jueves, junio 11, 2009

cuando era niña me enseñaron a que tenía que callar ciertas cosas

cuando era niña me enseñaron a que tenía que callar ciertas cosas

intuí que nos pasaba algo terrible

que estábamos atravesados por la angustia

y así era

.

mi padre nos prohibió invitar amigos a casa

porque ahí se gestaban procesos históricos que hasta el momento

nos siguen conmoviendo

.

por eso cuando tenía nueve años y una compañera del colegio me dijo que me había visto marchar con mi madre y la unión de trabajadores

me temblaron las piernas

.

era en la época que te mataban por:

organizarte

guardar entre tus apuntes“ El Capital”

tener casetes de Silvio y Pablo

o repartir propaganda “subversiva”

.

a mi nadie me explicó nada

yo tuve que leer en los libros clandestinos lo que pasaba

y escuchar detrás de la puerta las conversaciones de los adultos

que tapaban con un dedo demasiado pequeño la verdad de un mundo en ruinas

.

mi abuelo nos observaba desde la inmortalidad de su foto blanco y negro

de la segunda repisa de la librera

con su bigote bien peinado y su ceño tenso

.

todavía no sé la verdad de esos años

y me duele

.

hay ciertos temas de los que es preferible no hablar

como de la muerte, tan parte de la vida

de la guerrilla, cuando es perseguida por guardias nacionales

o de todas nuestras conversaciones escondidas

para retomar este amor que no claudica ante las llamas

.

la gente toma partido tarde o temprano

y para mí la vida se resume muchas veces en opresores y oprimidos

en los que expulsan profesores de las universidades y los entregan al enemigo

o en los que hacen poesía

en los que luchan o en los que traicionan

en los que colocan la bota militar sobre la frente de las víctimas

o los que se amarran, como el padre Tamayo, a los árboles de la selva de Olancho

para que los madereros no comercialicen lo que nos heredó la tierra

.

pero la censura

y su sombra auto censura

tiembla y trastabilla las conciencias

cuando de pronto el camino te pone del lado del que puede ejercerla

.

si en tus manos está el poder

si en la vida cotidiana eres capaz de condenar a alguien por sus ideas y no lo haces

entonces, solo entonces

el derecho a la libre expresión de los pueblos

se hace poesía

y nace de tu cuerpo

la luz

.

cuando era niña me enseñaron a que tenía que callar ciertas cosas

y no aprendí…

No hay comentarios: