sábado, septiembre 12, 2009

Azar




Al otro lado de la Tierra creces tú como la hierba santa
(las latitudes planetarias son caprichosas)

Hubiera sido lógico que cruzaras antes:
la línea del anónimo
‘no era el momento’, dijiste, sabio

En este instante la energía solar que hace crecer las plantas está razonando sobre lo que
ocasiona en la atmósfera
provocando el crimen
la interrupción de los flujos aéreos
y que la gente tenga calor

(todo al mismo tiempo)

está comprobado científicamente que las altas temperaturas provocan pasiones riesgosas

la forma en que vemos las cosas nos es provista casi siempre por la masa conmovida de
nuestras ideas
y no necesariamente por el músculo cardíaco al que se le atribuye la palabra corazón.

He aprendido mucho
pero no sé nada con certeza
el futuro se me extiende como una urdimbre desordenada de pomelos
como una diáspora de abejas africanas que hace tiempo no visitan la región
como un desorden pluvial de esquinas
con calles de nombres simples.

Crecer es una plaga
una corona de espinas
lo peor que me ha pasado hasta ahora.

Las vías del tren son las rúbricas de cartas de auxilio que nadie leyó
hay una mujer que llora al otro lado del mostrador
una niña remota que vocifera insultos aparentemente sin sentido
un grupo que dirige el mundo con encono
altas dosis de injusticia social llena de cómplices
perversos que encuentran a sus víctimas
armas de fuego
parques públicos con cercas
calentamiento global
manipulación psíquica

Todas estas manifestaciones carnívoras del espíritu
son la prueba de que la vida está impulsada por la legión del azar
por eso
vos y yo crecimos en la misma calle
sin nunca dirigirnos la palabra
hasta ahora.

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