miércoles, febrero 25, 2009


A Isaac:

por la perdición

el mundo guarda su ruido para sí

su pregón metálico y de sirenas

aún así, el cielo de hoy es un pálpito

que mella las cavidades convulsionadas de una ausencia

.

afuera y muy lejos

cerca del mar

Martina ha colgado sus bragas chorreantes al sol y las gotas de agua fresca que caen

provocan el deseo de Ulises

como un gusto salado en la parte superior del paladar

.

el joven tiene empañadas las gafas

y un nudo de odas griegas en el sudor de las manos

.

el sol

hace crujir la arena y el pavimento

.

el sueño se convierte en dolor de párpados

.

de la otra noche, no recuerdo exactamente tus contornos

supe menos de tu silencio y un poco más del transcurrir circular de tus ojos

y así, en la lucha que hacen de noche los gigantes cuando saben que el tiempo es también el enemigo, volví a ver el hueco del túnel que conocimos juntos

.

empiezo a reconocer las manchas de tu cuerpo, el tono pálido de tu piel,

pero el olor irreconocible de tu aliento

hace colar las gotas

en el piso de madera

causando un profundo estupor

en la estructura ósea de la realidad

.

guardo varias preguntas como Ulises en el paladar

tengo ganas de ser ola golpeando el musgo cavernoso de tu cuello

de comerte a dentelladas galeonicas

y tener una soga prendida de mis velas

y volver a caer en el deseo agitado de los mares

.

de la perdición augurada, recobrar el brillo

clavarte estacas en los poros abiertos

agarrarme con mis rodillas de tu abdomen

como el amor se aferra a la vida

más allá de las tragedias cotidianas

.

y en el cielo enverdecido, entre el ruido de los coches y los barcos,

empezar a reconocer tus contornos

dejándote ir cada vez que sea necesario

destruir el apego, esclavitud tardía de los hombres

dibujar un eterno silencio

y apagar las luces que nos mezclan con los demás

.

Martina deja secar sus bragas en el patio

Ulises ve chorrear las gotas de los encajes como mira los erizos de mar y se los come

el viento hace grietas en las manos ásperas de los pescadores

.

él

todavía no volverá

.

Penélope

ya no espera en el puerto

.

ayer fue la ausencia

el adiós de las manos agitadas

la juventud que creímos detenida

.

hoy es el sol que se refleja en la arena, que abre y hace crujir el pavimento

mientras el mundo guarda el ruido para sí.

4 comentarios:

Sor Juanais dijo...

POETA!!!!!!!! GRAN POETA!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Te quiero "mientras el mundo guarda el ruido para sí".

Lorena Illoldi dijo...

írala....
¡y es mi amiga, tú!!!

mihijamichelle dijo...

Hola Lauri, te escribe Luis Antonio Chávez, poeta y perdiodista, ex compañero tuyo en El Diario de Hoy, para felicitarte por el premio logrado en México y pedirte permiso para publicarte en mi blog en www.ipernity.com, saludos