamante dijo...

Me ha gustado mucho leer ésta entrada de tu blog. Es lo primero que leo de él y ha abierto una puerta. Me identifico mucho con la imagen que escribes de tu impresión con la humanidad, más con 'serlo' que cualquier otra cosa. Como contrasta con querer experimenter 'ser' otra cosa. Una perra. Real. Sin la pretensión que raramente cabe en la simple mente de un .

No comparto totalmente con cada uno de los puntos que haces, pero hay que reconocer la intensidad con la que fueron presentados. Me envolvieron tus imágenes y sus intenciones. Existe mucho que discutir del ejercicio mental que propende el imaginarse siendo 'otro' tipo de animal. Uno que traspase el impacto de la vida social, quizá. Uno que pueda volar. Se comunique sin el habla. Etc.

¿Por qué creo esto?

En esencia, porque es como único podemos ser eso, 'otro'.

Excelente, Ms. Luciérnaga; de hoy en adelante, merodearé sus lares con cierta frecuencia.