miércoles, julio 18, 2012

Hielo

No hay frío aquí
ni estremecimiento en los huesos cuando llueve
estoy subiendo a la superficie
fluyo a la par de miles de personas
no creo que tenga que escribir demasiado
esto es suficiente
inmediatamente nombro, sucede
chorrea el cielo sus desconocidas sustancias
y no sé si llegaré a tiempo
he perdido mi teléfono
(para qué las personas guardan cosas que empequeñecen el espacio
para qué tuve que hacerlo yo si acumular es siempre inútil)
estoy viendo transcurrir el tiempo en un reloj ajeno
hay algo detenido en el ritmo
la primera vez que el frío lo fue
no lo recuerdo
luego los años
la vida
Jano insatisfecho
las dudas, el mareo, las manos que exudan escamas
campos semánticos
no lo sé
pero casi nunca presiento las voces hasta que me arrebatan
perdí el teléfono
y tal vez el último mensaje de alguien que me estaba buscando
yo también intento hablar de lo sutil
tal vez en el sur de la ciudad no llueva
¿recuerdas aquella noche en la montaña?
yo no estaba en mí
casi nunca estoy en mí
y no sé cómo hace la gente para no sentir la mancha
cuando todo se desmorona
y saben negros los enunciados
negros, oscuros, terribles, los cauces del lenguaje,
quiero un abrigo de sílabas tónicas
desgarran al oído los malos acordes
no hay frío
el pellejo hierve
y el tren está tan lento que parece que nunca llegaremos
nunca llegaremos
si estoy hablando a solas
si el miedo
sí el miedo
las calcificaciones
los tobillos
si un ‘de todas maneras’ un avanzar constante
si las horas
sí las horas
acumulando en mi alma esa palabra desconocida
un trozo casi infinito de hielo
difícil de derretir
difícil.

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