jueves, noviembre 27, 2008

la imposibilidad

hay oscuros caminos que no puede abrir

la luz entre las hojas

heridas que no cicatrizan desde la infancia

como las manchas de varicela que estarán hinchadas

toda la vida

.

dolores de cabeza que no cesan al despertar

cartas viejas que aparecen al ordenar la casa

relaciones animales imposibles por especie

cariños platónicos de mesas de café

.

y de pronto

aparece

la repentina calma de la derrota

una sensación tirante en los labios por no poder decir

y explicar

lo que se cuece en el estómago cuando tenemos pesadillas

el dictado susurrante que persiste durante la existencia

la loca escritura que demanda la atención de un amante

amante por lo demás dispuesto a la tortura

a la hierática carcajada de uno mismo

.

yo que andaba perdida me encontré en la imposibilidad

en el asumir doloroso de que ya todo está perdido entre nosotros

porque si seguía comiéndome tus ojos a las tres en la esquina

algo terrible iba a sucederme

terminaría prendida de los cables de luz

como un zapato lanzado al azar

.

algo así

algo terrible

.

hay cosas que no tienen solución

como las bolsas de plástico rotas

los dientes de leche

el deseo que surge al carbón de los anafres

el atardecer irreal de las azoteas

.

la mano que escribe el mundo ha caligrafiado por fin el punto final

.

quién sabe

tal vez en unos años

la imposibilidad no sea un absurdo

y el frío de esta época

sea solo un lejano rumor de nosotros.

4 comentarios:

Sor Juanais dijo...

gracias por este poema Lauri hermosa!

Sor Juanais dijo...

Gracias por este poema Lauri hermosa.

Emiliano Álvarez dijo...

Sólo querçia recordarte que te quiero y te admiro muchísimo... Creo que, desde que te conozco, has crecido inmensamente como poeta. Lo prueba este poema hermoso. Un besote!

María Tabares dijo...

Querida Lauri, cada vez más fluida, cada vez más real. Pareciera que caminas hacia el punto, o que ya estás parada o sentada encima de él.
No importa qué tanto parezca el punto final. Para nosotros las poetas, el punto final quedará, simpre un punto más allá, después de escribir otro poema o cruzar la puerta o la esquina o la vida.

Beso, beso