miércoles, marzo 04, 2009

laberinto

por tu estado de ánimo y el mío

los laberintos se abren en el fondo de este ruido de pensamientos
la temperatura de las palabras es débil
la locura tiene espasmos cotidianos
que crean un rumor permanente
dentro de los hombres

quise escribir una carta de largo aliento
una especie de panfleto metafísico que explique que la voz de uno mismo desaparece frente a los demás

ese murmullo que muchos acallan durante años
es un cruel dictado que nos enfrenta con las partículas más sensibles de nuestros disfrazados dolores
este es un poema negro como la conciencia
viscoso, como los tejidos cognoscitivos
terrible como Alejandra paseando de noche por el parque Lezama
con el horror hecho comisura de labios, amando a su verdugo con la intensidad de un asesino

si de la luz conocemos el transcurrir diario
el otro cuerpo que nos da calor en la cama
del vacío queda: el temblar de rodillas
el vértigo
el huir continuo
un hueco que nos llevará –si puede- hasta el final del escrutinio

allá lejos
en el desierto
conocí las membranas del miedo
supe que no volvería a ser la misma
que el perdón es una especie de resignada melancolía
que no tengo los hilos del mundo en la palma de la mano
ni mucho menos

habrá que mirar la montaña
aprender de su mutismo y su inmovilidad
de los borregos, ponernos al cuello
el cencerro que anuncie la presencia

te dije que estoy aprendiendo a aceptar casi cualquier cosa
pero quien sabe si esto era necesario a mi edad

sí, fui un prisma copado de intensidades
la luz de ese cometa del que hablan los astrónomos
pero me convertí en una mujer anticipada de abulia
y no sé si esto es sabiduría o desconfianza

hoy mis azoteas se llenaron de pájaros
las cúpulas brillaron enrojecidas de arcilla
el sol calentó el agua de las piletas
la ropa se movió de viento
y yo seguí

adentro, las venas
de noche, pesadillas
nada es sencillo como los sintagmas

si fuese tan fácil
yo estaría ahora desnuda sobre una sábana
y me podrías hornear como un pan de blanda miga

vuelta masa de ajonjolí
me derretiría en una sopa
cantaría desde los balcones antiguos
una canción aletargada y feliz
abusaría de tu cuerpo como de los adjetivos
y en todos los tratados internacionales decretaría el eterno goce
sin asomo de remordimientos

el remordimiento es el fondo oscuro
rastros inútiles de nuestra educación religiosa
colados en costumbres laicas
soltá la culpa, te dije, y vete con quien quieras
que no te hagan pedazos las estructuras de los demás
reconocé tu voz dormida por siglos de opresión feudal
usá tu cuerpo como una máquina para cambiar las cosas
construí con tus músculos, la utopía
sentáte a leer el periódico, cuando estés vieja y no tengás miedo de ti

creo fervientemente en los bosques y sus habitantes
en su forma natural de resolver los asuntos sin prejuicios
en las olas del mar que repiten su camino
sin importar las opiniones de los acantilados

este es un poema negro como la conciencia
es un mirar adentro y no asustarse
es encontrar a Alejandra cuando vague a solas por el parque Lezama
contemplar con ella el fuego de todas las tumbas
y reírnos juntos de sus odiosos antepasados

si todo fuese tan fácil, amor
yo sería pan de miga y no cicatriz
paseo por el Viaducto sin tráfico en hora pico
no este montón de huesos de aves
regados en la azotea encendida de arcilla
ni este insomnio que se acostumbra a su espacio amplio en la cama

si todo fuese tan fácil, amor,
asesinaría los paraguas inservibles
y todos los recuerdos rotos que guarda la gente para hacerse daño
llenaría de niños las fuentes, y las fuentes de niños
encontraría el final de este laberinto
y me tiraría un rato al sol, para ver cómo se vuelve a escribir el génesis.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy en serio: soy tu fan.

Sor Juanais dijo...

AMO ESTE POEMA. TU LO SABES BIEN.