“Y como ya todo es inútil
como los candados del infinito crujen en goznes mohosos…”
Pablo de Roca
como la gloria de mis huestes ya tan solo son la cicatriz de la espada sostenida por unas manos pecosas
porque soy el óxido de mis huesos
pienso destruir todo resabio de esa mirada femenina que prefirió aplastarme en su maledicencia que guardar mi cuerpo lleno de escombros
y como ya todo es inútil
como los volcanes tragaron su amargura de siglos
y las bestias vagan como sombras sobre
y las aves de rapiña rondan la carne habitual de los mediocres
he decidido sentarme y llorar
ver el atardecer derruirse entre cristales rotos y apretar todas las cáscaras que dejó su risa para su vago recuerdo de hotel de paso
para su voz desnuda y sórdida
como ella y yo
siempre tan inservibles
tan niños
tan viejos
tan insanos
Y como ya todo es inútil
desharé mis dedos sucios entres sus cojines gastados
y en esta tarde explotada y tenue de luz maldeciré el día que la vi llenar con su rostro mi conciencia
tan clara que la sentí en mis pesadillas acercarse como se acerca un animal a hincar sus uñas en mi sangre para no dejarme vivo
porque ahora tan solo soy mis restos heridos
mi esqueleto hediondo
su tenue risa insaciable y repetida
en la vergonzosa compasión
por mis últimos días.
4 comentarios:
Un último gemido a manera de catarsis liberando los crudos estertores de la pasión.
Salud!
qué poemazo!
volví a leer este poema. lo amo. lo amo. lo amo.
es mi poema favorito escrito por vos.
es enorme.
me pasma.
Wow, lauri. Anaïs me dijo que TENÍA que leer este poema. Y es que te la volaste toda. Y digo toda.
Es impresionante, poeta.
Un besote.
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